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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DESPUES DE PENTECOSTES<br />

licia para llegar á ser sanios. Dios os ha perdonado vuestros<br />

pewidos, pero no os ha dispensado <strong>de</strong> la obligación<br />

<strong>de</strong> hacer penilencia. Vosotros por el banlismo liabeis llegado<br />

á ser templos <strong>de</strong> Dios , menester es purificar este<br />

templo que habia sido manchado con tantas almminanones<br />

é inmundicias: la gracia <strong>de</strong>l baulismó le ha blanqueado,<br />

preciso es que la penilencia le adorne. La impureza,<br />

el orgullo, la inlemperancia , \ lodos los <strong>de</strong>más vicios<br />

, habían hecho <strong>de</strong> él un objelo <strong>de</strong> horror á los ojos <strong>de</strong><br />

Dios: es necesario que por la humildad , la pureza, e!<br />

ayuno , y por la práctica <strong>de</strong> todas las virtu<strong>de</strong>s cristianas,<br />

lleguéis á ser un objelo <strong>de</strong> complacencia á sus ojos, náceles<br />

entrar luego el santo Apóstol en mía reflexión muy<br />

ó propósito para <strong>de</strong>sengañar á todo hombre <strong>de</strong> buen sentido,<br />

en órdon á los placeres y vanos honores <strong>de</strong> esta vida<br />

: Vosotros os habéis entregado á lodos los <strong>de</strong>seos criminales<br />

<strong>de</strong> vuestro corazón; os habéis constituido víctimas<br />

<strong>de</strong> vuestras pasiones : ¿qué no habéis hecho y sufrido pal-a<br />

agradar á un mundo, á un tirano <strong>de</strong> quien voluntariamente<br />

os habéis hecho esclavos? «¿y qué Ventaja habéis<br />

encontrado en estas cosas <strong>de</strong> que ahora os avergonzáis?<br />

Porque en lo que ellas vienen á parar es la muei lo.» El <strong>de</strong>sarreglo<br />

<strong>de</strong> las costumbres , los placeres criminales cuestan<br />

mucho , y no <strong>de</strong>jan mas que arrepenlimicnlos y disgustos,<br />

¿Qué ventajas sacan los pecadores mas aforlunados<br />

<strong>de</strong> sus pecados? El placer que ha sido como la ílor do<br />

ellos, ha pasado en un instante ; los remordimientos, bi<br />

confusión, la vergüenza, frutos amargos do la iniquidad,<br />

permanecen. ¿Qué Ies queda á todas estas víctimas <strong>de</strong>sgraciadas<br />

<strong>de</strong>l iníierno <strong>de</strong> todas sus injuslicias, <strong>de</strong> su licencia<br />

<strong>de</strong>senfrenada , <strong>de</strong> tollos sus pecados? Una <strong>de</strong>sesperación<br />

eterna, mas sensible qne las mismas llamas que<br />

las <strong>de</strong>voran : hé aquí los frutos <strong>de</strong> sus crimenes. Y aun<br />

cuando el pecado hiciese al hombre feliz sobre la tierra,<br />

¿qué pue<strong>de</strong> sanar uno en eslo, cuando se pier<strong>de</strong> por toda<br />

una eternidad?<br />

«Por lo que hace al presente , estando como estáis libros<br />

<strong>de</strong>l pecado , y sujetos á Dios , la ventaja que-cn ello<br />

tenéis os conduce á vuestra santitícacion, y termina en la<br />

vida eterna. Kslocs lo que se gana en el servicio <strong>de</strong> Dios:<br />

una paz <strong>de</strong>l corazón inalterable, una conciencia Iranqnila,<br />

una alegría interior sin mezcla, unrt vida llena <strong>de</strong> las satisfacciones<br />

mas puras, i y qué consuelo en la muerte y<br />

por toda una eternidad ! una felicidad sin medida, sin intervalo,<br />

sin Hmiie. «Porque el estipendio <strong>de</strong>l pecado,<br />

continúa el santo Apóstol, es la muerte: mas la gracia<br />

que se recibe <strong>de</strong> Dios, es la vida eterna en Jesucristo<br />

nuestro Señor. ¡Qué dueño tan magnífico y liberal es el<br />

Señor, esclama un sabio y <strong>de</strong>voto intérprelel Recompensa<br />

con la vida eterna una fi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong> pocos afios , y alguna<br />

vez <strong>de</strong> pocos dias ; y aun esta fi<strong>de</strong>lidad es siempre <strong>de</strong>bida<br />

á la gracia. Son sus propios dones , dice san Agustín,<br />

lo que recompensa cuando recompensa nm s'ra fi<strong>de</strong>lidad.<br />

Justa i<strong>de</strong>a, continúa, la que san Pablo nos da aquí <strong>de</strong>l pecado<br />

: es un tirano que tiene á su sueldo míseros esclavoí;<br />

les promete las mayores ventajas, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlos<br />

arrebatado la libertad , y hecho esperimentar mil penas,<br />

el estipendio que les paga es la muerte.<br />

El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia nos enseíla á conocer<br />

los falsos profetas, y nos exborla á que estemos alerta<br />

í-ontra sus seductores artificios. La voz profeta entre los<br />

hebreos tu solo significa irnos hombres inspirados do Dios<br />

TOMO IV.<br />

489<br />

para pre<strong>de</strong>cir lo Culuro, sino también unos doctores esclarecidos<br />

é inspirados <strong>de</strong> Dios para enseñar al pueblo, y en<br />

este senlido <strong>de</strong>ben lomarse los <strong>de</strong> que habla el Evangelio<br />

<strong>de</strong> este dia.<br />

Jesucristo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aquel admirable discurso que hizo<br />

á sus discípulos y á una muchedumbre que habia concurrido<br />

con él á un valle, situado al pié <strong>de</strong> una montaña, en<br />

don<strong>de</strong> habia pasado toda la noche en oración; <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haberles enseñado las bienavenluranzas; eslo es, las<br />

fuentes <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra felicidad, y <strong>de</strong> haberles impuesto<br />

muchos preceptos y muchas máximas espirituales que<br />

compren<strong>de</strong>n cuasi toda la moral cristiana, quiso prevenÍJ -<br />

les contra los lazos y los arliticios <strong>de</strong> los herejes, y <strong>de</strong> lodos<br />

aquellos <strong>de</strong> quienes se serviria el <strong>de</strong>monio para per<strong>de</strong>rlos,<br />

por medio <strong>de</strong> sus esteriorida<strong>de</strong>s hipócritas é imponentes.<br />

No hay en verdad cosa mas fácil que el imponer<br />

á las almas sencillas con un esterior <strong>de</strong>voto, estudiado y<br />

edificante. Gomo !a caridad forma siempre una parte <strong>de</strong>l<br />

carácter <strong>de</strong> las almas buenas, no pue<strong>de</strong>n creer que los que<br />

no manitieslan mas que bondad sean malos. Un aire «*o<strong>de</strong>slo<br />

y mortificado, una afectación <strong>de</strong>vola y austera, <strong>de</strong>slumbran;<br />

y como no se <strong>de</strong>sconfía <strong>de</strong> ello, fácilmente es<br />

uno on^-uiado. Conociendo el Salvador cuán peligroso era<br />

esle arlilicio, y previendo los gran<strong>de</strong>s males que hacían<br />

en lodos tiempos estos bipóci ilas artificiosos, quiso prevenir<br />

á sus discípulos, y enseñarles á conocer los lobos<br />

disfrazados bajo <strong>de</strong>, la piel <strong>de</strong> ovejas. Esto nos <strong>de</strong>mueslra<br />

cuánto importa el no <strong>de</strong>jarse engañar <strong>de</strong> ellos, y qué <strong>de</strong>sgracia<br />

es para una olma el caer en semejante lazo.<br />

Guardaos, dice el Salvador, <strong>de</strong> los falsos profetas que<br />

vienen á vosotros disfrazados en ovejas, mas en lo inlericr<br />

son lobos rapaces. No hay cosa que mas seduzca que el<br />

arlilicio <strong>de</strong> que so sirven ; un esterior que'nada presenta<br />

que no sea laudable, engafia. Un aire <strong>de</strong> piedad, <strong>de</strong> morlilicacion,<br />

<strong>de</strong> dulzura y <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia, no es algunas veces<br />

otra cosa que una eslerioridad <strong>de</strong> oveja <strong>de</strong> que se vale un<br />

falso doctor, para engañar con mas seguridad bajo <strong>de</strong> esta<br />

máscara.<br />

Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo <strong>de</strong> Jesucristo eran en gran número<br />

estos falsos doctores, y causaban un mal inüuilo en el<br />

pueblo, imilando, en lodo lo que imponia, á los verda<strong>de</strong>ros<br />

profetas. <strong>Los</strong> antiguos y verda<strong>de</strong>ros profelas vcslian<br />

muy sencillamenle, y tiacian una vida muy austera: llevaban<br />

vestidos <strong>de</strong> pieles, ayunaban rigorosiimenle, y se<br />

cubrían con sacos y cilicios. Tales eran Jeremías, Isaías<br />

y Juan Bautista. <strong>Los</strong> falsos profelas se vestían <strong>de</strong>l mismo<br />

modo, presenlábiinse á la vista <strong>de</strong>l pueblo gran<strong>de</strong>s ayunadores,<br />

predicaban con énfasis la penitencia; nada habia<br />

mas fácil que el ser engañados por ellos. El Salvador,<br />

pues, nos enseña aquí á conocerlos y á <strong>de</strong>senmascararlos.<br />

<strong>Los</strong> conoceréis, dice, por sus frulos. Jamás fué equívoca<br />

esta prueba. ¿Cógense racimos <strong>de</strong> las espinas, ni higos<br />

<strong>de</strong> los cardos? Júzgase <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l árbol por los<br />

frutos que produce; como es el fruto, así es el árbol, y<br />

tal como es el árbol, tal es también el fruto; la prueba es<br />

recíproca: y como no es posible que un buen fruto venga<br />

<strong>de</strong> un árbol malo, tampoco es posible que un árbol bueno<br />

produzca un fruto mato. No os fieij <strong>de</strong> esteriorida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>slumbradoras, dice san Gregorio, porque los lobos<br />

pue<strong>de</strong>n cubrirse con la piel <strong>de</strong> las ovejas. Verdad es<br />

quepo! poco que b Ies observe <strong>de</strong> cercase <strong>de</strong>scubre muy<br />

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