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lo? Dios por una provi<strong>de</strong>ncia sapienK-iima las ha esparcido<br />
Mbiindantemcnle en todas las condiciones: no hay masque<br />
Jncer un santo uso <strong>de</strong> ellas. ¿Se necesitan buenas obras?<br />
¿Cuántas no pue<strong>de</strong> uno hacer sin salir <strong>de</strong> su casa? Las<br />
atenciones <strong>de</strong> la familia son los principales <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la<br />
virlnd.<br />
l'or mas laudables, por mas preciosas que sean lodas<br />
las prác'.icas <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción, jamás esteremos seguros <strong>de</strong> qno<br />
hacemos las que Dios quiere <strong>de</strong> nosotros, sino cuando nos<br />
empleamos en las que son propias <strong>de</strong> nuestro estado. Estas<br />
solas son las que nos correspon<strong>de</strong>n. ¡No les loca á los<br />
siervos el elegir sus ocupaciones, tócale al Seflor el <strong>de</strong>terminar<br />
el servicio. <strong>Los</strong> trabajos mas penosos, las solicitu<strong>de</strong>s<br />
menos interesadas se esliman poco si ellos no las lian<br />
elegido. ¿Qué sirve el hacer mucho si con ello se <strong>de</strong>sagrada?<br />
Qué ilusión la do aquellas personas que <strong>de</strong>scui<strong>de</strong>n los<br />
<strong>de</strong>beres ordinarios <strong>de</strong> su estado por satisfacer á su pretendida<br />
<strong>de</strong>voción, la cual no es propiamente entonces mas<br />
que un relinaniienlo <strong>de</strong> amor propio disfrazado. Aun cuando<br />
Inibiésemos omitido todas las obras <strong>de</strong> supererogación,<br />
visitas <strong>de</strong> enfermos, ejercicios <strong>de</strong> candad, mortiíicaciones<br />
penosas, habremos cumplido todos los <strong>de</strong>beres cuando hubiéremos<br />
<strong>de</strong>sempeñado perfectamente los <strong>de</strong> nuestro estado,<br />
«lía hecho bien todas las cosas.» Este es el elogio<br />
qne se hacia <strong>de</strong> Jesucristo, y este es el que <strong>de</strong>be hacerse<br />
<strong>de</strong> todos los verda<strong>de</strong>ros cristianos, <strong>de</strong> lodos los santos i ha<br />
llenado pcrfectamenle lodos los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> su estado, ha<br />
cumplido con puntualidad y con fervor hasta los mas pequeños,<br />
los menores preceptos. Esta es la prueba mas segura<br />
do una verda<strong>de</strong>ra virtud. Cualquiera otra i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción<br />
es falsa, aun cuando uno hubiese hecho lodas las<br />
obras <strong>de</strong> piedad, aun cuando hubiese puesto en ejercicio<br />
el zelo mas ardiente, aim cuando Imhiose gastado su vida<br />
en la práctica <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> misericordia, no es uno un<br />
siervo bueno y liel, si no se han cumplido las obligaciones<br />
<strong>de</strong> su estado. Busquemos en todas las condiciones ningún<br />
sanio que no haya marchado por este camino; cualquiera<br />
olro eslravía. Qué consuelo el hallar cada uno en su condición,<br />
en su estado, en su edad, esta abundancia <strong>de</strong> gracias,<br />
esta mulliplicidad <strong>de</strong> auxilios, esta multitud <strong>de</strong> medios<br />
y <strong>de</strong> ejemplos; pero ¡ quésenlimienlo, buen Dios,qué<br />
<strong>de</strong>sesperación el no haberlas conocido, ó el no haberse<br />
querido servir <strong>de</strong> ellas I<br />
Yo, Señor, me lo echo ya en cara, y conozco todo el<br />
mal que me he hecho por haherme forjado una imaginaria<br />
imposibilidad <strong>de</strong> llegar, sin salir <strong>de</strong> mi estado, á una virtud<br />
eminente. Yo encuentro en mis obligaciones ordinarias<br />
con que hacerme santo, mediante el auxilio <strong>de</strong> vuesli a gracia<br />
; haced que <strong>de</strong> hoy mas ella me sirva para que saque<br />
provecho <strong>de</strong> todo.<br />
JACULATORIAS.—Sí, Dios mió, yo estoy seguro <strong>de</strong> hacer<br />
siempre lo que os agrada, cumpliendo íielmente todas las<br />
obligaciones <strong>de</strong> mi estado. (Joan. 8.)<br />
¡Qué bondad la <strong>de</strong>l Dios <strong>de</strong> Israel para con aquellos<br />
que le sirven con un corazón recto! (l'salm. lí.)<br />
PROPÓSITOS.<br />
DESPUES DE PENTECOSTESi. 515<br />
I Es un artificio ordinario <strong>de</strong>l enemigo <strong>de</strong> la salud,<br />
para darnos la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la santidad, el presentarla como un<br />
frulo <strong>de</strong> paises eslrauos, y que solo crece en lacinia <strong>de</strong> las<br />
íHoniañas mas altas. A favor <strong>de</strong> eslas falsas preocupaciones<br />
jamás vemos la santidad al alcance <strong>de</strong> nuestras fuerzas;<br />
nuestra imaginación nunca nos la pinta sino allá como<br />
en una lontananza y con colores poco comunes. Estamos<br />
en el mundo; no se consi<strong>de</strong>ra posible la santidad sino<br />
atrincherada en el claustro al abrigo <strong>de</strong> las maceraciones<br />
y austerida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l estado religioso. Tenemos la dicha <strong>de</strong><br />
haber abrazado la vida religiosa; piér<strong>de</strong>se el ánimo en el<br />
camino <strong>de</strong> la perfección, porque se nos representa la santidad<br />
ceñida solo álas acciones brillantes, á los milagros<br />
<strong>de</strong> penitencia, á los dones <strong>de</strong> contemplación sublime que<br />
so admiran en la vida <strong>de</strong> los mayores santos. Conijamos<br />
hoy esta falsa i<strong>de</strong>a, y <strong>de</strong>pongamos nuestro error; <strong>de</strong>scubramos<br />
este tesoro <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nosotros mismos. Vivamos<br />
persuadidos <strong>de</strong> que nuestra perfección está ligada á las<br />
obligaciones <strong>de</strong> nuestro estado. El Espíritu Santo alaba á<br />
la mujer fuerte por haber hilado, porque ha velado do<br />
continuo sobre sus criados, ha sido cuidadosa para proveer<br />
á las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su familia, y ha tenido una religiosa<br />
sumisión á la voluntad <strong>de</strong> su esposo. Tal <strong>de</strong>be sor<br />
el elogio <strong>de</strong> una señora cristiana. Dios no aprueba nuestras<br />
largas estaciones eti la iglesia ó en los hospitales, si<br />
nuestra familia pa<strong>de</strong>ce algún <strong>de</strong>'iiimnío por nneslta ausencia.<br />
No hay virlud sin el ér<strong>de</strong>n; nosoíros le trastornamos<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que <strong>de</strong>scuidamos las obligaciones <strong>de</strong> nuestro<br />
estado. Hay tiempo para lodo; pero hagamos tedas las<br />
cosas en su tiempo. Seamos zeloses<strong>de</strong> la salvación <strong>de</strong> otro;<br />
pero no <strong>de</strong>salendamos la micslra. No tomemos sino <strong>de</strong>l<br />
tiempo que tenemos libre, el que empleemos en las obras<br />
<strong>de</strong> supererogación. Hagamos limosnas; pero <strong>de</strong>: pues <strong>de</strong><br />
satisfechos los trabajadores, y pagadas nuestras <strong>de</strong>udas.<br />
Esla lecciones do las mas importantes. No hay <strong>de</strong>voción<br />
sise abandonan las obligaciones <strong>de</strong>su oslado.<br />
2 Sea siempre este artículo el primero <strong>de</strong> nuesboexámen<br />
<strong>de</strong> conciencia; tengan siempre el primer legar en lodas<br />
nuestras confesiones las faltas contra las obligaciones<br />
<strong>de</strong> nuestro estado, y no contemos por nada las buenas<br />
obras, aun las que mas honran, si faltamos ó nuestros<br />
primeros <strong>de</strong>beres, que muchas veces son <strong>de</strong> ningún esplendor,<br />
pero siempre <strong>de</strong> un gran precio. ¿Somos religiosos?<br />
Estudiemos nuestras obligaciones, y seamos exactos<br />
observadores hasta do las menores reglas, ün gran zelo<br />
es muy loable; los rigores déla penitencia sirven mucho<br />
para la perfección; pero si haciendo bien las cosas á que<br />
no estamos obligados nos dispensamos <strong>de</strong> las que Dios nos<br />
pi<strong>de</strong>; si á vuelta <strong>de</strong> un zelo tan ardiente, (an vivo y tan laborioso<br />
violamos habilualmcnle las observancias religiosas;<br />
si exhortando á los <strong>de</strong>más con tanta elocuencia 6 que<br />
sean fervorosos, puntuales, mollificados, somos nosotros<br />
poco sumisos, poco exactos, poco humil<strong>de</strong>s; ¿no habrá nada<br />
que echarnos en cara? Es <strong>de</strong>masiado inlci esanle esteconsejo<br />
para que no lo pongamos en práctica. Informémonos<br />
<strong>de</strong> un sabio y celoso director lo que tenemos que reformar<br />
en este punto.<br />
DOMINGO DUODÉCIMO DESPUES DE PENTECOSTES.<br />
Llámase el domingo duodécimo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Pentecostés,<br />
el domingo <strong>de</strong>l caritativo Samarilano, ó en otros términos,<br />
el domingo <strong>de</strong>l prójimo, á causa <strong>de</strong> la parábola<br />
que constituye el asunto <strong>de</strong>l Evangelio <strong>de</strong> este dia. La<br />
Iglesia que distribuye á sus hijos lodo el año el alimento<br />
espiritual por medio <strong>de</strong> sus insírucciones espirituales, por<br />
la celebración <strong>de</strong> nuestros sagrados mislerios, y por lo»