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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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cho lodo este vasto universo, ec servirá <strong>de</strong> nosotros para<br />

hacer maravillas.<br />

Miremos álos apóstoles, atendamos á los mayores santos,<br />

y veremos que lodos han sido los mas humil<strong>de</strong>s, i Qué<br />

<strong>de</strong> maravillas no ha hecho un san Francisco <strong>de</strong> Paula en<br />

los pueblos y en las casas <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s; él ha sido el<br />

prodigio do su siglo! ¿y hubo jamás un hombre mas humil<strong>de</strong>?<br />

¡Cuando curarán nuestro orgullo y nos inspirarán<br />

gusto á la humildad tan gran<strong>de</strong>s ejemplos, motivos tan<br />

po<strong>de</strong>rosos, razones todas á cual mas interesantes!<br />

¡Ah, Señor! ¿puedo yo veros humillado hasta morir<br />

en una cruz, y puedo yo verme hinchado <strong>de</strong> orgullo y no<br />

ser humil<strong>de</strong>? i Ah! <strong>de</strong>masiado que puedo, y mis senlimientos<br />

y mi conduela prueban bastante lo que yo soy;<br />

pero todo lo espero <strong>de</strong> vuestra misericordia. Vos queréis<br />

que aprenda <strong>de</strong> vos á ser humil<strong>de</strong> <strong>de</strong> corazón; haced que<br />

llegue á serlo; ya os lo pido y lo <strong>de</strong>seo con todo mi corazón,<br />

JAOJL.VTOIUAS,—¿Me atreveré á hablar á mi Sefior<br />

y mi Dios, yo que no soy mas que polvo y ceniza ?<br />

(Genes. 18.)<br />

Yo estoy humillado, y paso mis dias en la tristeza. Por<br />

esto, Dios mió, tendréis compasión <strong>de</strong> mi, y me salvareis.<br />

[Ps. 68.)<br />

PROPÓSITOS.<br />

1 La humildad sin la humillación no es por lo común<br />

otra cosa que el conocimiento y la eslima que tenemos <strong>de</strong>l<br />

mérito y <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> esta virtud; pero no siempre<br />

es la virtud misma. No somos humil<strong>de</strong>s porque conozcamos<br />

las razones que tenemos para serlo. Las virtu<strong>de</strong>s morales<br />

son prácticas. La prueba mas segura y menos equívoca<br />

<strong>de</strong> la virtud <strong>de</strong> la humildad, es la alegría en la humillación.<br />

Si esta imporfanle virtud no consistiese mas<br />

que en humillarse <strong>de</strong> palabra, las espresiones ménos sinceras<br />

probarían que muchos que se alimentan <strong>de</strong>l orgullo<br />

son humil<strong>de</strong>s. Cosa estraña ; tenemos <strong>de</strong>fectos crasos que<br />

saltan á los ojos, y no po<strong>de</strong>mos sufrir que se nos adviertan;<br />

¡qué <strong>de</strong>specho si se repara en ellos! Mira uno con<br />

<strong>de</strong>sprecio sus propios <strong>de</strong>fectos y los <strong>de</strong> los otros, y cada<br />

uno quiere que <strong>de</strong> los suyos no se hable. Corregid hoy un<br />

vicio tan común. ¿No leñáis tanta virlud que améis la humillación<br />

? sed al ménos bastante cristianos para recibirla<br />

con mansedumbre y con paciencia; no os justifiquéis en<br />

aquellas ocasiones <strong>de</strong> poca importancia, en las que el<br />

amor propio es maltratado, y vuestra vanidad se ve ajada.<br />

Os alegrareis <strong>de</strong> haber callado; no perdáis por un aire<br />

<strong>de</strong>sabrido, por una palabra violenta, por una indignación<br />

<strong>de</strong>masiado manifiesta, el mérito <strong>de</strong> una peqnefía hullacion,<br />

que es un remedio soberano contra la exaltación<br />

<strong>de</strong>l ánimo.<br />

No siempre es el natural ó el mal humor el que hace<br />

álosseflores tan <strong>de</strong>licados y poco pacientes; con mas<br />

frecuencia el origen <strong>de</strong> estos fogosos arrebatos es un orgullo<br />

secreto. La humildad <strong>de</strong>l corazón es inseparable <strong>de</strong><br />

la penilencia y <strong>de</strong> la mansedumbre. No po<strong>de</strong>mos sufrir<br />

una palabra poco respetuosa ; nos incomodamos por la<br />

poca exactitud <strong>de</strong> un doméstico; nos choca la cachaza<br />

<strong>de</strong> nuestros <strong>de</strong>pendientes; su poca <strong>de</strong>ferencia á nuestras<br />

E<strong>de</strong>nes nos pone do mal humor. Llamad como quisier«is<br />

esas impaciencias, esas asperezas, coloradlas con el<br />

protesto que os dé la gana, vosotros seríais mas pación-<br />

DESPUES DE PENTECOSTES. 509<br />

les si fueseis ménos orgullosos; comenzad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este momento<br />

á poner en práctica las reglas siguientes : 1Escusad<br />

con caridad los <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> otro, y no consintáis<br />

jamás que los que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> vosotros traben conversación<br />

sobre tales <strong>de</strong>fectos. 2.* Cuando se os hubiere faltado<br />

á alguna cosa locante á vuestra persona, á ciertos <strong>de</strong>beres,<br />

á no sé qué atenciones; cuando se hubieren olvidada<br />

<strong>de</strong> haceros ciertos servicios <strong>de</strong> poco momento, no<br />

perdáis el mérito do estas pequeñas humillaciones : la<br />

falta <strong>de</strong> memoria ó <strong>de</strong> disposición <strong>de</strong> un doméstico; la<br />

impolítica <strong>de</strong> cierta especie <strong>de</strong> gentes; el mal corazón do<br />

laníos amigos falsos os ofrecerán todos los dias muchas<br />

ocasiones para ejercitaros en estos pequeños sacrificios:<br />

alarmaráso el amor propio, pa<strong>de</strong>cerá el orgullo; pero<br />

¡ qué tesoro <strong>de</strong> méritos si sabéis aprovecharos <strong>de</strong> estas<br />

frecuentes pero preciosas humillaciones 1 3.11 Deciosá menudo<br />

vosotros mismos con san Bernardo: Yo adoro un<br />

Dios humillado por mi amor hasta la muerte <strong>de</strong> la cruz,<br />

¿y yo no soy humil<strong>de</strong>?<br />

DOMINGO UNDÉCIMO DESPUES DE PENTECOSTES.<br />

Llámase comunmente en la Iglesia Romana este domingo<br />

el domingo <strong>de</strong>l «Sordo-Mudo» curado por Jesucristo,<br />

porque el Evangelio <strong>de</strong> este dia refiere la historia <strong>de</strong><br />

este milagro. Como todas las maravillas <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l<br />

Salvador eran pruebas visibles <strong>de</strong> su omnipotencia y <strong>de</strong> su<br />

divinidad, y al mismo tiempo pruebas evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la santidad<br />

<strong>de</strong> la religión que venia á establecer en el mundo;<br />

la Iglesia ha escogido para la Epístola á la misa <strong>de</strong> este<br />

dia aquel pasaje <strong>de</strong> la carta que san Pablo escribió á los<br />

corintios, en don<strong>de</strong> <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberles dado cuenta <strong>de</strong>l<br />

modo con que les había anunciado el Evangelio; les <strong>de</strong>clara<br />

que no les ha enseñado y como dado en <strong>de</strong>pósito<br />

masque lo que él mismo había recibido <strong>de</strong> Jesucristo, y<br />

por el compendio que les hace <strong>de</strong> los principales misterios<br />

<strong>de</strong> nuestra religión les da una i<strong>de</strong>a justa <strong>de</strong> la escelencia<br />

<strong>de</strong>l Re<strong>de</strong>ntor, <strong>de</strong> su divinidad, y <strong>de</strong> la bondad infinita<br />

que ha tenido con los hombres. El Evangelio no es<br />

una prueba menor <strong>de</strong> esto, no pudiendo ser el milagro<br />

asombroso quereílerén sino el efecto <strong>de</strong>esla omnipotencia<br />

que no pue<strong>de</strong> convenir mas que á Dios solo. El introílo déla<br />

mÍ9a espresa perfectamente los senlímientos <strong>de</strong> un corazón<br />

animado <strong>de</strong> una fé viva en este divino Salvador, y lleno<br />

<strong>de</strong> una santa confianza en su bondad y en su omnipotencia.<br />

«Yo veo al Sefior en la nueva Sion; allí ha remitido á<br />

los hombres, y los une por unos mismos sentimientos y<br />

por unas mismas leyes: él Dios <strong>de</strong> Israel inspira valor y<br />

fortaleza á su pueblo, y le hace formidable á sus enemigos.<br />

Preséntese, nada mas, este Dios, levántese y disperse sus<br />

enemigos; muéstrese este Diosomoipotenle, y huyan <strong>de</strong> su<br />

presencia los que sacu<strong>de</strong>n el yugo <strong>de</strong>sús leyes. Todo esto<br />

salmo, uno <strong>de</strong> los mas magníficos y mas admirables quo<br />

David ha compuesto en un estilo sublime y elevado y<br />

que es una alegoría conlinua, todo eslo salmo, repito, <strong>de</strong>be<br />

enten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Jesucristo, <strong>de</strong> sus milagros,<br />

<strong>de</strong>sús victorias, <strong>de</strong> los misterios realizados en su persona,<br />

y <strong>de</strong>l establecimiento <strong>de</strong> la Iglesia por los apóstoles.<br />

El Profeta hace en él la relación <strong>de</strong> diversos prodigios <strong>de</strong>l<br />

antiguo Testamento que fueron figura <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>bía suce<strong>de</strong>r<br />

en el nuevo, y en particular <strong>de</strong> todas las maravillas<br />

que <strong>de</strong>bia obrar el Salvador. El milagro cuya historiare-

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