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DESPUES DE PENTECOSTES<br />
licia para llegar á ser sanios. Dios os ha perdonado vuestros<br />
pewidos, pero no os ha dispensado <strong>de</strong> la obligación<br />
<strong>de</strong> hacer penilencia. Vosotros por el banlismo liabeis llegado<br />
á ser templos <strong>de</strong> Dios , menester es purificar este<br />
templo que habia sido manchado con tantas almminanones<br />
é inmundicias: la gracia <strong>de</strong>l baulismó le ha blanqueado,<br />
preciso es que la penilencia le adorne. La impureza,<br />
el orgullo, la inlemperancia , \ lodos los <strong>de</strong>más vicios<br />
, habían hecho <strong>de</strong> él un objelo <strong>de</strong> horror á los ojos <strong>de</strong><br />
Dios: es necesario que por la humildad , la pureza, e!<br />
ayuno , y por la práctica <strong>de</strong> todas las virtu<strong>de</strong>s cristianas,<br />
lleguéis á ser un objelo <strong>de</strong> complacencia á sus ojos, náceles<br />
entrar luego el santo Apóstol en mía reflexión muy<br />
ó propósito para <strong>de</strong>sengañar á todo hombre <strong>de</strong> buen sentido,<br />
en órdon á los placeres y vanos honores <strong>de</strong> esta vida<br />
: Vosotros os habéis entregado á lodos los <strong>de</strong>seos criminales<br />
<strong>de</strong> vuestro corazón; os habéis constituido víctimas<br />
<strong>de</strong> vuestras pasiones : ¿qué no habéis hecho y sufrido pal-a<br />
agradar á un mundo, á un tirano <strong>de</strong> quien voluntariamente<br />
os habéis hecho esclavos? «¿y qué Ventaja habéis<br />
encontrado en estas cosas <strong>de</strong> que ahora os avergonzáis?<br />
Porque en lo que ellas vienen á parar es la muei lo.» El <strong>de</strong>sarreglo<br />
<strong>de</strong> las costumbres , los placeres criminales cuestan<br />
mucho , y no <strong>de</strong>jan mas que arrepenlimicnlos y disgustos,<br />
¿Qué ventajas sacan los pecadores mas aforlunados<br />
<strong>de</strong> sus pecados? El placer que ha sido como la ílor do<br />
ellos, ha pasado en un instante ; los remordimientos, bi<br />
confusión, la vergüenza, frutos amargos do la iniquidad,<br />
permanecen. ¿Qué Ies queda á todas estas víctimas <strong>de</strong>sgraciadas<br />
<strong>de</strong>l iníierno <strong>de</strong> todas sus injuslicias, <strong>de</strong> su licencia<br />
<strong>de</strong>senfrenada , <strong>de</strong> tollos sus pecados? Una <strong>de</strong>sesperación<br />
eterna, mas sensible qne las mismas llamas que<br />
las <strong>de</strong>voran : hé aquí los frutos <strong>de</strong> sus crimenes. Y aun<br />
cuando el pecado hiciese al hombre feliz sobre la tierra,<br />
¿qué pue<strong>de</strong> sanar uno en eslo, cuando se pier<strong>de</strong> por toda<br />
una eternidad?<br />
«Por lo que hace al presente , estando como estáis libros<br />
<strong>de</strong>l pecado , y sujetos á Dios , la ventaja que-cn ello<br />
tenéis os conduce á vuestra santitícacion, y termina en la<br />
vida eterna. Kslocs lo que se gana en el servicio <strong>de</strong> Dios:<br />
una paz <strong>de</strong>l corazón inalterable, una conciencia Iranqnila,<br />
una alegría interior sin mezcla, unrt vida llena <strong>de</strong> las satisfacciones<br />
mas puras, i y qué consuelo en la muerte y<br />
por toda una eternidad ! una felicidad sin medida, sin intervalo,<br />
sin Hmiie. «Porque el estipendio <strong>de</strong>l pecado,<br />
continúa el santo Apóstol, es la muerte: mas la gracia<br />
que se recibe <strong>de</strong> Dios, es la vida eterna en Jesucristo<br />
nuestro Señor. ¡Qué dueño tan magnífico y liberal es el<br />
Señor, esclama un sabio y <strong>de</strong>voto intérprelel Recompensa<br />
con la vida eterna una fi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong> pocos afios , y alguna<br />
vez <strong>de</strong> pocos dias ; y aun esta fi<strong>de</strong>lidad es siempre <strong>de</strong>bida<br />
á la gracia. Son sus propios dones , dice san Agustín,<br />
lo que recompensa cuando recompensa nm s'ra fi<strong>de</strong>lidad.<br />
Justa i<strong>de</strong>a, continúa, la que san Pablo nos da aquí <strong>de</strong>l pecado<br />
: es un tirano que tiene á su sueldo míseros esclavoí;<br />
les promete las mayores ventajas, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlos<br />
arrebatado la libertad , y hecho esperimentar mil penas,<br />
el estipendio que les paga es la muerte.<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia nos enseíla á conocer<br />
los falsos profetas, y nos exborla á que estemos alerta<br />
í-ontra sus seductores artificios. La voz profeta entre los<br />
hebreos tu solo significa irnos hombres inspirados do Dios<br />
TOMO IV.<br />
489<br />
para pre<strong>de</strong>cir lo Culuro, sino también unos doctores esclarecidos<br />
é inspirados <strong>de</strong> Dios para enseñar al pueblo, y en<br />
este senlido <strong>de</strong>ben lomarse los <strong>de</strong> que habla el Evangelio<br />
<strong>de</strong> este dia.<br />
Jesucristo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aquel admirable discurso que hizo<br />
á sus discípulos y á una muchedumbre que habia concurrido<br />
con él á un valle, situado al pié <strong>de</strong> una montaña, en<br />
don<strong>de</strong> habia pasado toda la noche en oración; <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> haberles enseñado las bienavenluranzas; eslo es, las<br />
fuentes <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra felicidad, y <strong>de</strong> haberles impuesto<br />
muchos preceptos y muchas máximas espirituales que<br />
compren<strong>de</strong>n cuasi toda la moral cristiana, quiso prevenÍJ -<br />
les contra los lazos y los arliticios <strong>de</strong> los herejes, y <strong>de</strong> lodos<br />
aquellos <strong>de</strong> quienes se serviria el <strong>de</strong>monio para per<strong>de</strong>rlos,<br />
por medio <strong>de</strong> sus esteriorida<strong>de</strong>s hipócritas é imponentes.<br />
No hay en verdad cosa mas fácil que el imponer<br />
á las almas sencillas con un esterior <strong>de</strong>voto, estudiado y<br />
edificante. Gomo !a caridad forma siempre una parte <strong>de</strong>l<br />
carácter <strong>de</strong> las almas buenas, no pue<strong>de</strong>n creer que los que<br />
no manitieslan mas que bondad sean malos. Un aire «*o<strong>de</strong>slo<br />
y mortificado, una afectación <strong>de</strong>vola y austera, <strong>de</strong>slumbran;<br />
y como no se <strong>de</strong>sconfía <strong>de</strong> ello, fácilmente es<br />
uno on^-uiado. Conociendo el Salvador cuán peligroso era<br />
esle arlilicio, y previendo los gran<strong>de</strong>s males que hacían<br />
en lodos tiempos estos bipóci ilas artificiosos, quiso prevenir<br />
á sus discípulos, y enseñarles á conocer los lobos<br />
disfrazados bajo <strong>de</strong>, la piel <strong>de</strong> ovejas. Esto nos <strong>de</strong>mueslra<br />
cuánto importa el no <strong>de</strong>jarse engañar <strong>de</strong> ellos, y qué <strong>de</strong>sgracia<br />
es para una olma el caer en semejante lazo.<br />
Guardaos, dice el Salvador, <strong>de</strong> los falsos profetas que<br />
vienen á vosotros disfrazados en ovejas, mas en lo inlericr<br />
son lobos rapaces. No hay cosa que mas seduzca que el<br />
arlilicio <strong>de</strong> que so sirven ; un esterior que'nada presenta<br />
que no sea laudable, engafia. Un aire <strong>de</strong> piedad, <strong>de</strong> morlilicacion,<br />
<strong>de</strong> dulzura y <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia, no es algunas veces<br />
otra cosa que una eslerioridad <strong>de</strong> oveja <strong>de</strong> que se vale un<br />
falso doctor, para engañar con mas seguridad bajo <strong>de</strong> esta<br />
máscara.<br />
Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo <strong>de</strong> Jesucristo eran en gran número<br />
estos falsos doctores, y causaban un mal inüuilo en el<br />
pueblo, imilando, en lodo lo que imponia, á los verda<strong>de</strong>ros<br />
profetas. <strong>Los</strong> antiguos y verda<strong>de</strong>ros profelas vcslian<br />
muy sencillamenle, y tiacian una vida muy austera: llevaban<br />
vestidos <strong>de</strong> pieles, ayunaban rigorosiimenle, y se<br />
cubrían con sacos y cilicios. Tales eran Jeremías, Isaías<br />
y Juan Bautista. <strong>Los</strong> falsos profelas se vestían <strong>de</strong>l mismo<br />
modo, presenlábiinse á la vista <strong>de</strong>l pueblo gran<strong>de</strong>s ayunadores,<br />
predicaban con énfasis la penitencia; nada habia<br />
mas fácil que el ser engañados por ellos. El Salvador,<br />
pues, nos enseña aquí á conocerlos y á <strong>de</strong>senmascararlos.<br />
<strong>Los</strong> conoceréis, dice, por sus frulos. Jamás fué equívoca<br />
esta prueba. ¿Cógense racimos <strong>de</strong> las espinas, ni higos<br />
<strong>de</strong> los cardos? Júzgase <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l árbol por los<br />
frutos que produce; como es el fruto, así es el árbol, y<br />
tal como es el árbol, tal es también el fruto; la prueba es<br />
recíproca: y como no es posible que un buen fruto venga<br />
<strong>de</strong> un árbol malo, tampoco es posible que un árbol bueno<br />
produzca un fruto mato. No os fieij <strong>de</strong> esteriorida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>slumbradoras, dice san Gregorio, porque los lobos<br />
pue<strong>de</strong>n cubrirse con la piel <strong>de</strong> las ovejas. Verdad es<br />
quepo! poco que b Ies observe <strong>de</strong> cercase <strong>de</strong>scubre muy<br />
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