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tanlo era que se supiese con qué soveiiJnd cnsligará la<br />
jnsücia divina á los que traían con <strong>de</strong>spreciólas cosas santas.<br />
Junio algunos cor<strong>de</strong>les, (pie halló por tierra, é hizo<br />
do ellos un azote, que puesto en aquella mano capaz <strong>de</strong><br />
hacer temblar el cielo y la lieira, pareció tan terrible que<br />
llenó <strong>de</strong> espaulo á los que profanaban la casa <strong>de</strong> Dios. Arrojó<br />
<strong>de</strong> aquel lugar sagrado en primer lugar los merca<strong>de</strong>res<br />
<strong>de</strong> bueyes y <strong>de</strong> carneros, y <strong>de</strong>spués los que cambiaban,<br />
echando por lien a el dinero y <strong>de</strong>rribándoles los escritorios.<br />
A los que vendian las palomas les trató con mas<br />
dulzura. No los echó á latigazos; solo empleó la palabra<br />
para obligarles á que se retirasen, contentándose con <strong>de</strong>cirles:<br />
Quitad esto <strong>de</strong> aquí, y no hagáis <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> mi<br />
Padre una casa <strong>de</strong> tráfico. El profeta Zacarías habia predicho<br />
mucho t:empo antes, que en los dias <strong>de</strong>! Mesías no<br />
habría merca<strong>de</strong>r en la casa <strong>de</strong>l Sefior. (Zach. 14.) Sus<br />
discípulos que conociaa su eslrema dulzura, quedaron<br />
sorprendidos al ver una severidad tan gran<strong>de</strong>, la atribuyeron<br />
al fervor <strong>de</strong> su zelo, y se acordaron <strong>de</strong> las palabras<br />
do David que <strong>de</strong>cia liablnndo eu persona <strong>de</strong>l Mesías: El<br />
zelo que tengo por el honor <strong>de</strong> vuestra cr a, es como un<br />
fuego <strong>de</strong>vorante que me consume. ¿Qué hubiera hecho el<br />
Sefior que arrojó á los que compraban lo necesario para<br />
los sacrificios, dice el venerable Beda sobre i'ste pasaje,<br />
si hubiese visto conten<strong>de</strong>ren el templo, abandonarse en él<br />
á risas <strong>de</strong>scompasadas, mantener en él discursos frivolos?<br />
¿Y qué hubiera hecho, si húbose visto lo que nosotros vemos<br />
el dia <strong>de</strong> hoy en nuestras iglesias, mucho mas santas<br />
que lo era el templo <strong>de</strong> Jerusalen; esas inmo<strong>de</strong>slins<br />
escandalosas, esas citas criminales, esos aires tan distraídos,<br />
esas posimas tan in<strong>de</strong>centes ? Jesucristo ve todas<br />
esas sacrilegas profanaciones hasta el pié <strong>de</strong> los altares<br />
don<strong>de</strong> reposa, las ve en el tiempo mismo que so inmola <strong>de</strong><br />
nuevo por nosotros, y las disimula , pero su paciencia es<br />
mas temible que lo sería su azote.<br />
Sin embargo, los judíos que no le habian visto aun hacor<br />
algún milagro, le preguntaron por qué obraba con<br />
tanta autoridad en la casa <strong>de</strong> Dios y con qué milagro les<br />
probaba que era el enviado <strong>de</strong> Dios en cuaüdad-<strong>de</strong> profeta.<br />
El Sa'vador, que no hacia milagros para satisfacer la curiosidad<br />
délos quedmlaban <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> su misión,<br />
no quiso hacer otro á la presencin <strong>de</strong> aquellos espíritus<br />
curiosos y malignos que el que acababan <strong>de</strong> ver; porque,<br />
como dice san Gerónimo, era un milagro ba^lan'e consi<strong>de</strong>-<br />
'"able el que un hombre solo, que no aparecía reveslido<br />
<strong>de</strong> autoridad alguna, hubiese hecho sin la menor resisloncia<br />
lo que Jesucristo acababa <strong>de</strong> hacer. Es necesario,<br />
^Hia<strong>de</strong> este l'adre, que un fuego celestial hubiese eníonces<br />
uPilfettó en sus ojos, y que la Majestad divina se la liuliiese<br />
visto resplan<strong>de</strong>cer en su rostro. No obstante, se dignó<br />
•"espon<strong>de</strong>r á su pregunta tan poro respetuosa con una predicción<br />
que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>moslrarsu divinidad, y que ella sola<br />
valia por todos los milagros mas portentosos. Destruid<br />
este templo, les dijo (esto es, luego que lo huhiercis <strong>de</strong>struido<br />
; porque es un modo <strong>de</strong> hahlar conum en la Eserilura<br />
el servirse <strong>de</strong>l imperativo para espresar lo que <strong>de</strong>be<br />
suce<strong>de</strong>r), vosotros le <strong>de</strong>struiréis, y yo lo reedílicaré en<br />
lrea días. Hablaba Jesús <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> su cuerpo, <strong>de</strong> aquel<br />
lenizo tan ¿agrado que <strong>de</strong>bían arruinar los judíos, quitando<br />
la vida al Mesías, y que el Mesías, resucitando tres<br />
días dc.spiKs por su propia virlniK <strong>de</strong>bía volver á levahtar.<br />
A este milagro <strong>de</strong> su resu.TCccion, que era el único<br />
TOMO IV.<br />
DE CÜARFSMA. 209<br />
que masque todos los otros <strong>de</strong>mostraba el soberano po<strong>de</strong>r<br />
y la divinidad <strong>de</strong> Jesucristo, era al que ordinariamente<br />
remilia á todos los que le pedian milagros. Ninguno do<br />
los que allí estaban comprendió entonces este misiei io;<br />
los mismos discípulos no lo entendieron hasta que ya estuvo<br />
cumplido. <strong>Los</strong> judíos creyeron que hablaba <strong>de</strong>l templo<br />
<strong>de</strong> Jerusalen, reedificado por Zorobabel, y que lardó<br />
en cumplirse hasta su última perfección cuarenta y seis<br />
años, y esto es lo que les hizo <strong>de</strong>cir: Cuarenta y seis años<br />
se han empleado en edificar este templo, ¿y entres dias lo<br />
reedificarás?<br />
Habiendo permanecido el Salvador en Jerusalen to;la la<br />
octava <strong>de</strong> Pascua hizo muchos milagros, los cuales fueron<br />
causa <strong>de</strong> que muchos creyesen en el; entre otros Nico<strong>de</strong>inus,<br />
que era un senador <strong>de</strong> la ciudad, y uno <strong>de</strong> ios quo<br />
componían el gran Sanhedrin, esto es, el gran consejo <strong>de</strong><br />
losjudíos. Se asegura que era sobrino <strong>de</strong> Gamaliel con<br />
quien san Pablo, ánles <strong>de</strong> su conversión, habia hecho sus<br />
primeros estudios. Las instrucciones <strong>de</strong>l Dijo <strong>de</strong> Dios y sus<br />
milagros le hicieron muy célebre en Jerusalen, no se hablaba<br />
<strong>de</strong> él sino con admiración, lodos lo miraban como<br />
un gran profeta, este era el parecer <strong>de</strong>l público; pero el<br />
Salvador, que conocia á fondo el corazón <strong>de</strong> los hombres y<br />
su inconstancia, hacia poco caso <strong>de</strong> lodos estos testimonios<br />
<strong>de</strong> estima y <strong>de</strong> veneración, sabiendo bien que la mayor<br />
parle <strong>de</strong> los que entonces le miraban y exallabe.n mas, pedirían<br />
su muerte <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> pocos aflos. Tal es todavía el<br />
carácter <strong>de</strong> aquellos cristianos viles é ingratos, que <strong>de</strong>spués<br />
d;- h ber sido <strong>de</strong>votos, se bucen liberlinos é impíos.<br />
¿Cuál será su suerle?<br />
La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> esle dia es como sigue:<br />
Conce<strong>de</strong>dnos , os roga-<br />
I'rwsla, qumunnis, omrtipolens<br />
Deus: ul observattones<br />
sacras anmia <strong>de</strong>votinne<br />
recolenlcs, el corpore ibi píaceamus<br />
el mente. Per Dominum...<br />
mos. Dios omnipcl. nle, que<br />
celebrando religiosamente<br />
las observancias sagradas,<br />
que anualmente son el objeto<br />
<strong>de</strong> nuestra <strong>de</strong>voción, os<br />
rgra<strong>de</strong>mos por la pureza <strong>de</strong><br />
nueslra alma y <strong>de</strong> nuestro<br />
cuerpo. Por nuestro Señor,<br />
etc.<br />
La Epístola es lomada <strong>de</strong>l libro 3 <strong>de</strong> los Rnjes, cap. 3.<br />
In dielms illis: Veacrunl<br />
ém nntlieres merelrires ad<br />
regem Salomonem, steleruntque<br />
corara eo, quamm una<br />
ail: Obsecro , mi domine:<br />
ego él mulier hoec habitabamus<br />
in domo una , el peperi<br />
apud eam in cuhicuh: Tenia<br />
auiem die postquam ego peperi,<br />
peperit et hoec: el eramus<br />
simul, nullusque alius<br />
nobisam in domo, exceptis<br />
nobis duubus. Mortum est<br />
autem filias mulieris hijas<br />
nocle: dormiens quippe oppmsil<br />
eum. El consurgeus<br />
iulempesKe noc.tis silcnlio,<br />
lulil lilhun mam <strong>de</strong> lalere<br />
En aquellos dii;s se presentaron<br />
dos mujeres do<br />
mala vida al rey Salomen,<br />
y estando <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él,<br />
dijo una <strong>de</strong> ellas: Os suplico,<br />
señor, que os dignéis<br />
oírme. Habitábamos isla<br />
mujer y yo en una misma<br />
casa, y yo he parido en el<br />
mismo aposento don<strong>de</strong> ella<br />
estaba. Tres dias <strong>de</strong>spués<br />
que yo, ha paridj también<br />
ella. Eslábarnos, pues, juntas<br />
en la casa, y nadie liabia<br />
en ella mas que no.-otras<br />
dos. El hijo <strong>de</strong> esta<br />
oinjer ha muerto dnrante<br />
la noche , porque estando<br />
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