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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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Hablaban con lanía sogaridad, porquctenian un sublorráneopor<br />

el cual vonian estos Irapaceros todas las noches á<br />

(|uilar lo que se habia servido para Bel. Habiendo salido<br />

todos los sacerdotes, puso por sí misino el rey las viandas<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l ídolo. Daniel empero, que tenia unconocimiento<br />

sobrenatural <strong>de</strong>lodolo que pasaba, habia tenido la precaución<br />

<strong>de</strong> hacer que sus criados trajesen secrctamenle<br />

ceniza cernida, la cual hizo esparcir por lodoel templo en<br />

presencia <strong>de</strong>l rey; y habiéndose todos salido, quedóla<br />

puerta cerrada y sellada. <strong>Los</strong> sacerdotes, como tenian <strong>de</strong><br />

costumbre, no <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> entrar durante la noche con sus<br />

mujeres y sus hijos, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber comido y bebido,<br />

y llcvádose todo lo que se habia ofrecido al ídolo, se retiraron.<br />

Al otro dia al amanecer vino el rey al templo: hallóse<br />

íntegro el sello, el cual fué levantado, y habiendo entrado<br />

el rey, vió vacía la mesa <strong>de</strong>l altar. Volviéndose enloncesá<br />

Daniel, le dijo con un tono severo é indignado: ¿Soy yo<br />

engañado? ¿adón<strong>de</strong> está el frau<strong>de</strong>? Yo os ruego, príncipe<br />

mió, le dijo Daniel sonriéndose, que no a<strong>de</strong>lantéis el juicio.<br />

Mirad el pavimenlo, y consi<strong>de</strong>rad <strong>de</strong> quién son estas huellas.<br />

Son, dijo el rey, huellas <strong>de</strong> piés <strong>de</strong> hombres, <strong>de</strong> mujeres<br />

y do niños. Descubierta la trampa, fué fácil <strong>de</strong>scubrir<br />

los subterráneos por don<strong>de</strong> venian todas las noches.<br />

Estalló entonces la cólera <strong>de</strong>l rey contra todos aquellos<br />

embusteros, los cuales fueron muertos en el mismo dia,<br />

con Bits mujeres y sus hijos; el templo fué <strong>de</strong>molido, y el<br />

ídolo reducido á polvo.<br />

En la misma ciudad habia otra divinidad ridicula, cuyo<br />

ídolo era animado. Era esta un dragón monstruoso, al que<br />

adoraban los babilonios. Yo confieso, le dijo el rey á Daniel,<br />

que Bel era un dios muerto; pero lú no me pue<strong>de</strong>s<br />

negar que el dragón que nosotros tenemos en singularveneracion,<br />

no sea un dios vivo: ¿por qué, pues, no le adoras?<br />

Amaba el rey á Daniel, pero como este tiel ministro<br />

miraba con <strong>de</strong>sprecio todos los dioses <strong>de</strong> los babilonios,<br />

hubiera el príncipe <strong>de</strong>seado que hubiese profesado su misma<br />

religión, para que no fuese odioso al pueblo. Señor,<br />

respondió Daniel, e! dragón que adoráis como Dios, por la<br />

mas lamentable <strong>de</strong> todas las supersticiones, no es mas<br />

que un vil animal, qtic si vuestra majestad me lo permile,<br />

me ofrezco yo á hacerle morirsin palo ni espada. Habiendo,<br />

en efecto, consentido el rey en ello, lomó Daniel pez,<br />

sebo y pelo, y habiendo hecho cocer lodo esto junto, hizo<br />

una masa que introdujo en la boca <strong>de</strong>l dragón, y el dragón<br />

reventó al momento. Viéndole Daniel ya muerto: Hé<br />

aquí, ó principe, le dijo al rey, hé aquí el objeto <strong>de</strong> vuestro<br />

culto.<br />

<strong>Los</strong> babilonios hablan llevado muy á mal la <strong>de</strong>molición<br />

<strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Bel, y la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l ídolo; pero cuando<br />

supieron la muerte <strong>de</strong>l dragón, pe exaltó su odio contra<br />

Daniel.se rebelaron contra el rey, y no guardaron ya<br />

consi<strong>de</strong>raciones. El rey, <strong>de</strong>cian, se ha hecho judío, y este<br />

judío, hablando <strong>de</strong> Daniel, se ha hecho rey: el ha <strong>de</strong>rribado<br />

á Bel; ha muerto el dragón, y ha hecho morir á los<br />

sacerdotes. Habiéndose, pues, amotinado el pueblo, embistió<br />

al palacio, gritando insolentemente al rey: Enlréganos<br />

á Daniel, ó <strong>de</strong> nó, vamos á poner fuego al palacio, y<br />

que perezcas tú y toda la familia real. Estrechado el rey<br />

por la violencia <strong>de</strong> un pueblo furioso, éintimidado por las<br />

amenazas, se vió obligado, á pesar suyo, á entregarles á<br />

su primer ministro, á quien amaba por los imporfnnles<br />

MARTES.<br />

fenicios que habia hecho al estado por sn cxacln probidad,<br />

y por el don <strong>de</strong> profecía <strong>de</strong> que Dios le habia dolado.<br />

Luego queaqnellos furiosos se apo<strong>de</strong>raron <strong>de</strong> Daniel, resolvieron<br />

arrojarle en el lago <strong>de</strong> los leones. Habia siete, álos<br />

niales se daban diariamente dos cuerpos y dos ovejas, y<br />

este era el suplicio ordinario <strong>de</strong> los con<strong>de</strong>nados á muerte.<br />

En aquel dia no se les habia dado nada, á fin <strong>de</strong> irritar<br />

mas su hambre, y que Daniel fuese <strong>de</strong>vorado con mas voracidad.<br />

Fué, en efecto, arrojado el sanio hombreen el lago;<br />

pero lejos <strong>de</strong> ser hecho pedazos por la caida, 6 <strong>de</strong>vorado<br />

por los leones hambrienlos, Daniel se halló mas tranquilo<br />

en medio <strong>de</strong> ios leones, que en medio <strong>de</strong> aquel pueblo<br />

bárbaro: estuvo allí seis dias, en cuyo tiempo no hablan<br />

querido los babilonios dar <strong>de</strong> comer á los leones, á<br />

fin <strong>de</strong>que encaso que al principio hubieren perdonadoá<br />

este hombre tan célebre por tantas maravillas, irritados ai<br />

fin por una hambre tan larga, hiciesen presa <strong>de</strong> él.<br />

En este mismo tiempo sucedió, que el profeta Habacuc,<br />

que iba á llevar la comida á sus segadores, vió un ánge),<br />

que le mandó <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l Seflor que fuese á llevar aquella<br />

comida á Babilonia, y se la diese á Daniel que estaba<br />

en el lago <strong>de</strong> los leones: asombrado algún lanío el buen<br />

viejo con esta ór<strong>de</strong>n: ¡Ah! esclamó, yo no be estado jamás<br />

en Babilonia, ni sé dón<strong>de</strong> está el lago <strong>de</strong> que me habláis:<br />

el ángel sin volverle respuesta, le lomó por los cabellos,<br />

y le llevó con la presteza y actividad <strong>de</strong> un espírilu<br />

áBabilonia, en don<strong>de</strong> le puso sobre el lago <strong>de</strong> los leones.<br />

Gritóle entonces Habacuc, diciéndole: Daniel, siervo<br />

<strong>de</strong> Dios, recibe la comida que Dios le envia. ¡Qué es eslo;<br />

el Señor se ha dignado acordarse <strong>de</strong> mí, esclamó Daniel!<br />

¡Buen Dios! ¡qué cuidado tenéis <strong>de</strong> los que os aman! seáis<br />

eternamenle bendiio. Tomó incontinenti el ángel á Habacuc,<br />

y le trasladó al lugar en don<strong>de</strong> le habia cogido.<br />

El séptimo dia, según la eos!timbre <strong>de</strong> aquellos pueblos,<br />

vino el rey á llorar á su querido favorito sobre su sepulcro<br />

que era el lago, en el cual pensaba, como todo'el mundo,<br />

que habia sido <strong>de</strong>vorado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer dia; pero quedó<br />

agradablemente sorprendido, cuando mirando por curiosidad<br />

á loinlerior <strong>de</strong>l lago, vió á Daniel sentado en medio<br />

<strong>de</strong> los leones. Dando inmediatamente un grilo: ¡Qué<br />

gran<strong>de</strong> sois, esclamó, y qué po<strong>de</strong>roso. Señor Dios <strong>de</strong> Daniel'.¡cuán<br />

visiblemente manifiesta vueslro po<strong>de</strong>r esta<br />

maravilla! Habiendo luego al momento hecho sacará Daniel<br />

<strong>de</strong>l lago, mandó traer los mas sediciosos <strong>de</strong> los que<br />

habian pedido la muerte <strong>de</strong> Daniel, y los hizo arrojar en él,<br />

en don<strong>de</strong> fueron <strong>de</strong>vorados al momento y á su vista. Este<br />

milagroso acontecimiento interesó tanto al rey, que<br />

mandó que en todo su imperio se r everencíase el Dios <strong>de</strong><br />

Daniel, porque él es, el que es el Salvador que hace prodigios<br />

en toda la tierra, y el que acababa <strong>de</strong> librar á su siervo<br />

Daniel <strong>de</strong>l lago <strong>de</strong> los leones, en el que la malignidad<br />

mas negra lehibia hecho arrojar.<br />

El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong>l dia está formado <strong>de</strong>l capílulo<br />

séptimo <strong>de</strong> san Juan, en el que se dice que Jesucristo<br />

poco tiempo ántes <strong>de</strong> su muerte, viendo con que encarnizamiento<br />

los jtidíos, eslo es, los sacerdotes, los fariseos<br />

y los escribas <strong>de</strong> Jernsalen, habian tramado su<br />

muerte, se habia retirado á Galilea, nó poique rehusase<br />

<strong>de</strong>rramar su sangre ; pero no quería prevenir el tiempo<br />

<strong>de</strong>terminado por su Padre, para la consumación <strong>de</strong> su<br />

sacrificio, y para el cumplimienlo <strong>de</strong> la gran<strong>de</strong> obra <strong>de</strong><br />

su re<strong>de</strong>nción. Eácil hubiera sido al Salvador sustraerse

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