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lemer el esceso en esle punto, <strong>de</strong>cía el sabio canciller <strong>de</strong><br />
la universidad <strong>de</strong> París, mientras que hablemos <strong>de</strong> ella<br />
como inferior á Dios, y en el rango <strong>de</strong> las criaturas? no<br />
temáis llevar muy lejos vuestras alabanzas y vuestros pensamientos;<br />
sabed sí, únicamente, lo que nadie ignora, que<br />
lodos los bienes que ella tiene vienen <strong>de</strong> Dios, y que ella<br />
no es rica sino por ios bienes <strong>de</strong> su Hijo. Supuesta esta<br />
verdad, no temáis nada mas, hablando <strong>de</strong> María, continúa<br />
el mismo Doctor, que el <strong>de</strong>cir muy poco , por gran<strong>de</strong>, por<br />
estraordioario que parezca lo que se diga, teniendo presente<br />
que <strong>de</strong> quien se habla es <strong>de</strong> la Madre <strong>de</strong> Dios. El<br />
evangelista únicamente dice <strong>de</strong> María que es Madre <strong>de</strong><br />
Jesús; pero diciendo esto, lo ha dicho lodo. ¿Débese lemer,<br />
en efecto, <strong>de</strong>cir mucho, ó esce<strong>de</strong>rse en el culto que<br />
se la rinda ? ¿Quién no sabe que es honrar al Hijo, el honrar<br />
á la Madre? La <strong>de</strong>voción que se tiene á María no divi<strong>de</strong><br />
el corazón; por el contrario, le une mas estrechamente<br />
á Jesucristo. La confianza que tenemos en la protección <strong>de</strong><br />
la Santísima Virgen, no disminuye la conüarua que <strong>de</strong>bemos<br />
tener en su Hijo, antes bien la aumenta. Nuestro culto,<br />
nuestra <strong>de</strong>voción, nuestra confianza y nuestro amor á<br />
la Santísima Yírgen, es una prueba sensible <strong>de</strong>|nuestra fe<br />
en Jesucristo. Guiada <strong>de</strong> este espíritu, la Iglesia no pier<strong>de</strong><br />
ocasión alguna <strong>de</strong> bom ar á la Madre <strong>de</strong> Dios, autoriza<br />
con placer lodo lo que tien<strong>de</strong> á aumentar la <strong>de</strong>voción <strong>de</strong><br />
los fieles hacia este refugio <strong>de</strong> los pecadores y mulliplica<br />
tanto sus fiestas. La que se celebra en este dia bajo el título<br />
<strong>de</strong> nuestra Señora <strong>de</strong> la Piedad, ó <strong>de</strong> los Dolores, y <strong>de</strong><br />
la pasión <strong>de</strong> la Santísima Yírgen, <strong>de</strong>be sernos tanto mas<br />
interesante, cuanto que nosotros somos la causa <strong>de</strong> que su<br />
alma haya sido traspasada <strong>de</strong> dolor.<br />
El Evangelio <strong>de</strong> la misa es tomado <strong>de</strong>l <strong>de</strong> san Juan,<br />
capitulo 14.<br />
In illo lempore: Collegerunt<br />
ponüfices el pharisaii<br />
concilium adversus Jesum,<br />
et dicchant: Quid facimus,<br />
quia hic homo multa signa<br />
fácil? Si dimiiliinus eum ste,<br />
omnes cre<strong>de</strong>nt in eum : et<br />
venient Romani, el tollent<br />
noslrum locum et genlem.<br />
Vms autem ex ipsis, Caiphas<br />
nomine, cum esset pontifex<br />
ami illius , dixit eis:<br />
Yos tiescilis quidquam , neo<br />
cogilalis quia expedü vobis<br />
«í mus vwrialur homo pro<br />
populo, et non tota gens pereal.<br />
Uoc autem a semetipso<br />
«OÍI dixit: sed, cum esset<br />
En aquel liempo los sacerdotes<br />
y los fariseos juntaron<br />
consejo contra Jesús:<br />
¿Qué hacemos, <strong>de</strong>cian, porque<br />
este hombre hace muchos<br />
milagros? Si le <strong>de</strong>jamos<br />
seguir obrando asi,<br />
todo el mundo creerá en él,<br />
y vendrán los romanos y<br />
<strong>de</strong>struirán nuestro pais y<br />
nuestra nación. Mas uno <strong>de</strong><br />
ellos llamado Caifás, siendo<br />
gran sacerdote en aquel<br />
año, les dijo : Vosotros no<br />
lo entendéis y no hacéis reflexión<br />
que es interés vuestro<br />
que un hombre muera<br />
por la nación, y nó que toda<br />
ella perezca. No <strong>de</strong>cia esto<br />
pontifex anni illius, prophe"<br />
tavit quod Jesús morilurus <strong>de</strong> sí mismo, sino que como<br />
trat pro gente, et non tantum<br />
pro gente, sed MÍ filios<br />
iteí, qui erant disper&i, con-<br />
Qregaret in unum. Ab illo erijo<br />
die cogitavermt ul inter-<br />
ficerenl eum. Jesús ergo jam<br />
era gran sacerdole en aquel<br />
año, dijo con espíritu profético,<br />
que Jesús <strong>de</strong>bia morir<br />
por la nación, y no solo<br />
por la nación, sino también<br />
para reunir en un solo cuerwon<br />
tn palam ambulabat po los hijos <strong>de</strong> Dios que esaI>ud<br />
Judwos, sed abiü m<br />
TOHO, IV.<br />
taban dispersos. Así que,<br />
DE PASíOiN.<br />
regioncm juxla <strong>de</strong>sei'tum,<br />
in civitatem, quee dicitur<br />
Ephrem , et ibi'morabalur<br />
cum discipulis suis.<br />
MEDITACION.<br />
273<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> este dia ya no pensaron<br />
mas que en quitarle la<br />
vida. Por tanto Jesús ya no<br />
se presentaba públicamente<br />
entre los judíos, y se fué al<br />
pais vecino <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto, á<br />
una ciudad llamada Ephren,<br />
y allí moraba con sus discípulos.<br />
De los Dolores <strong>de</strong> la Sanlisima Virgen.<br />
PUNTO PRIMERO.—Consi<strong>de</strong>ra que no sin razón la Iglesia<br />
llama á la Santísima Virgen reina <strong>de</strong> los mártires. No<br />
hay ninguno entre aquellos héroes cristianos que haya<br />
sufrido un martirio mas doloroso que esta Madre afligida.<br />
¿Queremos tener una i<strong>de</strong>a justa <strong>de</strong> las penas <strong>de</strong> la Santísima<br />
Virgen? Comprendamos, si es posible, cuál ha sido<br />
la ternura, la gran<strong>de</strong>za, el ardor y la pureza <strong>de</strong> su amor<br />
á su querido Hijo. <strong>Los</strong> tormentos que obran sobre el<br />
cuerpo, pue<strong>de</strong>n endulzarse y aun hacerse <strong>de</strong>leitables por<br />
las dulzuras interiores que Dios <strong>de</strong>rrama en una alma, y<br />
se han visto mártires que hallaron refrigerio en medio <strong>de</strong><br />
los braseros, como sucedió á los tres niños hebreos; pero<br />
¿qué es loqua pue<strong>de</strong> suspen<strong>de</strong>r ó dulcificarlos dolores<br />
<strong>de</strong>l alma? El martirio <strong>de</strong>l alma es un suplicio sin alivio.<br />
Cuando la misma alma es la que se siente traspasada,<br />
<strong>de</strong>be ser muy dolorosa la llaga, y tal ba sido el martirio<br />
déla Santísima Virgen. Sentirás el dolor mas vivo, lo<br />
habia dicho Simeón, cuando llevó su Hijo amado al templo<br />
; los ultrajes que se harán á lu,Hijo, serán para tí como<br />
otros laníos cuchillos que se clavarán en tu pecho.<br />
Jamás madre alguna amó á su hijo como la Sanlisima<br />
Virgen amó al Salvador; sabemos loque ha sufrido el<br />
Salvador durante su vida mortal; ¡qué humillaciones,<br />
qué pobreza, qué persecuciones l y durante su pasión<br />
¡qué dolores, qué oprobios! Concibamos por aquí lo que<br />
ha sufrido la Santísima Virgen que ha sido testigo <strong>de</strong> todo<br />
lo que ha sufrido su querido Hijo. Nunca hubo martirio<br />
mas largo ; la vida <strong>de</strong> treinta y tres años <strong>de</strong>l Salvador,<br />
ha sido la medida <strong>de</strong> la duración <strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> su divina<br />
Madre. Sus penas escedicron aun á la vida <strong>de</strong>l Salvadorv<br />
¿Qué no <strong>de</strong>bió sufrir la Santísima Virgen, viéndose en<br />
Belén cercana al parlo, y rechazada <strong>de</strong> lodo el mundo,<br />
reducida á retirarse á un establo, sin socorro, sin otro<br />
alivio para un Hijo que es Dios, que el aliento <strong>de</strong> dos viles<br />
animales y un puñado do paja? hagámonos cargo<br />
cuánto <strong>de</strong>bió sufrir en aquella ocasión, la mas tierna, la<br />
mas apasionada <strong>de</strong> las madres, en su persona y en la <strong>de</strong><br />
su querido Hijo. Traigamos á la memoria sus temores,<br />
pensando el cruel é impío <strong>de</strong>signio <strong>de</strong> Here<strong>de</strong>s <strong>de</strong> quitarle<br />
la vida; ¿qué no tuvo que pa<strong>de</strong>cer en su viaje y en su<br />
estancia en Egipto? Pero ¿estuvo mas tranquila, ó al<br />
menos fué mas feliz á lo <strong>de</strong>l mundo en Nazareth? ¡Qué<br />
santas inquietu<strong>de</strong>s por la falta <strong>de</strong> todo lo necesario á que<br />
frecuentemente la reducía su estado pobre y oscuro!<br />
¡Qué agonía no pa<strong>de</strong>ció en los Ires dias que Jesucristo se<br />
quedó en Jerusalen 1 Pero, y ¡ qué no tuvo que sufrir<br />
viendo la ingratitud con que se pagaban los beneficios <strong>de</strong><br />
su querido Hijo, y sabiendo bastí dón<strong>de</strong> llevaban su odio<br />
y su envidia los escribas y los fariseos! Seria necesario<br />
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