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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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espíritu <strong>de</strong> Dios, tiene una cai idndcin límites y sin medida,<br />

so compa<strong>de</strong>ce <strong>de</strong> las flaquezas <strong>de</strong>l prójimo, lodo lo escusa<br />

en los <strong>de</strong>más, al paso (pie nada se perdona á sí mismo, y<br />

toma parte en todos sus males. Kl justo vive <strong>de</strong> la le, pero<br />

<strong>de</strong> una fé humil<strong>de</strong>, simple, activa. El gozo y la paz interior,<br />

frutos ordinarios <strong>de</strong> la buena conciencia, no se hallan<br />

sino en un corazón puro. Una dulzura superior á todos los<br />

acontecimientos <strong>de</strong> la vida, un fondo <strong>de</strong> bondad inagotable,<br />

una paciencia á toda prueba, una pureza <strong>de</strong> corazón<br />

y <strong>de</strong> cuerpo, sin tacha, caracterizan á todas las gentes <strong>de</strong><br />

bien. «Con respecto á los que tienen estas cualida<strong>de</strong>s,»<br />

dice el Apóstol, «no hay ley ; » como si dijera, que la ley<br />

antigua se acabó para los que viven según las nmimas<br />

<strong>de</strong>l Evangelio. No habiéndose promulgado la ley antigua<br />

sino á cansa <strong>de</strong> las prevaricaciones, ni habiendo sido establecida<br />

sino conlra los que no guardaban los mandamienlos<br />

<strong>de</strong> Dios, es inútil para los que cumplen con fi<strong>de</strong>lidad<br />

todos los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la justicia, y caminan sin cesar<br />

por los sen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la santidad. «<strong>Los</strong> que pertenecen á<br />

Jesucristo, » concluye san Pablo, «han crucificado su carne<br />

con sus vicios y concupiscencias; » los verda<strong>de</strong>ros discípulos<br />

<strong>de</strong> Jesucristo, léjos <strong>de</strong> seguir los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> la carne,<br />

ni hacer sus obras, la crucifican con una mortificación<br />

conlinua. Su estudio ordinario es el <strong>de</strong> reprimir<br />

todos los ímpetus <strong>de</strong> las pasiones, mortificar los sentidos,<br />

y sofocar lodos los <strong>de</strong>seos déla concupiscencia. ¡No hay<br />

virtud sin mortificación ; ella es el alimento <strong>de</strong> la inocencia,<br />

fel amor <strong>de</strong>l placeres el veneno <strong>de</strong>l alma. La vida<br />

blanda no fué jamás una vida cristiana. No hay cristiano<br />

que no <strong>de</strong>ba <strong>de</strong>cir: «Yo estoy clavado con Jesucristo en<br />

la cruz.»<br />

El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia está sacado <strong>de</strong>l<br />

sexto capítulo <strong>de</strong>l Evangelio según san Mateo. Es la continuación<br />

<strong>de</strong> aquella instrucción admirable qno hizo el<br />

Salvador á sus amados discípulos, en la que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haberles ensenado como <strong>de</strong>be hacerse la limosna y la oración,<br />

les da un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> esta. Después cvliorlándolos á<br />

que no se consi<strong>de</strong>ren sobre la tierra sino como eslranjeros,<br />

les hace ver que tampoco se <strong>de</strong>be suspirar mas que por los<br />

l)icncs celestiales y eternos, y que solo en el cielo es, por<br />

<strong>de</strong>cirlo así, en don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>be hacer fortuna. Las riquezas<br />

son el ídolo á quien dirige cada uno sus votos;' la pasión<br />

<strong>de</strong> juntar tesoros sobre tesoros, es un tirano que hace muchos<br />

esclavos • es un señor durísimo que manda con imperio,<br />

y al que se'le sirve siempre perdiendo ; sin embargo,<br />

se le sirvo. Pero ¿pue<strong>de</strong> servirse á Dios al mismo<br />

tiempo que se sirve al mundo, que se sirve á ¡acodicia, quj<br />

se sirve al dios <strong>de</strong> las riquezas, ó para hablar con (oda<br />

precisión, al mismo tiempo que se entrega el corazón á la<br />

codicia, y que se sacrifica el reposo, la salud, la salvación<br />

misma á la avaricia ? Desengañémonos; Dios no sufre división;<br />

siel corazón pertenece á otro, ya no es <strong>de</strong>él. «Ninguno<br />

pue<strong>de</strong> servir ádos señores. Si sirve áuno, es menester<br />

que abandone al otro.» Son <strong>de</strong>masiado opuestos entre sí,<br />

son <strong>de</strong> un caráclcr muy diferente para que puedan tener<br />

siervos comunes. Amar al uno es aborrecer al otro, puesto<br />

que los servicios que exigen son enteramente opuestos.<br />

Dios pi<strong>de</strong> un corazón vacío <strong>de</strong> lodo afecto á los bienes<br />

terrenos; y el mundo pi<strong>de</strong> un corazón abandonado á los<br />

<strong>de</strong>seos <strong>de</strong> los bienes criados. ¿Pue<strong>de</strong> Dios llenar un corazón<br />

al que posee el amor délas riquezas? Luego que el<br />

<strong>de</strong>monio da las riquezas es el dueño <strong>de</strong> un corazón, es ar-<br />

DRSPÜKS DE PENTECOSTES. 529<br />

rejado <strong>de</strong> él el amor do Dios. Mammón es una palabra siríaca,<br />

que significa dinero, tesoro, ganancia. Tomase aquí<br />

como una divinidad, porque en efecto los hombres lodo lo<br />

sacrifican á las riquezas.<br />

Como la necesidad <strong>de</strong>l dinero para todas las urgencias<br />

<strong>de</strong> la vida sirve ordinariamente <strong>de</strong> prelesto para juslilicar<br />

la pasión <strong>de</strong> tenerlo, el Salvador <strong>de</strong>clara aquí que si<br />

nosotros sirviésemos á Dios con fi<strong>de</strong>lidad, con fervor y con<br />

conflanza, nos veríamos libres <strong>de</strong> muchas iffquielu<strong>de</strong>s ; y<br />

el Dios omnipotente que vela tan eficazmenle sobre las necesida<strong>de</strong>s<br />

do las criaturas mas viles, proveería abundantetneute<br />

á todas las nuestras. Reposad seguramente en<br />

todo sobre aquel <strong>de</strong> quien tenéis la vida que es preferible<br />

alalinicnlo, y el cuerpo que vale mas que el vestido: no<br />

temáis que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> babores dado la vida, os niegue lo<br />

que es necesario par conservarla. De cuántos cuidados y<br />

fatigas, muchas veces inútiles, nos ahorraríamos si fiásemos<br />

en nuestras necesida<strong>de</strong>s sobre la Provi<strong>de</strong>ncia. ¿El<br />

que provee á las <strong>de</strong> los pájaros, olvidará las <strong>de</strong> los hombres?<br />

El Padre celestial que mantiene á aquellos sin que<br />

se tomen cuidado alguno para hacer sus provisiones,<br />

¿proveerá manos á la subsistencia <strong>de</strong> los que le conocen,<br />

leam:iu y le sirven, dice san Juan Crisóslomo? No con<strong>de</strong>na<br />

aquí el Salvador los cuidados justos y racionales<br />

que <strong>de</strong>ben ponerse para la propia conservación, seria tenlar<br />

á Dios el no valemos <strong>de</strong> los medios que la Provi<strong>de</strong>ncia<br />

nos proporciona para procurarnos las cosas necesarias<br />

para la vida: con<strong>de</strong>na solamente la inquietud, la <strong>de</strong>sconfianza,<br />

la solieilud escesiva. Es menester obrar como si<br />

lodo el éxito <strong>de</strong>pendiese <strong>de</strong> nuestras diligencias, dice un<br />

gran santo, y es menester contar con la divina Provi<strong>de</strong>ncia<br />

como si toda nuestra diligencia no sirviese para na -<br />

da. Cuando hemos hecho pru<strong>de</strong>nlemenle <strong>de</strong> nuestra parle<br />

lo que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> nosotros para proveer á nuestras necesida<strong>de</strong>s,<br />

nuestras inquietu<strong>de</strong>s en ór<strong>de</strong>n á esto son lan<br />

vanas como las <strong>de</strong>l que quisiese añadir un codo á suestalura<br />

natural. La ansiedad y la estraordinaria inquietud<br />

son lan reprensibles como la indolencia y la inacción.<br />

Guando no se cuenta con el auxilio <strong>de</strong>l cielo y do la Provi<strong>de</strong>nciare<br />

íraliaja perdiendo mucho; y si nuestras diligencias<br />

y nuestras fatigas son muchas veces eslériles, no<br />

echemos la culpa mas que á nuestra poca confianza y religión.<br />

¿Pensamos acaso que con nuestra actividad podamos<br />

tener todo lo que nccesilamos sin el concurso y el auxilio<br />

<strong>de</strong> la divina Provi<strong>de</strong>ncia? Dios se complace en confundir<br />

nuestro orgullo y nuestra presuntuosa industria.<br />

¡ Qué <strong>de</strong> resortes no se hacen jugar; qué <strong>de</strong> máquinas no<br />

se ponen en movimiento para llegar á ser po<strong>de</strong>roso , para<br />

hacer una fortuna brillante! vigilias, aplicaciones,inli igas,<br />

industrias <strong>de</strong> nueva invención, sistemas, compañías, tramas;<br />

lodoso lienta, <strong>de</strong> lodoso echa mano; no hay cosa<br />

que parezca mas seguro, ni que se presente mas plausible<br />

(pie el plan que se ha hecho, que las medidas que se han<br />

tomado, cuando lodo el edificio viene abajo , lodos los<br />

gran<strong>de</strong>s preparativos se <strong>de</strong>sconciertan; no es menesler<br />

mas que una pequeña piedra para trastornar el gran coloso,<br />

y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantos cuidados, tantos proyectos, tanlas<br />

penas, nos encontramos inmediatamente sin nada. Dios<br />

se burla asi <strong>de</strong> nuestras orgullosas empresas: queremos<br />

subir hasta las nubes por nuestras propias fuerzas ; llamamos<br />

á gritos la opulencia <strong>de</strong> las cuatro partes <strong>de</strong>l mundo;<br />

la abundancia se raucslra y la miseria sigue.<br />

TüMO IV.<br />

G7

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