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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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eum.<br />

Ips« autem trmskns<br />

per mcdhait itlorutft, ihat.<br />

MEDITACION.<br />

vnntndo, 1c arrojaron friera<br />

<strong>de</strong> la ciudad, y !e llevaron<br />

á la cima <strong>de</strong> un monte, sobre<br />

el cual estaba edificada<br />

su ciudad, con el <strong>de</strong>signio<br />

<strong>de</strong> precipitarle <strong>de</strong> él; pero<br />

él, pasando por medio <strong>de</strong><br />

ellos, se fué.<br />

Sobre las conlradicciones que <strong>de</strong>ben esperar Jas personas<br />

hienas.<br />

PUNTO PIUMERO.— Consi<strong>de</strong>ra que por amargos quesean<br />

los sinsabores que se esperimentan <strong>de</strong>sdo que «no se <strong>de</strong>dica<br />

á una vida sólidamente <strong>de</strong>vota, nada hay mas venlajoso<br />

á los buenos que esla multitud <strong>de</strong> contradicciones;<br />

nada hay mas saludable. Ellas sirven <strong>de</strong> contraposición<br />

al veneno <strong>de</strong>! amor propio. Ninguna cosa <strong>de</strong>bilita ni amorligua<br />

mas las pasiones.<br />

El remedio es amargo, es cierto, poro es eficaz. Es<br />

duro el verse uno hecho el blanco <strong>de</strong> la malignidad y <strong>de</strong><br />

las zumbas <strong>de</strong> los hombres in<strong>de</strong>votos. Si ia virtud fuese<br />

el mas malo <strong>de</strong> los partidos que pudiera uno lomar, ¿ encontraría<br />

mas conlradiccionos, ni mas obstáculos ? Paré<br />

un número pequeño <strong>de</strong> gentes racionales que alaban<br />

mioslra resolución, y aplau<strong>de</strong>n secretamente nuestra elecf'ion,<br />

¿ cuántos censores injustos, cuántos críticos malig-<br />

"KS hay que interpretan sinieslramenle nuestras mejores<br />

acciones, y que preten<strong>de</strong>n que el principal motivo <strong>de</strong><br />

nuestra reforma sea siempre la lijereza, el <strong>de</strong>spocho, un<br />

'evés do fortuna, la vanidad, ó la <strong>de</strong>sesperación? I.o que<br />

os mas estraíio, es que fulla poco para que no se atribuyan<br />

á la <strong>de</strong>voción lodos los males <strong>de</strong> la vida. Asi los amigos<br />

y la mujer do Job atribuian á la piedad <strong>de</strong> aquel<br />

sanio hombre una parle do las <strong>de</strong>sgracias que le hablan<br />

sucedido. A esta vida uniforme, á esla probidad exacta,<br />

á la aplicación continua en la oración, se atribuyen todas<br />

Jas enfermeda<strong>de</strong>s, mientras que los mundanos <strong>de</strong>struyen<br />

Y arruinan su salud por una continuación gravosa <strong>de</strong> 1ral'iqos,<br />

<strong>de</strong> fatigas, y por todo género <strong>de</strong> escesos, sin que<br />

uadie lo pon<strong>de</strong>re. No hay que sorpren<strong>de</strong>rnos : el mundo<br />

no ama mas que lo que le pertenece ; aborrece á todos los<br />

Tío no son <strong>de</strong>l mundo. Las contradicciones hacen el<br />

elogio <strong>de</strong> las personas virtuosas. El siervo no es mas que<br />

s" señor. Si Jesucristo ha sido el blanco <strong>de</strong> la conlradic-<br />

(>l0'i, qué siervo <strong>de</strong> Dios estará exento do ella? ¡ Mi<br />

Wos ! ¡ cuan poco comprendo este misterio, y cuánlo<br />

'"énos gusto <strong>de</strong> él !<br />

PÜNTO SKGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra que. no solo la licencia do<br />

toa iiheriinos es lo que tiene que sufrir la piedad <strong>de</strong> las<br />

P^sonas buenas; Dios permite para purificar la virtud <strong>de</strong><br />

8n5 siervos, que sea ejercitada por aquellos mismos que<br />

ferian ser sus admiradores, sus protectores y susmo<strong>de</strong>-<br />

'os- <strong>Los</strong> privilegios apenas llegan á los mas fervorosos;<br />

tos exenciones, las predilecciones recaen <strong>de</strong> ordinario en<br />

fevor <strong>de</strong> los imperfectos. Cosa estrafia: cualquiera cree<br />

tenor <strong>de</strong>recho para ejercilar la virtud <strong>de</strong> un homhro do<br />

l'i^n; Imsta el mas vil <strong>de</strong> esos censores libertinos se atreve<br />

í< lomarse la libertad <strong>de</strong> poner la virtud á prueba.<br />

Se pesan todas las palabras, se critican todas las accio-<br />

N06, se interpretan las intenciones, sojuzga hasta <strong>de</strong> los<br />

DE CUAHESMA. 173<br />

pensamientos, y mientras que todo se'les pasa á los imperfectos,<br />

todo se pon<strong>de</strong>ra y nada se le perdona á una<br />

persona <strong>de</strong>vola. Esta dureza se resiste; pero consi<strong>de</strong>remos<br />

que nada contribuye tanto á la perfección <strong>de</strong> una alma<br />

piadosa, como la solicitud viva y maligna que tantos se<br />

toman <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jarla pasar nada. No <strong>de</strong>ben mirarse las persecuciones<br />

domesticas, las contradicciones, como obstáculos<br />

penosos que hacen mas difícil el camino <strong>de</strong> la virtud;<br />

son espinas, es verdad, pero que sirven <strong>de</strong> vallados, y<br />

que aparlan lodo lo que le es contrario y que pue<strong>de</strong> dañarla.<br />

José no hubiera llegado á ser la segunda persona <strong>de</strong><br />

Egipto, si sus propios hermanos no le hubiesen perseguido.<br />

Las virtu<strong>de</strong>s brillantes y aplaudidas son <strong>de</strong> ordinario muy<br />

superficiales y poco sólidas: los climas en don<strong>de</strong> reina una<br />

primavera eterna, no son fecundos mas que en flores y<br />

en hojas; los inviernos mas largos son ordinariamente seguidos<br />

<strong>de</strong> frutos abundantes.<br />

Si queremos compren<strong>de</strong>r el precio y el mérito <strong>de</strong> estas<br />

pequeñas cruces, no perdamos <strong>de</strong> vista nuestros mo<strong>de</strong>los.<br />

¿Qué santo hubo sin persecuciones? ¿Quéalma fervorosa<br />

sin conlradicciones? <strong>Los</strong> héroes cristianos, <strong>de</strong> que el mundo<br />

no ora digno, han sido todos maliratados: regocijaos,<br />

dice el Salvador, cuando os cupiere una suerte semejante;<br />

las pruebas y las cruces aseguran la recompensa.<br />

¡Dios miol ¡qué poco he comprendido osle misterio<br />

consolador ! ¡ que digno <strong>de</strong> lástima os aquel que merece<br />

el precio <strong>de</strong> agradar á los mundanos! Nó, Señor, yo no<br />

miraré ya las contrarieda<strong>de</strong>s, ni estas pequeñas cruces,<br />

como <strong>de</strong>sgracias. Haced por vuestra gracia, que en a<strong>de</strong>lante<br />

haga <strong>de</strong> ellas un sanio uso.<br />

JACCI.ATOUIAS.—Sí, Señor, léjos <strong>de</strong> quejarme nunca <strong>de</strong><br />

las conlradicciones que se hallan en vuestro servicioí harán<br />

<strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante lodo mi placer. (2 Cor. 12.)<br />

Con tal que osló yo junto á vos, Salvador mió, me importa<br />

poco que cualquiera se arme contra mí. (Job. ti.)<br />

PROPÓSITOS.<br />

Hijo mió, dice el Espíritu Santo (Eccli. 2.), cuando entrares<br />

en el servicio <strong>de</strong> Dios mantente firme en la justicia<br />

y en el temor, y prepárate para muchas pruebas y no pequeñas<br />

contradicciones. Después <strong>de</strong> haberos consagrado á<br />

la <strong>de</strong>voción, no os quejois sí se os trata con <strong>de</strong>sprecio ó<br />

con dureza. Toda virtud lisonjeada bastar<strong>de</strong>a. Las escarchas<br />

en los caminos <strong>de</strong> Dios son mas úliles <strong>de</strong> lo que so<br />

piensa. El frió y los vientos purifican el aire, y matan los<br />

insectos, que en una estación mas blanda lo arruinan todo.<br />

No <strong>de</strong>is motivo á los rmpeifeclos, con vuestros caprichos,<br />

vuestra inmortificacion y vuestra grosería, para que puedan<br />

<strong>de</strong>sacreditar la <strong>de</strong>voción y ponerla á prueba; poro<br />

cuando se os tachare <strong>de</strong> incómodos, porque guardáis regularidad;<br />

cuando se os murmure, porque cnmpiís con<br />

vuestra obligación, porque sois muy reservados, muy roiiginsos,<br />

porque arreglais'vueslras coslumbres por el Evangolio;<br />

ben<strong>de</strong>cid al Señor, y guardaos <strong>de</strong> afligiros. Si fuese<br />

<strong>de</strong>l gusto <strong>de</strong> los imperfectos, <strong>de</strong>cia can Pablo, no mereceria<br />

el aprecio <strong>de</strong> mi divino Maestro. Animaos en vuestras sensibilida<strong>de</strong>s,<br />

y en vuestra <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za, y en lo sucesivo mirad<br />

estas pequeñas amarguras como un favor insigne;<br />

ellas son un veneno escelonlo contra el veneno <strong>de</strong> las pasiones.<br />

Tomad <strong>de</strong>sdo hoy la resolución <strong>de</strong> ser fieles en<br />

esla práctica. Tened sin cesar presentes á vuestro espíritu

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