Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

jo», á ra-un ir á tí lüdns nuestras necesidades, íi Icnor
Ofeíl vez mas confianza en su bondad, y á aprovecharnos
del In'iieíicio de la Redención, llevando una vida inocente
y penitente. La Epístola y el Evangelio do la misa de este
día concurren también al mismo ün. Aquella, bacieiulonos
ver la necendad que tenemos de vivir en la amistad
de Dios y en el fervor de la caridad; este, trayéndonos á
II memoria lo (pie el Salvador ha sufrido por nuestra salud,
y eslimulándnnos para esto á llorar sin cesar nuestros
pecados, y llenar en nuestra carne, como habla el apóst;)l,
lo que falta á los tormentos del Salvador del mundo.
A la verdad el espíritu del siglo, siempre contrario al
espíritu do la Iglesia y de Jesucristo, enseña máximas del
lodo opuestas. Él quiere que la tristeza y el recogimienlo
que la Iglesia nos predica en estos dias de devoción, se
conviertan en licslas y regocijos enteramente profanos, y
quo estos últimos dias de carnaval, que son como ol preludio
del «mío liempo de Cuaresma, sean dias de desenf¡
e:io y disoluciones, dedicados á diversiones del lodo paganas,
y á los espectáculos. Este dosórden, que se ha hecho
lan comnn y tan universal, es el que ha animado el zelo
de los verdaderos Deles para procurar y emplear lodo lo
que puede servir dedique á este impetuoso torrente, y eslo
es lo que ha dado motivo al establecimienío de la oración
solemne de Cnareiila horas. Hácia la milad del siglo xvi, fué
cmmdoel Sefior inspiró á algunos de sus mas zelosos siov-
Ví>s el pensamiento de levantar esta contrabarrera contra
licencia del siglo y los esfuerzos del demonio i1}.
El ano de ffWfc; los padres de la Compañía de Jesus,
establecidos poco hacia en Lorelo, habiendo sabido con un
Wtreího dolor los preparativos eslraordinarios que se hacR'n
en la ciudad para una fiesta de carnaval, durante los
Ires úllimos dias anteriores al miórcoles de Ceniza, resolvieron
emplear toda su piadosa industria para hacer inútil
este artificio del demonio, atrayendo al pueblo á un especlúculo
mas cristiano y mas sanio. Ei igieron una decoraron
de las mas magníficas y de un nuevo gusto en la Igle-
Sia. Estuvo espuesto el santísimo Sacramento durante los
^es dias. Un escelente concierto, una música de devoren
de las mas acabadas llenaba todo el tiempo que no
estaba ocupado con la predicación, las meditaciones y las
Plega
i'ias. Este religioso artificio surtió todo SO efecto. La
novodad y la santidad del espectáculo llamándola curiosidad
'Nos dd profanos público, quedaron interesó á abandonados; los espectadores. las Los academia; espectaplilnn
de «-«f. J -i- i -i- • "i
fruto, hizo lanío ruido, y fué tan umversalmente aplaudida
que no solo la Italia, sino también las principales ciu-
^"des do la Europa imitaron un artificio lan cristiano, y si-
S'^eron un ejemplo tan sanio. .
, l * Epístola dt« la misa de eslo dia está lomada delca-
Ptoito 13 de la príraera carta que san Pablo escribió á los
^'" inlios, en donde el santo apóstol hace ver la necesidad
'e '3 c«Hdad, cuáles son sus deberes, que-debe ser cons-
;Ulk>' y cuán snperior es á la fé, á la esperanza y á los de-
'''«CuaV ^r "IOSI' AII!NN' CÍ»|)1JC1ÍÍIII>, OiUtMcN'iii en l.riü
"j-iiiv'ó'1"ras eslos Iros (lias, (ÍII me morí;» de his que
«outa (.";