Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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SABADO TERCERO
yendo carnem ab alimsiUis
abslinent, sectando juslüiam
a culpa jejmenl. Per Dominum
noslrum...
líos que se abstienen de las
viandas para mortificar sus
cuerpos, se abstengan también
de los pecados haciendo
buenas obras. Por nuestro
sefíor, etc.
La Epístola es lomada del profeta Daniel, cap. 43.
la diehus illis: Erat vir
habilans in liabijlone, et nomen
ejus Joakim : el accepü
uxorem nomine Sasannam,
filinm Ueláce, pukhram nt-
ÍHÍS, eí timcnlem Deum: párenles
En aquellos dias habitaba
en Babilonia un hombre
llamado Joaquin. Casó con
una mujer llamada Susana,
hija de Helcías, estraordinariamente
hermosa y temerosa
enim illius, cum essenl
de Dios; porque
jusli, crudierunl filiam suam
como sus padres eran justos
secundum legem Moysi. Erat
aulcm Joukim dk-cs valde, et
erat ei pomarium vicimm
domui suce, et ad ipsum confluebanl
Judcei, eo quod essel
, habian educado á su
hija según la ley de Moisés.
Era Joaquin muy rico, y tenia
un jardín lleno de frutales,
contiguo á su casa. Los
konorabiliur omnium. El
judíos se reunían en su casa
consliluli sunl de populo dúo
senes judices in illo anuo: de
quibus loculus est Dominus.
Quia egressa est iniquitas de
Babijlone a senioribus judicibus,
porque era el mas visible de
todos. Habían sido elegidos
por jueces del puebio en
aquel afio dos viejos, de los
que habió el Señor cuando
qui i'idebanlur rerjeve
dijo: Ha salido la iniquidad
pnpulam. ¡sli frequentabanl
domum Joakim, et veniebant
de Babilonia por los viejos
que eran jueces, los cuales
ad eos omnes qui habebanl
parecía que conducían al
judida. Cum autem populas
revcrlisset per moridiem, in-
(jredicbatur Sasanna, el ambulal¿ai
in pomario inri sui.
El videbant eam senes quotidie
ingredienlem, et deambulanlem
: el exarserunl in
concupisceníiam ejus: el evertcrmt
scnsum suum , et declinavernnt
pueblo. Estos viejos fre
cuentaban la casa de Joaquín,
y allí venían á buscarlos
todos los que teniím
algún litigio. Hacia el mediodía,
luego que se había
ido el pueblo, entraba Susana,
y se paseaba en el jardin
de su marido. Veíanla
oculos suos ut
todos los dias los viejos que
non vidercnl cce/am, ñeque
entraba y se paseaba, y
recordarenturjudiciorumjustorum.
concihieron una ardiente
Faclum esl fiuíem,
pasión por ella ; su razón se
cum observarenl diemaptum,
ingressa esl aliquando sicut
lien eí nudiusterlim, cum
duahus solis puellis, voluilque
lavari in pomario: wstus
quippc erat: el non erat ibi
quisquam , pceter dúos senes
abscondilos, el contemplantes
eam. Dixit ergo puellis:
Afferte mi/u olcum. et smigmala,
et ostia pomarii claudüe,
ut laver. Cun autem
egressae essenl puellce, surrextrml
dúo senes, el accurrentnt
ad eam , el dixerunl:
Erre ostia pomarii clausa
sunl, et nemo nos viáel, el
nos in- coHcupiscentia tai supervirtió,
y apartaron sus
ojos para no ver el cielo, ni
tuvieron presentes los justos
juicios de Dios. Como ellos
observaban cuidadosamente
el tiempo para poder encontrar
sola á Susana, sucedió
un día que ella entró
en el jardín como los días
precedentes sin mas compañía
que doscríadas, y que
determinó bañarse en el jardín;
era tiempo de gran
calor. Nadie había entonces
mas que los dos viejos que
estaban ocultos acechándola.
Dijo, pues, Susana á sus
dos criadas: Tiaedmc el
mus: quam ob rem asseniire
nobis, el comm;scere nobiscum.
Quod si nolueris, dicemus
contra te leslimonium,
quod fueril tecum juvenis, el
ob hanc causam amiseris
paellas a te. Ingemuil Susanna,
et ait: Anguslioe sunl
mihi mdique: si enim hoc
egero, mors mihi est: si autem
non egero, non effugiam
manus vestras. Sed melius
est mihi absque opere inciden
in manus veslras, quam
peccare in conspectu Domini.
Et exclamavit mee magna
Susanna: exchmaverunt autem
el senes advrrsus eam.
El cucurrit unus ad ostia
pomarii, el aperuit. Cum
ergo.awdissenl clamorem famuli
domus in pomario,
irruerunt per poslicum ul
viderent quidnam essel. Poslquam
autem senes locnli sunl
erubuerunl serñ vehemenler:
quia numquam diclus fuerat
sermo hujuscemodi de Sú~
sanna. El facta esl dies erastina.
Cumque venisscl populus
ad Joakim virum ejus,
venerunl el dúo séniores pleni
iniqua cogitatione adversusSusannam,
ul interficerent
eam. El dixerunl coram
populo: Millitc ad Susannam
filiam Helcicc uxorem
Joakim. Et slalim miserunt.
Et venil cum parenlibus, et
filiis , et universis cognalis
suis. Flebant igilur sui, et
omnes qui noverant eam.
Consurgentes autem dúo séniores
in medio populi, posuemnt
manus suas su per
capul ejvs. Quce flcns suspexil
ad coelum: eral enim cor
ejus fduciam habens in Domino.
El dixerunl séniores:
Cum deambularemus in pomario
soli, ingressa est hwc
cum duabus puellis: el clausil
ostia pomorii, el dimisit
a se puellas. Venilque ad
eam adolesccns, qui eral absconditus,
et concubuil cum
ea. Porro nos cum essemus
in ángulo pomarii, videntes
iniquilalem, cucurrlmus ad
eos, el vidimus eos pariler
commmeri. Et itlum qvidrm
non quivimus comprchendeaceite
y los perfumes, y cerrad
las puertas del jardín,
porque voy á bañiinue.
Apenas habían salido las
dos criadas, salieron los dos
viejos, se fueron corriendo
adonde estaba, y la dijeron:
Las puertas del jardín están
cerradas, nadie nos ve, y
nosotros ardemos apasionados
por tí; por tanto condese
iende con nosotros
y ríndete á nuestros deseos.
Porque si no quieres, nosotros
levantaremos un falso
testimonio contra tí, y diremos
que hallamos un jóven
contigo, y que por esto habíais
despedido las criadas.
Susana entonces arrojó un
profundo suspiró y dijo : Me
hallo estrechada por todas
partes; porque si hago lo
que queréis, caigo en la
muerte, y si no lo hago, no
puedo huir de vuestras manos;
pero es mejor para mi
caer en vuestras manos sin
Maet pecado, que pecar en
presencia del Señor; y Susana
empezó á clamar á
grandes voces; los viejos
también gritaban contra
ella; y uno de ellos corrió á
la puerta del jardín y abrió.
Habiendo oído los criados de
la casa las voces que sonaban
en el jardín, fueron corriendo
por el postigo á ver
lo que era. Luego que hablaron
los viejos, quedaron
asombrados los criados, porque
jamás se había dicho
cosa semejante de Susana.
Llegado el dia siguiente,
habiendo venido el pueblo á
casa de Joaquin, su marido,
vinieron los dos viejos
con la perversa resolución
que habian formado contra
Susana de hacerla perder
la vida. Dijeron, pues, en
presencia del pueblo i Haced
venir á Susana, hija de
Helcías, mujer de Joaquín;
é inmedíalamente la hicieron
venir, y vino allí acompañada
de sus padres, de
sus hijos, y de toda su familia.
Todos sus paríenles
y lodos los que la conocían,
te deshacían en lágrimas.