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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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que el <strong>de</strong>cirse Septuagésima no era mas que porque es el<br />

séplimo domingo ánles<strong>de</strong>ldc Pasión, como se llaman Sexagésima,<br />

Quincuagésima y Cuadragésima los tres domingos<br />

siguienles, que son el sexlo, quinto y cuarto antes<br />

<strong>de</strong>l mismo domingo. Otros quieren que el nombre <strong>de</strong> Septuagésima<br />

signifique los setenta diasque hay <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el domingo<br />

hasta la víspera <strong>de</strong> Cuasimodo, no consi<strong>de</strong>rándose<br />

la octavado Pascua, según elespírilu y el lito déla Iglesia,<br />

mas que como el mismo dia, y esta es la opinión <strong>de</strong>l célebre<br />

Alcuino en su caria á Cario Magno. Y así como al<br />

primer domingo <strong>de</strong> Cuaresma se le lia dado el nombre <strong>de</strong><br />

Cuadragésima á causa <strong>de</strong> los cuarenta (lias <strong>de</strong> ayuno prescritos<br />

en este sanio liempo, afla<strong>de</strong> el mismo autor, y el <strong>de</strong><br />

Quincuagésima al domingo prece<strong>de</strong>nte, porque efectivamenle<br />

hay cincuenla dias <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el domingo hasta la Pascua<br />

; <strong>de</strong>l mismo modo, dice él, se ha llamado Sexagésima<br />

al domingo que prece<strong>de</strong>, a causa <strong>de</strong> los setenta dias que<br />

hay hasla el miércoles <strong>de</strong> la semana <strong>de</strong> Pascua, que es el<br />

medio entre la fiesta <strong>de</strong> Pascua y Cuasimodo. Pero sin ir<br />

á buscar tanto misterio, don<strong>de</strong> (al vez no hay ninguno, se<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cu1 que como el primer domingo <strong>de</strong> Cuaresma ó<br />

<strong>de</strong> los cuarenta dias <strong>de</strong> ayuno se llama Cuadragésima en<br />

el lenguaje <strong>de</strong> la Iglesia, cuando se ha subido reirogradando<br />

hasta los tres domingos prece<strong>de</strong>ntes, cuyas semanas<br />

sirven <strong>de</strong> preparación á la Cuaresma, se ha querido<br />

guardar el ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los números por <strong>de</strong>cenas, f se ha llamado<br />

Quincuagésima al domingo que prece<strong>de</strong> al primero<br />

<strong>de</strong> la Cuaresma, y Sexagésima y Septuagésima los dos<br />

domingos prece<strong>de</strong>ntes.<br />

Lo quo hay <strong>de</strong> cierto en la inslilucion do es!a anticipación<br />

<strong>de</strong>l sanio tiempo do Cuaresma, es que la Iglesia ha<br />

pretendido en estas tres semanas que prece<strong>de</strong>n al tiempo<br />

solemne <strong>de</strong> penitencia conducir á sus hijos para que les<br />

sea saludable, preparándose para ella por el recogimionlo,<br />

los ejercicios <strong>de</strong> caridad, por la frecuencia <strong>de</strong> sacramentos<br />

y por la oración. Nadie ignora que lo que se hace<br />

en estado <strong>de</strong> pecado mortal es perdido para siempre, y<br />

que á lin <strong>de</strong> que el ayuno y la abstinencia, para que toda<br />

penitencia sea meritoria, <strong>de</strong>be ser hecha en estado <strong>de</strong><br />

gracia; la Iglesia que nada <strong>de</strong>sea tanto como la salud y la<br />

perfección <strong>de</strong> los fieles, ha consagrado á los ejercicios <strong>de</strong><br />

piedad los tres domingos que prece<strong>de</strong>n á esta penosa carpera,<br />

á fia <strong>de</strong> que les sea mas íaludable. lí! sabio Teodulfo,<br />

«hispo <strong>de</strong> Orleans en el siglo vm, esplicamlo en su caria<br />

pastoral á sus curas, cuáles eran los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> los fidés<br />

durante el sanio tiempo <strong>de</strong> Cuaresma, dice que uno <strong>de</strong> los<br />

pi'incipales es confesarse en las semanas que prece<strong>de</strong>n á<br />

esto santo liempo; y á lin <strong>de</strong> que la penilencia sea >salu-<br />

^i'ble <strong>de</strong>be prevenirse por la reconciliación con sus enemigos,<br />

poniendo término á todo proceso y diferencia con<br />

^oalijiiiera.<br />

listo es lo quo ha movido á muchas personas piadosas,<br />

Y siugiihirmeiite á muchos religiosos , según Pedro <strong>de</strong><br />

lílois, á comenzar en la Septuagésima el tiempo <strong>de</strong> penitencia,<br />

y aun empezando el ayuno y redoblando los ejércelos<br />

<strong>de</strong> ta mortificación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esle dia. Ks innegable (|ue<br />

m intención <strong>de</strong> la Iglesia es el inspirar á todos los fieles<br />

B' espíritu <strong>de</strong> penilencia y <strong>de</strong> mortificación , sobre lodo<br />

^es<strong>de</strong> la Septuagésima, en que se cesa <strong>de</strong> canlar el «Allehasta<br />

Pascua ; suspendiendo todo cántico <strong>de</strong> ale-<br />

8jn.3t y nc permitiéndose mas que el luto <strong>de</strong> la pemíem ia.<br />

^le espii iiu Je iu |siosia es el que ha movido al <strong>de</strong>monio,<br />

DE SEPTUAGESIMA 57<br />

siempre opuesto al espíritu <strong>de</strong> Jesucristo , á inlrodiuir<br />

en el mundo usos y costumbres profanas cuteramente<br />

coiitrarias. Para impedir esta preparación á la penilencia<br />

cuadragesimal , y sirviéndose <strong>de</strong> esta misma<br />

penitencia , ha introducido el <strong>de</strong>monio el carnaval, y<br />

lia convertido un tiempo tan santo en dias <strong>de</strong> disoluciones<br />

y <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes. Cuanto mas se acerca el santo liempo<br />

<strong>de</strong> Cuaresma, mas <strong>de</strong>be emplearse en la <strong>de</strong>voción, conforme<br />

á la intención <strong>de</strong> la Iglesia ; pero en el dia, cuanto mas<br />

se aproxima este santo tiempo , mas se abandonan las<br />

gentes á diversiones profanas, y á disoluciones enícramente<br />

paganas. La Septuagésima, esta primera época <strong>de</strong><br />

los dias <strong>de</strong> penitencia, ha llegado á ser , por <strong>de</strong>cirlo así,<br />

como el anuncio <strong>de</strong> las mas licenciosas partidas <strong>de</strong> placer;<br />

bien pue<strong>de</strong> la Iglesia en los oficios <strong>de</strong> este tiempo <strong>de</strong>shacerse<br />

en llantos y en clamores <strong>de</strong> penilencia: se la <strong>de</strong>ja<br />

gemir sin alterarse , y se enlregan las gentes masá los<br />

regocijos y á las fiestas mundanas. El espíritu <strong>de</strong>l mundo<br />

ha prevalecido; sus perniciosas máximas tienen hoy fuerza<br />

<strong>de</strong> ley ; el uso parece haber prescrito. Pero al fin el espíritu<br />

<strong>de</strong> Jesucristo y <strong>de</strong> la Iglesia no se <strong>de</strong>smiente. Pue<strong>de</strong><br />

muy bien toda carne haber corrumpido sus caminos;<br />

mas la Septuagésima viene lodos los anos á predicarnos<br />

la necesidad indispensable <strong>de</strong> la penitencia : ¡<strong>de</strong>sgraciados<br />

aquellos que hacen <strong>de</strong> ella la época <strong>de</strong> los placeres<br />

criminales y <strong>de</strong> su con<strong>de</strong>nación !<br />

Toda la Epístola que la Iglesia hace leer en la misa do<br />

esle dia, es la mas propia para <strong>de</strong>sengañar á los crislianos,<br />

con respecto á los placeres tan poco cristianos, á las<br />

comidas suntuosas , á las glotonerías , que el espíritu <strong>de</strong>l<br />

mundo opone en este tiempo escandaloso <strong>de</strong>l carnaval, al<br />

espíritu <strong>de</strong> penitencia á que nos convida la Sepluagésima.<br />

Está tomada <strong>de</strong>l capítulo 9 <strong>de</strong> la primera carta <strong>de</strong> san Pablo<br />

á los corintios , en la que el sanio apóstol exhorta á los<br />

fieles á la mortiOcqcion y á la penilencia, y se sirve para<br />

ello <strong>de</strong>l ejemplo <strong>de</strong> aquellos que para correr en la lid y<br />

ejercitarse en la lucha, llevan una vida tan austera, y esto<br />

para conseguir una corona que se marchita en el mismo<br />

dia ; se sirve, digo , <strong>de</strong> esle ejemplo , para anim.-.r á los<br />

crislianos á mortificarse y domar un cuerpo con el castigo<br />

para obtener uua recompensa eterna.<br />

Vosotros sabéis, les dice, la vida austera y mortifierda<br />

que llevan los que combalen en los juegos pií'olicos: ellos<br />

se abslienen <strong>de</strong> lodo; se privándolos placeres, délos<br />

manjares mas <strong>de</strong>licados; ninguna vida mas IVugal, y aun<br />

mas dura que la suya; y esto para conseguir un premio<br />

<strong>de</strong> muy pequeño valor, una corona do laurel, <strong>de</strong> olivo ó<br />

<strong>de</strong> encina, mientras que los crislianos prefieren á una corona<br />

<strong>de</strong> gloria eterna irnos placeres empapados en muchas<br />

amarguras, y que ni aun duran mas que a'gnnos momentos.<br />

San Pablo, para confundir á los cristianos flojos,les propone<br />

por mo<strong>de</strong>los á los ¡Hielas, esto es, á los que combalian<br />

en los juegos públicos. Enire los cuatro famosos juegos<br />

do la Grecia, habia los que se llamaban ístmicos, así<br />

llamados <strong>de</strong>l istmo, ó lengua <strong>de</strong> tierra que unia el Peloponeso<br />

al resto <strong>de</strong> la Grecia. Como estos juegos se celebraban<br />

cerca <strong>de</strong> Coritito, el Apóstol habla <strong>de</strong> ellos como <strong>de</strong><br />

una cosa conocida <strong>de</strong> lodos los corintios. Estos combate?!<br />

eran <strong>de</strong> cinco especies: el <strong>de</strong> la carrera, <strong>de</strong>l que bab!a<br />

aquí el Apóstol; los <strong>de</strong> la lucha y <strong>de</strong>l pugilato, á los cuales<br />

hace alusión en seguida; y los <strong>de</strong>l salto y <strong>de</strong>l disco^ ^<br />

TOMO IV.<br />

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