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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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no me creáis, yo consiento en ello, <strong>de</strong>cid que blasfemo;<br />

pero si las hago, dad á las obras el crédito que negáis á<br />

las palabras; reconoced que puesto que yo bagólas mismas<br />

obras que mi Padre, es claro que tengo el mismo po<strong>de</strong>r,<br />

y por consiguiente la misma naturaleza, reconoced,<br />

pues, que mi Padr e está en mí, y recíprocamente yo estoy<br />

en mi Padre, y que mi Padre y yo somos una misma cosa.<br />

Yo apelo á mis obras, puesto que en todas resplan<strong>de</strong>ce<br />

visiblemente el carácter, por <strong>de</strong>cirlo así, déla divinidad.<br />

¡ O Salvador mío 1 <strong>Los</strong> judíos mismos que os acusan <strong>de</strong><br />

blasfemia, son los reos <strong>de</strong> la mas horrible <strong>de</strong> las blasfemias,<br />

puesto que no pue<strong>de</strong>n contestaros la cualidad <strong>de</strong><br />

Hijo <strong>de</strong> Dios que os dais á vos mismo, sin preten<strong>de</strong>r que<br />

Dios pue<strong>de</strong> autorizar con los milagros mas evi<strong>de</strong>ntes la<br />

mentira y la impiedad. Admiremos aquí la sabiduría y la<br />

dulce provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> nuestro Dios que no ha querido obligarnos<br />

á creer misterios superiores á la razón, sin haber<br />

hecho él mismo para confirmarnos las obras superiores á<br />

la naturaleza, i Qué no <strong>de</strong>ben temer, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto,<br />

aquellos espíritus indóciles, que no son incrédulos sino<br />

porque la corrupción <strong>de</strong> su corazón ha cegado y embrutecido<br />

su entendimiento!<br />

La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia es como sigue:<br />

Samlificato hoc jejmio,<br />

Dms, luorum corda (i<strong>de</strong>lium<br />

miseralor illmtra: et quibus<br />

<strong>de</strong>volionis prwstas ajfcelum,<br />

prwbe supplicantibus pium<br />

benignus audilum. Per Dommnm...<br />

O Dios, lleno <strong>de</strong> misericordia,<br />

ilustrad los corazones<br />

<strong>de</strong> vuestros fieles por<br />

medio <strong>de</strong> este santo ayuno;<br />

y escuchad favorablemente<br />

las oraciones <strong>de</strong> aquellos á<br />

quienes habéis dado el ardor<br />

y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra<br />

piedad. Por nuestro<br />

Señor Jcsuciisto, etc.<br />

La Epístola está tomada <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>l Lcvilico, cap. i9.<br />

In diebus illis: Loculus esl<br />

Domims ad Moysen, dimis:<br />

Loquere ad omnem ccelam f,-<br />

liorum Israel, ct dices ad<br />

eos : Ego Dominus Veus vester.<br />

Non fatielis furlum. Aron<br />

mcnliemini «ce <strong>de</strong>cipiet musquisque<br />

proximum suum.<br />

Non perjurabis in nomine<br />

meo, nec polines nomen Dei<br />

fui. Ego Dominus. Non fa~<br />

<strong>de</strong>s catumniam próximo luo,<br />

nec vi opprimes eum. Noñ<br />

morabilur opus mercenarii<br />

tui apud le usque ad mane.<br />

Non maledices surdo, nce co-<br />

En aquellos dias habió el<br />

Señor á Moisés, y le dijo:<br />

Habla á toda la congregación<br />

<strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Israel, y<br />

diles: Yo soy el Señor vuestro<br />

Dios. Ño robareis, no<br />

mentiréis, y ninguno engañará<br />

á su prójimo. No os<br />

serviréis <strong>de</strong> mi nombro para<br />

perjurar, no profanareis el<br />

nombre do vuestro Dios. Yo<br />

soy el Señor. No calumniareis<br />

á vuestro prójimo, ni le<br />

oprimiréis con violencia. No<br />

diferiréis hasta el otro dia<br />

la paga do los operarios que<br />

ram CCPCO pones ojjcndicu- trabajan para vosotros, ni<br />

íwm: sed timebis Domimm <strong>de</strong> los mercenarios que os<br />

Dcum luum, qma ego sum<br />

Dominus. Non facies quod<br />

iniquum cst, nec injusle ju~<br />

dicabis. Non consi<strong>de</strong>res pcfsonam<br />

pauperis, nec honores<br />

vuhum poteniis. Juste judisirven.<br />

No hablareis mal<br />

<strong>de</strong>l sordo, no pondréis <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong>l ciego obstáculos<br />

que puedan hacerle caer,<br />

antes bien temeréis al Señor<br />

vuestro Dios; porque<br />

DE PASION. 25?<br />

ca próximo luo. Non eris yo soy el Señor. No liareis<br />

criminator, nec susurro in<br />

populo. Non stabis contra<br />

sanguinem proximi tui. Ego<br />

Domims. Non o<strong>de</strong>ris fratrem<br />

nada contra la equidad, ni<br />

juzgareis con injusticia. No<br />

paréis la atención en la persona<br />

<strong>de</strong>l pobre, ni temáis la<br />

tuum in cor<strong>de</strong> tuo, sed presencia <strong>de</strong>l rico. Juzgad á<br />

publice argüe eum, ne habeas vuestro prójimo según la<br />

super illo peccalum. Non justicia. No levantéis falsos<br />

queeras ullionem, nec memoreris<br />

injuriw civium tuorum.<br />

Diliges amicum luum sicut<br />

te ipsum. Ego Dominus. Lcges<br />

meas cuslodite. Ego enim<br />

sum Dominus Deus vesler.<br />

testimonios en el pueblo, ni<br />

en público, ni en secreto, y<br />

no <strong>de</strong>seéis la muerte do<br />

vuestro prójimo. Yo soy el<br />

Señor. No abriguéis <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> vuestro corazón el odio<br />

contra el hermano, sino rcprendcdle<br />

públicamente, no<br />

sea que se convierta para<br />

vosotros en una ocasión do<br />

pecado. No tratéis <strong>de</strong> vengaros,<br />

ni conservéis el rencor<br />

con vuestros hermanos.<br />

Amareis á vuestro amigo<br />

comoá vosotros mismos. Yo<br />

soy el Señor. Guardad mis<br />

leyes, porque yo soy el Señor<br />

vuestro Dios.<br />

El Lcvilico es el tercero do los cinco libros <strong>de</strong> Moisés ó<br />

<strong>de</strong>lPentateuco. Llámase Levítico porque contiene principalmente<br />

las leyes que miran á las obligaciones <strong>de</strong> los levitas,<br />

y <strong>de</strong> todos los que <strong>de</strong>bían servir al altar y á los sacrificios;<br />

la consagración <strong>de</strong> Aaron y <strong>de</strong> sus hijos, y las <strong>de</strong>más<br />

ceremonias sagradas. Después <strong>de</strong> lo que hace Dios<br />

en él un compendio <strong>de</strong> los preceptos generales que habia<br />

dado antes.<br />

REFLEXIONES.<br />

«No diferiréis hasta el otro dia la paga <strong>de</strong> los obreros<br />

que trabajan para vosotros, ni <strong>de</strong> los mercenarios que os<br />

sirven.» Es un pecado que clama venganza á Dios el retener<br />

el salario <strong>de</strong> los pobres obreros y <strong>de</strong> los mercenarios.<br />

¡Qué inhumanidad y qué barbarie, recibir el fruto<br />

<strong>de</strong>l trabajo do los que nos sirven, y retener el precio <strong>de</strong><br />

sus sudores! <strong>Los</strong> tiranos obligan á los cristianos á trabajar<br />

en las minas ó en las obras públicas sin salario. ¿Qué<br />

no exigen todavía los turcos <strong>de</strong> sus esclavos? pero ni los<br />

otros han negado jamás el alimento por lo menos á aquellos<br />

á quienes hacían trabajar, i Qué injusticia el agolar las<br />

fuerzas, y aun el poco fondo <strong>de</strong> los artesanos, por los a<strong>de</strong>lantos<br />

que se les obliga á hacer, y <strong>de</strong>spués retener su<br />

paga! ¿No es esto un doble latrocinio? iQuécrueldad, hacer<br />

trabajar á los obreros que no viven mas que do su trabajo,<br />

y negarles lo que han ganado con el sudor <strong>de</strong> su<br />

frente para vivir! Un jornalero pasa su juventud, gasta<br />

sus fuerzas y su salud, consume los mas hermosos años<br />

<strong>de</strong> su vida en el servicio <strong>de</strong> un señor <strong>de</strong>licado, eslravagante,<br />

duro, y algunas veces para ue se le paguen sus<br />

estipendios necesita seguir un pleito. Exígense <strong>de</strong> los domésticos<br />

servicios esecsivos; apena se les <strong>de</strong>ja lugar para<br />

parecer cristianos. jCon qué atención y puntualidad so<br />

quiere ser servido, pero con qué dificultad se pagal ¡con<br />

qué rigor se in<strong>de</strong>mniza sobre el salario hasta <strong>de</strong> los menores<br />

<strong>de</strong>scuidos! Cuanto mas se distinguen por su clase,

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