27.08.2017 Views

Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>de</strong> la cruz <strong>de</strong>saparccom con respecto h. los judíos, y la<br />

sania locura <strong>de</strong> Jesuci islo crucificado quedaba proscrita<br />

con respecto á las gentiles. Esla esla causa porque el santo<br />

Apóstol liama a estos falsos apóstoles enemigos déla<br />

cruz <strong>de</strong> Jesucristo y <strong>de</strong> su Evangelio. En efecto, no tiene<br />

el Salvador enemigos peores que estos lobos reveslídos <strong>de</strong><br />

cor<strong>de</strong>ros, que estos falsos doctores que quieren pasar por<br />

apóstoles; seclucíores execrables, «cuyo fin es la última<br />

<strong>de</strong>sgracia,» puesto que tendrá la suerte <strong>de</strong> los paganos,<br />

y «que tampoco tienen otro Dios que su vientre. » Este es<br />

uno <strong>de</strong> los motivos <strong>de</strong> su prolendido zelo y el fin <strong>de</strong> sus<br />

incursiones. Ellos recorren las iglesias, seducen á los sencillos<br />

para que les <strong>de</strong>n bien do comer, y vivir <strong>de</strong>liciosamenle,<br />

porgue no tienen otro Dios que su vientre, ni otros<br />

ejercicios <strong>de</strong> piedad que la glotonería. Gloríanse <strong>de</strong> lo<br />

que <strong>de</strong>bería cubrirles <strong>de</strong> confusión; é ignorando las <strong>de</strong>licias<br />

<strong>de</strong>l cielo, no tienen gusto mas que por las cosas <strong>de</strong><br />

la tierra; gentes sensuales, espírilus terrenos y materiales,<br />

no suspiran mas que por las comodida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida.<br />

Todos los falsos doctores en materia <strong>de</strong> religión no son severos<br />

mas que para los <strong>de</strong>más, al paso que son muy indulgentes<br />

para si mismos.<br />

«Por lo que bace á nosotros, hermanos mios,» continúa<br />

el santo Apóstol, «todo nuestro comercio es con el cielo,»<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> también esperamos al Salvador, nuestro Señor<br />

Jesucristo, que dará á nuestro cuerpo tan abyecto por sí<br />

mismo, tan estenuado por el ayuno, por la penitencia y por<br />

tado género <strong>de</strong> austerida<strong>de</strong>s una forma nueva, hasta hacerle<br />

semejante á su cuerpo glorioso , en fuerza <strong>de</strong> aquella<br />

acción, do aquella virtud con la que pue<strong>de</strong> ejercer su imperio<br />

sobre todas las cosas. Aunque el puro amor <strong>de</strong> Dios haya<br />

sido siempre el gran móvil que ba hecho obrar á los santos,<br />

no ha <strong>de</strong>jado, sin embargo, <strong>de</strong>escitarsuamor y su zelo<br />

IÜ esperanza ta» bien fundada <strong>de</strong> la felicidad celestial.<br />

«Pídole, hijo mió,» <strong>de</strong>cía al mas jóven <strong>de</strong>sús hijos la<br />

madre <strong>de</strong> los Macabeos, « pídole, hijo mió, que mires al<br />

cíelo,» y fe acuer<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la recompensa que está prometida<br />

á lu fi<strong>de</strong>lidad. San Pablo exhorta con frecuencia á<br />

los fieles á que se acuer<strong>de</strong>n que no están en la tierra sino<br />

como viajeros y eslranjeros, y que el ciclo es su verda<strong>de</strong>ra<br />

palria, y la Iglesia dirige á Dios esta afectuosa<br />

oración: Ilaced, Señor, que enlre la instabilidad <strong>de</strong> las<br />

cosas déla [ierra no pierdan jamás <strong>de</strong> vista nuestros corazones<br />

la mansión <strong>de</strong> los bienaventurados; y «que siempre<br />

permanezcan fijes allí en don<strong>de</strong> se encuentra el verda<strong>de</strong>ro<br />

gozo.» La mansión <strong>de</strong> los bienaventurados, la celestial<br />

Jerusaíefl es nuestra palria, allí es don<strong>de</strong> reina<br />

Jesucristo nuestro Salvador, y en don<strong>de</strong> nosotros <strong>de</strong>bemos<br />

reinar eternamente con él. Estando nuestro tesoro en<br />

el cíelo, allí <strong>de</strong>be estar nuestro corazón. <strong>Los</strong> eslranjeros<br />

y ¡os viajeros so ocupan gustosos <strong>de</strong> su querida palria :<br />

un cristiano <strong>de</strong>be tener toda su vida su comimicacíon con<br />

el cíelo, no solo poi que <strong>de</strong> allí es <strong>de</strong> don<strong>de</strong> nos vienen<br />

todos los auxilios, sino también poi que allí es el tc'rniino<br />

tic nuestros trabajos, la suciedad <strong>de</strong> todos nuestros <strong>de</strong>seos,<br />

el dulce objeto <strong>de</strong> nuestra esperanza. (Psalm. 16.)<br />

«Asi que, hermanos mios muy amados, vosotros que<br />

ÍOÍS ei objeto <strong>de</strong> mis <strong>de</strong>seos, mi gozo y mi corona, estad<br />

siempre,amadísimos mios, como lo estáis, unidos constanlemente<br />

al Señor. Este elogio hace mucho honor á los<br />

üüpenses, y da una alia i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su virtud ; y san Pablo<br />

no podía aíparecer alabarles <strong>de</strong> una manera tan <strong>de</strong>licada<br />

DESPUES DE PENTECOSTES. 575<br />

ni mas fina. Su constancia en la pureza do la fé, á pesar<br />

<strong>de</strong> lodos los artificios <strong>de</strong> los falsos apóstoles, les había<br />

merecido este aprecio y esta ternura <strong>de</strong>l sanio Apóstol,<br />

<strong>de</strong> quien los filipensos hacían en parle la gloria por su<br />

piedad que jamás se había <strong>de</strong>smentido, y por la regularidad<br />

<strong>de</strong> su conducta y la pureza <strong>de</strong> sus costumbres. Concluye<br />

la Epístola exhortando á Evodia y á Synlyca á que<br />

tengan armonía enlre sí; éranoslas dos mujeres <strong>de</strong> gran<strong>de</strong><br />

auíoridad, que hacían gran<strong>de</strong>s servicios á esta Iglesia,<br />

y que habían tenido algunas diferencias, y ei santo Apóstollas<br />

exhorta á la paz y á la unión. Synlyca está en el<br />

número <strong>de</strong> las sanias , y el Marlirologío hace mención <strong>de</strong><br />

ella el 22 <strong>de</strong> julio. Recomienda san Pablo al fiel compañero<br />

<strong>de</strong> sus trabajos apostólicos, que contribuya á su perfecta<br />

reconciliación, y que provea á todas sus necesida<strong>de</strong>s.<br />

Era este alguno <strong>de</strong> los mas consi<strong>de</strong>rables y <strong>de</strong> los<br />

mas acomodados entre los fieles <strong>de</strong> Filípos, enyo nombro<br />

se ignora. Tal vez seria el obispo <strong>de</strong> Fiüpos; era el único,<br />

al parecer, á quíen mejor convenia el que las asisliese en<br />

sus necesida<strong>de</strong>s, y el restablecer entre ellas la armonía<br />

que se había alterado algún lanío. San Pablo le recomienda<br />

á eslas dos virtuosas mujeres que le habían ayudado<br />

en el ministerio evangélico : esto es, que habiéndose<br />

convertido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio á la fé, habían conlribuido<br />

<strong>de</strong>spués mucho á la conversión <strong>de</strong> los otros. Como en la<br />

Grecia y aun en todo el Orienle las mujeres se presentaban<br />

rara vez en público, losApósíoles apenas podían trabajar<br />

en la conversión <strong>de</strong> las personas <strong>de</strong> este sexo sino<br />

por medio <strong>de</strong> las mujeres ya cristianas, y esto es lo que<br />

Evodia y Synlyca habían hecho con mucho zelo y buen<br />

éxito, y estoes lo que san_Pablo entien<strong>de</strong> cuando dice:<br />

«Asístelas, te ruego, á las que han trabajado conmigo, y<br />

me han ayudado en el ministerio evangélico con Clemente<br />

y los <strong>de</strong>más companeros <strong>de</strong> mis trabajos, cuyos nombres<br />

están en el libro <strong>de</strong> la vida » No podía san Pablo dar<br />

una i<strong>de</strong>a mas alia <strong>de</strong> la virtud y <strong>de</strong> la santidad <strong>de</strong> sus<br />

queridos compañeros, qnc á lo que parece componían et<br />

clero <strong>de</strong> aquella nueva iglesia. Es muy probable que el<br />

Clemente <strong>de</strong> que habla aquí el santo Apóstol, es aquel san<br />

Clemente que fué tan fiel compañero <strong>de</strong> san Pablo, y que<br />

sucedió <strong>de</strong>spués á san Pedro, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> san Lino y san<br />

Cielo, en la cátedra <strong>de</strong> Itoma, cuya fiesta celebra la Iglesia<br />

el 23 <strong>de</strong> noviembre.<br />

Ei Evangelio <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> este día contiene dos milagros<br />

<strong>de</strong> Jesucristo, uno en favor <strong>de</strong> una mujer enferma do<br />

un flujo <strong>de</strong> sangre, y otro en el <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los gefes <strong>de</strong> la<br />

sinagoga, al cual le resucitó una hija.<br />

Acababa el Salvador do librar á un en<strong>de</strong>moniado furioso<br />

<strong>de</strong> una legión <strong>de</strong> <strong>de</strong>monios, á los cuales habla permitido<br />

entrar en una piara <strong>de</strong> dos mil puercos que pastaban<br />

allí cerca, lodos los que se precipitaron en el mar <strong>de</strong><br />

Tíberia<strong>de</strong>s en don<strong>de</strong> so anegaron. Las genles <strong>de</strong>l pais,<br />

mas movidas <strong>de</strong> la pérdida do su piara que <strong>de</strong>l milagro<br />

obrado on la persona <strong>de</strong>l poseído, pidieron al Salvador<br />

queso retirase <strong>de</strong> su pueblo. El Salvador, que no quiero<br />

permanecer sino con los que quieren estar con él, les <strong>de</strong>jó,<br />

y habiendo atravesado el lago, volvió <strong>de</strong> la parle <strong>de</strong> acá<br />

<strong>de</strong>l Jordán á la Galilea. Apenas hubo <strong>de</strong>sembarcado,<br />

cuando el pueblo que le esperaba en la ribera se reunió<br />

en re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> él, manifestándole su gozo y el ansia que<br />

tenia <strong>de</strong> oírle.<br />

Mientras que el Salvador hablaba al pueblo en la ribo-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!