Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DOMINGO VIGK SIMOTERClíRO
si mismos, mienlra* que para otros no predican mas que
la severidad ; ó como dice san Pablo, oque no tienen otro
Dios que su vientre,» esto os, sus pasiones, su amor propio,
su sensualidad. Jamás se pierde la fé sin que se pierda
el espíritu de Dios sobre la carne. Aparentad cnanto
quisiereis la compostura; la máscara puede ocultar, pero
no puede quitar la deformidad del rostro. Solo en la Iglesia
católica, apostólica, romana, es donde se baila la verdadera
y sólida piedad.
El Evangelio de la misa de este dia está sa.cado del de san
Maten, cap. 9.
Inillotempore-.Loqucnte En aquel tiempo, hablando
Jesús adlurbas, ecce prin- Jesús á la muchedumbre que
cepsums accessil, et adu- leseguia, un gefe de la sinarahaleum,dicens:
Domine, goga se acercó á él y le adoró,
filia mea modo defunctápst: diciendo: Seíior, mi hija acaba
sed veni, impone mamm do morir; pero venid, ponel
tu:im super eam, el vivel. vuestra mano sobre ella, y vi-
Et surgens Jesús, seque- virá. Y levantándose Jesús le
hatur eum , et discipuli siguió con sus discípulos. Al
cjus. Et cece mulicr, quee mismo tiempo una mujer que
sanguinis fluxum palieba- había doce años padecía un
tur duodecim annis, acces- flujo de sangre, se acercó por
sit retro, et tetigit fim- detrás, y locó la franja de su
briamvestimenli ejus.Di- vestido. Decia ella para sí: Si
cebat enimiaira se: Si te- yo loco aunque no sea mas
tigero tanlum vestimen- que su ropa, quedaró sana,
tum pjus , salva ero. Al Habiéndose vuelto Jesús , y
Jesus conversas, et vidms viéndola, la dijo: Confia, hija,
eam, dixil: Confute, filia, tu fé le ha curado; y en la hofides
tua te sulvum [ccit. ra quedó curada la mujer.
Et salva [acta esl mu/ier Cuando llegó Jesús á la casa
ex illa hora. El cum ve- del gefe de la sinagoga, viendo
nisset Jesús in domum los locadores de flauta y una
principis, el vidissel tibi- multitud que hacian gran ruic'ms
, el turbam lumul- do : Retiraos, Ies dijo, porque
luanlcm, dicebat; Recedi- la jóven no está muerta, sino
te : itofi estenim morlua que duerme. Y se mofaban de
pvella, sed dormit. Et de- él. Luego que hubo heclio reridcbanl
eum. El rain lirar á la muchedumbre, entró
c/ccía esset turba, iuha- Jesús, la tomó por la mano,
vil :el tenuitmamm cjus. y se levantó la jóven. El pro-
El surrexil paella. lUexiil digio se divulgó inmedialafama
hcec in uniiersam mente periodo el jiais.
terram illatn.
MEDITACION.
De laimportancia de la salvación.
PUNTO PKIMEHO. — Considera si tenemos algún negocio
mas importante, si le tenemos que sea de mayor consectiencia,
si podemos jamás tener ninguno que nos interese
tanto como el de nuestra salvación.
No selrala do perder ó de ganar un pleito, del cual depende
lodo nuestro bien temporal; no SQ trata de ser dichosos
ó desgraciados por toda ta vida ; semejante negocio
seria inlercsante, es verdad; mas no por esto seria
de una consecuencia infinita. Ser desgraciado, sufrir basta
la muertw seria una gran desgracia ; mas al fin no seria
SÍQ recurso. Trátase de una felicidad ó Ue una desdicha
eterna ; trátase de poseer á Dios elernamente en la man-
sion délos bionavenlurados, ó de eor precipitado en los infiernos,
condenado sin esperanza do retorno á las llamas
eternas. Esto es de lo que selrala cuando se habla de la
salvación.