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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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La Epístola cslá tomada <strong>de</strong>l tercer libro <strong>de</strong> los Iteyes,<br />

cap. 17,<br />

fa diebus ilUs : Mgrotavk<br />

films muiieris imtrisfami-<br />

Has, eteral languor foriisti-<br />

«lits, tía ut non remancrel<br />

in co halilas. Dix'ü ergo ad<br />

Eliam: Quid mihi et Ubi, vir<br />

Dei ? íngressus es ad me, ut<br />

rememorárenlur iniquiUilcs<br />

mew, et inlerficeres filiim<br />

tneum ? El aü ad eam Elias:<br />

Da mihi ¡tlium tmm. Tulitque<br />

eum <strong>de</strong> sinu ejus, et portavü<br />

in ccenaculum, ubi ipse<br />

manebal, el posuil super leclulum<br />

suum. Et clamavit ad<br />

Dsminum, et dixit: Domine<br />

Deus meus, etiamne viduum,<br />

apud (¡mm ego ulcumque<br />

sttstenlor, afjlixisli, ut inter-<br />

¡¡cere* filiam ejus ? El expandit<br />

se, alque mensus est super<br />

puerum tribus vicibus, et<br />

damavit ad Domimm , el<br />

ait: Domine Deus meus, revcrlulur,<br />

obsecro, anima pueñhnjus<br />

in viscera ejus. Et<br />

waudivit Dominus voccm<br />

EUai: el reversa est anima<br />

pueri intra eum, et revixit.<br />

Tulitque Elias puerum, el <strong>de</strong>posuil<br />

eum <strong>de</strong> cainaculo in<br />

infi'riore.m dommn, el tradidil<br />

viatrí sum, et ait illi:<br />

En vivil ¡ilius tuus. Dixitque<br />

mnlter ad Eliam: Nunc in<br />

islo cognovi, quoniam vir<br />

¡k'i es tu, et verbum Uomini<br />

in ore tao venan est:<br />

En aquellos dias cnfei nió<br />

un liijo <strong>de</strong> una madre do<br />

familias, y su enforiiu'datl<br />

se hizo lan violenta , que<br />

murió <strong>de</strong> ella. Díjole, pues,<br />

aquella mujer á Elias: ¿Qué<br />

es lo que hay en ti y mí,<br />

hombre <strong>de</strong> Dios? ¿has venido<br />

á mi casa para renovar<br />

la memoria <strong>de</strong> mis pecados,<br />

y para quitar Ir. vida<br />

á mi hijo? Elias la dijo: DAme<br />

á tu hijo; y hahiéndole tomado<br />

<strong>de</strong> entre sus brazos,<br />

le llevó al aposento don<strong>de</strong><br />

habitaba, le puso sobre su<br />

lecho, y clamó al Señor díciéndole<br />

: Sefior Dios mió,<br />

¿ es posible que hayas afligido<br />

á esta buena viuda que<br />

cuida <strong>de</strong> alimentarme lo<br />

mejor que pue<strong>de</strong>, hasta quitarle<br />

la vida á su hijo ? Después<br />

<strong>de</strong> dicho esto, se ochó<br />

sobro el ni Fío por tres veces,<br />

acomodándose á su cuerpo<br />

muerto; y esclamó al Señor,<br />

"diciendo : Señor Dios<br />

mió, haced que el alma <strong>de</strong><br />

este niño vuelva á su cuerpo.<br />

El Señor oyó la voz <strong>de</strong><br />

Elias, el alma <strong>de</strong>l niño volvió<br />

á entrar en su cuerpo,<br />

y resucitó. Habiendo tomado<br />

Elias el niño, <strong>de</strong>scendió<br />

<strong>de</strong> su aposento á lo bajo <strong>de</strong><br />

la casa, y le puso en mano;;<br />

<strong>de</strong> su madre, dici^ndola;<br />

Hé aquí tu hijo, que ya<br />

vive. La mujer respondió á<br />

Elias: Por esta acción reconozco<br />

yo ahora que eres<br />

un hombre <strong>de</strong> Dios, y que<br />

la palabra <strong>de</strong>l Señor es<br />

verda<strong>de</strong>ra en tu boca.<br />

Se cree, que Esdras es el autor <strong>de</strong> los dos últimos libros<br />

<strong>de</strong> los Reyes. Se lee en el tercerola muerte <strong>de</strong> David, el<br />

reinado <strong>de</strong> Salomón , la construcción <strong>de</strong>l templo y el reino<br />

sepai iido en tiempo <strong>de</strong> Uoboam. El reinado <strong>de</strong> Joroboam<br />

sobre las diez tribus. Achab casa con la impía Jezahel, y<br />

persigue á los profetas. Elias se presenta en su reinado y<br />

hace un gran número <strong>de</strong> milagros en Isixe!.<br />

REFLEXIONES.<br />

foresta acción reconozco yo ahora que eres un hombré<br />

<strong>de</strong> Dios, y que la palabra <strong>de</strong>l Señor es verda<strong>de</strong>ra en<br />

'u hoca.» Nada prueba mejor la verdad <strong>de</strong> lo que se ense-<br />

DK CUARESMA. 231<br />

fia que la conformidad <strong>de</strong> la conducta con la doctrina <strong>de</strong>l<br />

predicador. Prueben sus acciones que es un hombre <strong>de</strong><br />

Dios, y no se dudará (pie es <strong>de</strong>l Señor la palabra que se<br />

oye <strong>de</strong> su boca. Se mueve, se persua<strong>de</strong>, se convierte<br />

cuando se predica tanto con los ejemplos como con las<br />

palabras; un zelo que se exhala lodo cu palabras, hace<br />

pocos frutos. Jesucristo comenzó por hacer antes que enseñar.<br />

¿Se signe con gran<strong>de</strong> empeño este ejemplo? El Salvador<br />

echaba en cara á los fariseos, que alaban cargas<br />

pesadas y que apenas podian llevarse, y las ponian sobre<br />

las espaldas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, mientras que ellos ni aun les<br />

aplicaban un <strong>de</strong>do. Si esos inmorlilicados doctores <strong>de</strong> la<br />

ley, si esos <strong>de</strong>licados directores empezasen por practicar<br />

ellos mismos la moral severa que esparcen, hay motivo<br />

para creer que serian ménos estremados. ¡Qué miseria!<br />

¿Se preten<strong>de</strong> acaso adquirir fama por una ridicula reputación<br />

<strong>de</strong> severidad y <strong>de</strong> reforma que no se comienza por<br />

sí mismo? Refórmese ese orgullo secreto que es el gran<br />

móvil y el principal resorte <strong>de</strong> la mayor parte <strong>de</strong> las acciones;<br />

ese esmero <strong>de</strong> sensualidad en la afectación estudiada<br />

<strong>de</strong> todas las comodida<strong>de</strong>s déla vida. Refórmese esa<br />

malignidad <strong>de</strong> pensamientos que hace que sojuzgue tan<br />

mal <strong>de</strong>l prójimo. Refórmese ese fondo inagotable <strong>de</strong> envidia<br />

(pie se <strong>de</strong>rrama tantas veces en injurias y en maledicencias.<br />

El zelo encuentra un gran campo que brozar en<br />

nosotros mismos, ¿por qué prestarse á otros, cuimdo se<br />

carece <strong>de</strong> obreros para la cnllura <strong>de</strong> su propio campo? La<br />

caridad ciertamente no daña nunca á aquel que la cjei ce,<br />

pero seamos santos; muestren nuestras acciones que somos<br />

siervos <strong>de</strong> Dios; juzgue el pueblo por nuestra conduela,<br />

que somos hombres <strong>de</strong> Dios, entonces serán eíicaces<br />

nuestras lecciones y núes!ras instrucciones. Cuesta<br />

trabajo el creer que la palabra <strong>de</strong>l Señor se halla verda-<br />

(lerainenle en la boca <strong>de</strong> un hombre que la <strong>de</strong>smiente por<br />

su conducta; se observa siempre antes <strong>de</strong> escuchar. ¡(Jué<br />

fruto no baria un padre ó una madre <strong>de</strong> familia, cuyos<br />

ejemplos todos fuesen otras tantas lecciones! Hay indocilidad<br />

en los hijos, se lamenta el <strong>de</strong>scuido y la poca fi<strong>de</strong>lidad<br />

en los domésticos, se grita, se repren<strong>de</strong>, pero se corrige<br />

poco porque se edifica mal. <strong>Los</strong> domésticos y los hijos estudian<br />

mas las acciones que las palabras <strong>de</strong> los que Ies gobiernan;<br />

efeen siempre que aquellas <strong>de</strong>ben ser los inlérpreles<br />

<strong>de</strong> estas. Si las instrucciones espantan, las acciones<br />

aseguran; comprendamos cuánto importa practicar lo que<br />

se enseña á los otros y no caer en los <strong>de</strong>fectos que. se repren<strong>de</strong>n.<br />

El Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este dia está lomado <strong>de</strong>l cap. 4<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong> san Juan.<br />

In illo lempore: Eral quídam<br />

languens Lazarus a Betliania,<br />

<strong>de</strong> casiello Mariw, et<br />

Marthce sororis ejus. [María<br />

autem eral, quw unxit Domimm<br />

niifinenlo, ct exlersil<br />

pe<strong>de</strong>s ejus capillis suis : rujus<br />

frater Lazarus i/i/iVi/irtbatur).<br />

Miserunt ergo sórores<br />

ejus ad eum, dicentcs: Domine,<br />

ecce quem amas infirmatur.<br />

Audiens autem Jesús,<br />

En aquel tiempo había<br />

un hombre enfermo llamado<br />

Lázaro, en Relhania,<br />

pueblo <strong>de</strong> María y <strong>de</strong> Marta<br />

su hermana. (María era<br />

aquella que <strong>de</strong>rramó sobre<br />

el Señor un licor odorífero,<br />

y le enjugó los ¡i> con sus<br />

cabellos; y Lázaro su hermano,<br />

el que estaba enlei -<br />

mo.) Enviaron sus hermanas<br />

á <strong>de</strong>cir á Jesús: S-.mor,

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