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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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darificetur Filius homims.<br />

Amen, amen dico vobis, nisi<br />

gramm frumenti ca<strong>de</strong>ns in<br />

lerram morluum fueiit, ip~<br />

sum solum manet. Si aulem<br />

mortuum fuerit, mullum<br />

fi-uctum aflert. Qui amat<br />

animam mam, per<strong>de</strong>t eam: el<br />

qui odit animam suam, in<br />

hoc mundo, in vitam ceternam<br />

cuslodil eam. Si quis<br />

mihi ministral, me sequalur:<br />

el ubi sum ego, Ulic et mi~<br />

nisler mus erit.si quis mihi<br />

minislraveril, honorifieabit<br />

eum Palcr meus. Nunc anima<br />

mea túrbala esl. Et quid<br />

dicam? I'aler, salvifica me ex<br />

hac hora. Sed proplerea veni<br />

in horam hune. Pater, clarifica<br />

nomcn tuum. Venil crgo<br />

vox <strong>de</strong> cmlo: Et clarificavi,<br />

el ilerum\ clarificabo. Turba<br />

ergo qua¡ stabat, el audicrat,<br />

dicebal tonilrmm esse factum.<br />

Aliidicebant: Ángelus ei<br />

heutus est. liespondil Jesús,<br />

el dixü: Nonpropler me hmc<br />

vox venil, sed propler vos.<br />

Nunc judicium esl mundi,<br />

nunc princeps hujus mundi<br />

rjicielur [oras. Eí ego si exalialus<br />

fuero a térra, omnia<br />

traham ad meipsum {hoc OHíem<br />

dicchat, significans qua<br />

morte essel moriturus). RespondÁl<br />

ei turba: Nos audivimus<br />

ex kge*, quia Christus<br />

vmnel in wtermm: et quomodo<br />

tu dicis: Oportel exallari<br />

Filium hominis? Quis esl<br />

isie Filius hominis? Dixil ergo<br />

eis Jesús: Adhuc modicum<br />

lumen in vobis est. Ambulale<br />

dum Imem habetis, ut non<br />

vos lenebrm comprehendant:<br />

el qui ambulal in lenebris,<br />

nescit qao vadat. Dum lucem<br />

hnbelis, írcdüe in lucem, ut<br />

filiilucis sitis. Ila'c heutus<br />

est Jesús: etabiit, el abscondilse<br />

ab eis.<br />

DE PASION.<br />

<strong>de</strong>scartamos ver á Jesús.<br />

Felipe fué, y se lo dijo á<br />

Andrés, y Andrés y Felipe<br />

se lo dijeron á Jesús. Jesús,<br />

pues, les dió esta respuesta:<br />

Ha llegado el tiempo en<br />

qyeel Hijo <strong>de</strong>l Hombre va á<br />

ser glorificado. En verdad<br />

os digo, que si el grano dé<br />

trigo sembrado en la tierra<br />

no muere, se quedará solo;<br />

pero si muere, llevará mucho<br />

fruto. El que ama su<br />

vida, la per<strong>de</strong>rá; mas el<br />

que en este mundo aborrece<br />

su vida, la asegura para<br />

la vida eterna. Si hay alguno<br />

que pertenezca á mis siervos,<br />

que me siga; y en<br />

cualquiera parle que yo estoy,<br />

alli estará también m¡<br />

siervo. Si alguno se<strong>de</strong>dicaá<br />

mi servicio, mi Padre le ensalzará<br />

con honor. Ahora<br />

nú espíritu está turbado, ¿y<br />

qué diré yo? Padre salvadme<br />

<strong>de</strong> esta hora; pero precisamente<br />

por esta hora he<br />

venido. Padre mío, glorificad<br />

vuestro nombre. Al instante<br />

vino una voz <strong>de</strong>l cielo<br />

(que dijo]: Yo le he glorificado,<br />

y le glorificaré todavía.<br />

La lurbaque estaba allí,<br />

y que habia oido el ruido,<br />

<strong>de</strong>cia que habia sido un<br />

trueno: otros <strong>de</strong>cian : es un<br />

ángel que le ha hablado.<br />

Entonces respondió Jesús:<br />

No ha sido por mí por quien<br />

se ha hecho oir esta voz,<br />

sino por vosotros. Ahora se<br />

vaáhacerel juicio <strong>de</strong>l mundo,<br />

ahora va á ser arrojado<br />

fuera el "príncipe <strong>de</strong> este<br />

mundo, y cuando yo fuere<br />

elevado <strong>de</strong> la tierra, todo<br />

lo atraeré á mí (<strong>de</strong>cia esto<br />

para significar qué género<br />

<strong>de</strong> muerte habia <strong>de</strong> sufrir),<br />

Dijéronle algunos <strong>de</strong> la mu<br />

chedumbre : Nosotros hemos<br />

oido sogun la ley que<br />

el d isto permanece eternamente;<br />

¿cómo pues dices<br />

tú que conviene que sea<br />

exaltado el Hijo <strong>de</strong>l hombre?<br />

¿quién esesle Hijo <strong>de</strong>l hombre?<br />

A esto les dijo Jesús:<br />

Todavía tenéis entre vosotros<br />

la luz por un poco <strong>de</strong><br />

tiempo. Caminad mientras<br />

MEDITACION.<br />

279<br />

teneiSiluz, no sea quo la noche<br />

os sorprenda; el que<br />

camina en las tinieblas no<br />

sabe por dón<strong>de</strong> va: mientras<br />

tenéis luz, creed en la<br />

luz, á fin <strong>de</strong> que seáis hijos<br />

<strong>de</strong> la luz. Esto es lo que dijo<br />

Jesús; en seguida se retiró<br />

y se escondió <strong>de</strong> ellos.<br />

De la morlificacion <strong>de</strong>l cuerpo.<br />

PCXTO PRIMERO.—Consi<strong>de</strong>ra que la maceracion <strong>de</strong> la<br />

carne no es únicamente la virtud <strong>de</strong> los <strong>de</strong>siertos y <strong>de</strong><br />

los claustros; fruto es <strong>de</strong> la penitencia que crece en todas<br />

las tierras y se da en todas las estaciones. Llevamos con<br />

nosotros un cuerpo <strong>de</strong> pecado que es preciso <strong>de</strong>struir crucificándole<br />

con Jesucristo. Nuestros sentidos están <strong>de</strong> inteligencia<br />

con el enemigo <strong>de</strong> nuestra salvación; no hay<br />

uno que no sea, por <strong>de</strong>cirlo así, para nosotros una ocasión<br />

<strong>de</strong> pecado, ninguno que no nos tienda lazos. La muerte<br />

ha entrado en nuestras casas, dice el Profeta, porque ha<br />

subido nuestras ventanas. Desengañémonos, no es posible<br />

conservarse en la inocencia sin la mortificación <strong>de</strong> los<br />

sentidos. Es necesario macerar la carne con los ayunos y<br />

las austerida<strong>de</strong>s, es indispensable que el recato y la mo<strong>de</strong>stia<br />

sean como un freno que contengan la licencia <strong>de</strong> los<br />

ojos, por don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sliza el veneno mas sutil hasta el<br />

alma. El contagio apo<strong>de</strong>rado ya <strong>de</strong> los senli<strong>de</strong>s gana muy<br />

pronto el corazón.<br />

Son en verdad temibles nuestras pasiones; sin embargo,<br />

apenas <strong>de</strong>ben su fuerza á otra cosa que á nuestra inmortificacion.<br />

Nuestra sensualida<strong>de</strong>s la que las nutre; so<br />

rebelan contra nosotros luego que nosotros les damos las<br />

armas. Detestemos sus perniciosos <strong>de</strong>signios todo lo quo<br />

gustáremos; hagamos resoluciones cuanto quisiéremos; el<br />

medio <strong>de</strong> enflaquecer este enemigo interior es macerar la<br />

carne, mortificar los sentidos, llevar una vida penitente.<br />

¿Quítase esta cérea? Qué estraño es que la viüa que<strong>de</strong><br />

espuesta al robo, que los pasajeros la pisen, que lodo<br />

género <strong>de</strong> animales pasen por ella. El que mantiene <strong>de</strong>licadamente<br />

á su esclavo, dice el Sabio, le verá muy pronto<br />

rebelarse contra él. El alma se resiente siempre <strong>de</strong> la<br />

disposición <strong>de</strong>l cuerpo; búscanse en lodo sus comodida<strong>de</strong>s;<br />

llévase una vida blanda y sensual; pásanse los mas<br />

bellos dias en las <strong>de</strong>licias y la ociosidad; nada se niega á<br />

los sentidos; refinase todavía sobre la misma <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za,<br />

¿y se quiere que la concupiscencia no diga una palabra,<br />

que las pasiones estén sometidas á la razón, que al tiempo<br />

mismo que por todas parles se encien<strong>de</strong> el fuego, pueda<br />

uno pasearse sin sentir ni aun el calor, como en medio <strong>de</strong>l<br />

horno <strong>de</strong> Babilonia? contar con semejantes milagros, ¿no<br />

es quererse aturdir para "per<strong>de</strong>rse con ménos remordimientos?<br />

¡Y me quejo yo, Señor, me admiro <strong>de</strong>spués do<br />

esto <strong>de</strong> mis enfermeda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> mis caídas!<br />

PUNTO SEGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra si hay uno solo entre los<br />

gran<strong>de</strong>s santos que forman el objeto <strong>de</strong> nuestra veneración,<br />

y que la Iglesia nos propone todos los dias por mo<strong>de</strong>los,<br />

que no haya mortificado sus sentidos, macerado<br />

su carne y llevado una vida austera. <strong>Los</strong> que no habian<br />

| jamás perdido su inocencia como los que habian pecado.

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