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2i4<br />
eranl sub priori Testamento,<br />
repromissionm accipian i, qui<br />
vocati smt, wternai hercditalis:<br />
tn Christo Jesu Domino<br />
noslro.<br />
ha ofrecido á si mismo á<br />
Dios por el Espíritu S;uilo,<br />
limpiará nuestra conciencia<br />
<strong>de</strong> la impureza <strong>de</strong> las obras<br />
muertas, para que sirvamos<br />
al Dios vivo? Y por lo mismo<br />
él es el mediador <strong>de</strong>l<br />
nuevo Testamento, á fin <strong>de</strong><br />
que habiendo muerto por la<br />
espiacion délos pecados cometidos<br />
en el Testamento<br />
prece<strong>de</strong>nte, los que son llamados<br />
reciban la herencia<br />
eterna, cuya promesa se les<br />
ha hecho en Jesucristo nuestro<br />
Señor.<br />
La epístola á los hebreos, como se ha dicho en otra<br />
parte, es uno do los mas beÜTte y <strong>de</strong> los mas preciosos<br />
monumentos que posw la Iglesia; la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> las cos;is<br />
y la importancia <strong>de</strong> la materia que contiene, están en<br />
loda ella sostenidas por la nobleza <strong>de</strong> las espresiones, y<br />
por la elevación <strong>de</strong>l estilo. En el capítulo 9 <strong>de</strong>muestra san<br />
Pablo, por lo que se observaba en la antigua alianza, y por<br />
las víclimas imperfectas que en ella se ofrecian, la perfec-<br />
(io;i do la nueva, en la que Jesucristo nuestro pontífice, el<br />
cual se ha ofrecido una vez en sacrilicio por nosotros, purifica<br />
nuestras almas <strong>de</strong>l pecado, y que ha sido necesario<br />
que muriese para confirmar su testamento ó alianza.<br />
REFLEXIONES.<br />
DOMINGO<br />
que á pesar <strong>de</strong> nuestra indignidad, nuestra nach) y nuestra<br />
indigencia, Dios nos haya amado hasta querer que su<br />
Hijo único y eterno, igual en todo á su Padre, se hiciese<br />
hombre, viniese á ser nuestra víctima, y espirase en la<br />
cíuz por nuestros pecados; he aquí lo (pie verda<strong>de</strong>ramente<br />
es incomprensible. Pero ¿y compren<strong>de</strong>mos mas el mists'rio<strong>de</strong><br />
iniquidad, es <strong>de</strong>cir, nuestra i:igi a!i!ud á un beneficio<br />
tan insigne y nuestra incoinprensihle malicia? Un<br />
Dios se hace hombre por amor <strong>de</strong> los hombres, y estos<br />
hombres correspon<strong>de</strong>n con el <strong>de</strong>sprecio y el aborrecimiento<br />
á este hombre-Dios. Jesucristo se inmola por nosotros<br />
en la cruz; ¿ y con que ojos miramos nosotros este sacrificio?<br />
¡Qué indiferencia por este Re<strong>de</strong>ntor! ¡qué ingratitud<br />
para con este Salvador! ¿qué caso hacemos <strong>de</strong> sus<br />
beneficios? ¿qué <strong>de</strong>ferencia tenemos á su voluntad ? ¡con<br />
qué irreligión no nos ponemos en su presencia ! ¿stm las<br />
reglas<strong>de</strong>ntieslras costumbres, sus máximas, sus mandamientos,<br />
su Evangelio? ¿cuál es nuestro ardor por Jesuciisfo?<br />
¿cuál es nuestra <strong>de</strong>cisión? ¿cuál nuestra ternura?<br />
Cuando uno piensa el modo indigno con que los judíos le<br />
han tratado, con qué malicia le han odiado, con qué crueldad<br />
le han perseguido, se ve uno obligado á <strong>de</strong>cir que no<br />
le han conocido. ¿Podrá fundarse en la misma razón nuestra<br />
ingratitud? ¿y tenemos <strong>de</strong>recho para <strong>de</strong>cir que Jesucristo<br />
seria mas amado, mas respetado <strong>de</strong> los cristianos,<br />
si fuese conocido <strong>de</strong> ellos? ¿Penetramos bien las horribles<br />
(onsecuencias <strong>de</strong> este principio?<br />
i:l ¡•cungelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia es <strong>de</strong>l capítulo 8,<br />
según san Juan.<br />
«Jesucristo ha entrado en el santuario, nó con la sangre<br />
<strong>de</strong> los machos cabríos y <strong>de</strong> los loros-, sino con su<br />
propia sangre, habiendo con ella obtenido una re<strong>de</strong>nción<br />
eterna.» ¿Compren<strong>de</strong>mos todo lo que esto significa? y sí<br />
lo compren<strong>de</strong>mos, ¿lo creemos? Que un Dios se Ima hecho<br />
hombre por el amor que tiene á los hombres , y que<br />
este Dios hombre, para sacar á los hombres <strong>de</strong> la servidumbre<br />
<strong>de</strong>l pecado y do la esclavitud <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, para<br />
reconciliarles con su Padre, y hacerles capaces <strong>de</strong> la herencia<br />
eterna , se haya inmolado por ellos en la cruz,<br />
no podiendo ninguna otra víctima espiar sus pecados, ni<br />
merecerles la vida eterna. Era este el único sacrificio capaz<br />
<strong>de</strong> apaciguar la cólera <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong> satisfacer á su<br />
usi icia ; único capaz <strong>de</strong> hacer que perdiésemos la cualidad<br />
<strong>de</strong> esclavos, y que llegásemos á ser hij(¡s <strong>de</strong> Dios.<br />
Este sacrificio se ha ofrecido, el mismo Jesucristo ha sido<br />
la víctima sangrienta; él ha cimentado sobre su sangre la<br />
alianza que ha hecho entre Dios y los hombres, y habiéndonos<br />
hecho los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> los bienes celestiales por su<br />
leslamenlo, ha querido que adquiriésemos el <strong>de</strong>recho por<br />
su muerte. lié aquí el compendio <strong>de</strong> nuestra creencia sobre<br />
este gran misterio que nosotros confesamos que es<br />
inromprensible; ni esta incomprensibilidad recae sobre<br />
los efectos admirables <strong>de</strong> esta muerte ! se compren<strong>de</strong> fácilmenie<br />
que esta espiacion, esta reconciliación, esla san-<br />
(¡liracion y todos los efectos <strong>de</strong> esta nueva alianza, eran<br />
<strong>de</strong>bidas á las gran<strong>de</strong>s espensas hechas <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> un<br />
hombre-Dios ¡ lo qoe hay <strong>de</strong> incomprensible, es el amor<br />
que ha obligado al Salvador á que hiciese y sufriese lodo<br />
lo que ha hecho y sufrido por los Immbres, cuya pérdida<br />
salvación nada anadian á su feficidad y á su gloria ; y<br />
In ilh lempore : Diceha<br />
Jesús turbis Judaorum: Quis<br />
ex vohis arguct me <strong>de</strong>peccato?Si<br />
verilulcm dico vohis,<br />
guare non credids mihi? Qui<br />
ex Dea est, verba Dei audit.<br />
Proplerea vos non audilis,<br />
guia ex Deo non eslis. Respon<strong>de</strong>runt<br />
ergo Jvdwi, et<br />
di.rcrunl ei: Nonne bene dicimus<br />
nos, quiasamaritanvs<br />
es tu, et dmmmium habes?<br />
Jiespondit Jcsns: Ego dmnottium<br />
non babeo; sed honorifico<br />
Patrem meum, et vos<br />
inhonoraslis me. Ego antem<br />
non qtim'0 glormn meam:<br />
est qui queerat, et judicet.<br />
Amen, amen dico vobis : si<br />
quis sermoncm meum sermveril,<br />
morlem non vi<strong>de</strong>bil in<br />
aílermim. Dixcrunt ergo Ju<strong>de</strong>ei:<br />
Nunc cognovimus quia<br />
dmnoniim habes. Abrabam<br />
morluus est, et prophelce, el<br />
tu dicis: Si quis sermoncm<br />
meum srrvaverit, non gus~<br />
tabil morlem in cclerninn.<br />
JS'amquid tu mrijor es paire<br />
nostro Ahraham, quimorlnus<br />
esl? el propkcue morlvi smt.<br />
En aquel tiempo <strong>de</strong>cia Jesús<br />
á los judíos : ¿ Quién <strong>de</strong><br />
vosotros me argüirá <strong>de</strong> pecado<br />
? Si os digo la verdad,<br />
¿por qué no me creéis? El<br />
que vive según el espíritu<br />
<strong>de</strong> Dios, oye la palabra <strong>de</strong><br />
Dios; por esto vosotros no<br />
la oís, porque no estáis animados<br />
<strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> Dios,<br />
Respondiéronle entonces los<br />
judíos : ¿ No <strong>de</strong>cimos nosotros<br />
bien, que eres un samaritano<br />
y un en<strong>de</strong>moniado<br />
? Repúsoles Jesús: Yo no<br />
tengo <strong>de</strong>monio, yo honro á<br />
mi Padre, y vosotros me<br />
habéis <strong>de</strong>shonrado. Por lo<br />
que hace á mí no busco mí<br />
propia gloria ; hay otro que<br />
tiene este cuidado , y que<br />
hará justicia. En verdad, en<br />
verdad os digo, si alguno<br />
obe<strong>de</strong>ce á mi palabra , no<br />
morirá jairas. Ahora vemos<br />
bien, dijeron los judíos, que<br />
estás en<strong>de</strong>moniado. Abrabam<br />
ha miiei lo; los profetas<br />
han muerlo también ; y<br />
!ii dices: Si alguno obe<strong>de</strong>/e<br />
HIÍ palabra, no morirá ja-