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m<br />
eslradaba como los judíos <strong>de</strong> aquel pueblo. Uabia permanecido<br />
algunos dias en Sichetn, les había predicado la palabra<br />
<strong>de</strong> Dios, no les escluia <strong>de</strong> la salvación, teniendo lanto<br />
interés por su conversión como por la <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Tampoco<br />
respon<strong>de</strong> el Salvador á la primera injuria, y se contenta<br />
con <strong>de</strong>cirles con su ordinaria dulzura que no estaba<br />
poseído <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio; que si les <strong>de</strong>cia las verda<strong>de</strong>s con<br />
mas fuerza que lo que ellos quisieran, no <strong>de</strong>bian tomar<br />
por furor lo que no era otra COSÍI que un zelo caritativo;<br />
que nada le movia mas que la gloria <strong>de</strong> su Padre, y su<br />
salvación; que bien podian cargarle <strong>de</strong> injurias, pero que<br />
no por eso <strong>de</strong>spertarían en él el resentimiento; que en<br />
cuanto bombre no buscaba su propia gloria; que <strong>de</strong>jaba<br />
todo el cuidado <strong>de</strong> esto á aquel sobre quien recalan los<br />
ultrajes que á él se le hacían, y que siendo el soberano<br />
Juez no <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> vengarle <strong>de</strong> sus caluinníadores. Queriendo<br />
templar, por <strong>de</strong>cirlo así, el Salvador esta terrible<br />
amenaza por una promesa agradable: «Yo os aseguro, les<br />
aña<strong>de</strong>, que cualquiera que observare mis preceptos, no<br />
morirá jamás.»<br />
<strong>Los</strong> judíos que <strong>de</strong>spreciaban igualmente sus promesas<br />
que sus amenazas, le respondieron con indignación: Nunca<br />
mejor que ahora conocemos que es el <strong>de</strong>monio el que<br />
le hace hablar. Abraham ha muerto, los profetas han muerto<br />
también, y i te atreves á <strong>de</strong>cir que los que guardaren<br />
tus preceptos no moriránI ¿Eres tú mayor que nuestro<br />
padreAbraham? ¿eres mejor que todos los profetas á quienes<br />
no ha perdonado la muerte? ¿quién piensas tú que<br />
eres? Todo este razonamiento rueda sobre un falso prin-<br />
«ipio; ellos suponen que Jesucristo habla <strong>de</strong> una vida temporal,<br />
y <strong>de</strong> lo que habla el Salvadores do la vida <strong>de</strong>l almat<br />
<strong>de</strong> la vida eterna.<br />
Vosotros pensáis, continúa, que lo que yo digo es una<br />
vanagloria que me aíribujo. No tengo yo que glorilicarme,<br />
bastante me glorilica mí Padre <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> vosotros<br />
por tan repetidos prodigios; él es el que hace brillar en mi<br />
su po<strong>de</strong>r por las maravillas que obro á vuestra vista, y<br />
por la verdad que os anuncio. Y no digáis que este Padre<br />
os es <strong>de</strong>sconocido, y que yo os hablo enigmáticamente:<br />
este Padre es el Dios que vosotros adoráis y cuyo testimonio<br />
os negáis á recibir: pue<strong>de</strong> aun <strong>de</strong>cirse que para vosotros<br />
es un Dios <strong>de</strong>sconocido, puesto que no reconocéis las<br />
obras que ejecuta por mi. Si le conocieseis, <strong>de</strong>scubriríais<br />
en mí persona lodos los caracteres <strong>de</strong>l Mesías, y me reconoceríais<br />
por hijo suyo: para mí, yo le conozco perfectamente,<br />
y haría traición á la verdad, si fuese capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />
lo contrario. Pueblo ingrato, vosotros no conocéis á<br />
vuestro Dios, ni á aquel que él os ha enviado para dárosle<br />
á conocer : yo sí, yo conozco á Dios mi Padre, y si dijese<br />
que no le conocía, sería tan mentiroso como vosotros diciendo<br />
que le conocéis. Si le conocieseis, guardaríais fielmente<br />
sus preceptos: yo los guardo con eslrema fi<strong>de</strong>lidad<br />
porque le conozco claramente. Se ve que Jesucristo habla<br />
aquí como hombre. ¡De qué honor no blasonáis, afia<strong>de</strong>,<br />
porque tenéis á Abraham por padre! Sabed, pues, que este<br />
gran patriarca, llu&li ado c«n luz divina conoció el día feliz<br />
en que yo <strong>de</strong>bía venir al mundo; le vió como lo había <strong>de</strong>seado<br />
ardientemente, y dió saltos do alegría. <strong>Los</strong>judios,<br />
que no habían comprendido el pensamiento <strong>de</strong>l Salvador,<br />
le dijeron con un tono <strong>de</strong>spreciante: No tienes todavía cincuenta<br />
atlos y quieres hacernos creer que eres <strong>de</strong>l tiempo<br />
(h Abiaham. Tomando entonces el Hijo <strong>de</strong> Dios un tono <strong>de</strong><br />
DOMINGO<br />
maestro, y queriendo darles á enten<strong>de</strong>r sin alegoría y sin<br />
figura que él era en toda la eternidad como Dios: En verdad<br />
os digo, les respondió, si, yo oslo digo, y es verdad,<br />
yo soy ántes que Abrabam estuviese en el mundo. <strong>Los</strong> judíos<br />
comprendieron muy bien que el Salvador <strong>de</strong>cía que<br />
era tan eterno como su Padre; juzgaron esto como «na<br />
blasfemia, y tomaron piedras para apedrearle como blasfemo;<br />
pero Jesús que quería morir en la cruz y nó apedreado,<br />
<strong>de</strong>sapareció <strong>de</strong> sus ojos haciéndose invisible, y<br />
salió <strong>de</strong>l templo, reservando el sacrificio <strong>de</strong> su vida para<br />
el tiempo que su Padre le babia señalado.<br />
Vexilla Uegis pro<strong>de</strong>unl:<br />
Fulget Crucis mysterium,<br />
Qua vita mortem pertulit,<br />
Et mortem vilam protulit.<br />
Qum vulnerata lanceaí<br />
Mucrone diro criminnm,<br />
Ul nos lavaret sordíbus,<br />
Manavít unda et sanguinc.<br />
Impleta sunt qmeconcinit<br />
David ti<strong>de</strong>li carmine,<br />
Díccndo nationibus:<br />
Regnavit a ligno Deus.<br />
Arbor <strong>de</strong>cora et fulgida.<br />
Ornala Regís purpura,<br />
Electa digno stípite<br />
Tamsanctamembralangere.<br />
Beata, cujus brachiis<br />
Pretium pependil saeculi,<br />
Statera fucta corporis,<br />
Tulilque piu-dam tartarí.<br />
O Crux ave, spes única,<br />
Uoc Passionis lempore,<br />
Piis adauge gratiam,<br />
Ucisque <strong>de</strong>le crimina.<br />
HIMNO.<br />
Ya tremolan <strong>de</strong>l Rey los<br />
estandartes;<br />
De la cruz el mislerio resplan<strong>de</strong>ce,<br />
En la cual pa<strong>de</strong>ció muerto<br />
la vida,<br />
Y dió al hombre vida con<br />
su muerte.<br />
Herida con lanza, cuya<br />
punta<br />
Las culpas son, que nuestro<br />
error comete,<br />
Para lavar nuestras inmundas<br />
maméas,<br />
Manó agua y sangre porlenlosamenle.<br />
Ya está cumplido lo que<br />
David predijo,<br />
Cuando profetizó á todas las<br />
gentes,<br />
Que había <strong>de</strong> reinar Dios<br />
verda<strong>de</strong>ro<br />
{Llegado el tiempo) <strong>de</strong> un<br />
lefio pendiente.<br />
Arbol el mas brillante y<br />
mas hermoso,<br />
Por la púrpura real que te<br />
ennoblece,<br />
Y el contacto <strong>de</strong> aquellos<br />
miembros santos:<br />
Dichoso el tronco que logró<br />
tal suerte.<br />
Mil veces feliz tú, <strong>de</strong> cuyos<br />
brazos<br />
El que en precio se dió <strong>de</strong>l<br />
mundo, pen<strong>de</strong>:<br />
Que hecho peso <strong>de</strong> aquel<br />
sagrado cuerpo,<br />
Quitas la presa á las tartáreas<br />
huestes.<br />
Cruz , única esperanza.<br />
Dios te salve:<br />
En este tiempo en que Jesús<br />
pa<strong>de</strong>ce,<br />
A los malvados el perdón<br />
alcanza,<br />
A los piadosos las gracias<br />
acrece.