Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

LAS
para la salvación, ó aunque sean gracias, las pedimos de
tal modo que lejos do sanliücarnos, servii ian mas bien
para aparlarnos del camino déla salvación. ¿Queremos
que nucslras oraciones sean efleaces? No pidamos mas que
lo que puede servir para nuestra salvación, y pidámoslo
con las condiciones y con las disposiciones que convienen
ñ la oración. Oremos con humildad, oremos con atención
del espíritu y afecto del corazón; oremos con confianza y
con unafé viva; oremos en ün, con perseverancia. « Dios
resiste á los orgullosos, dice Santiago, y da gracia á los
humildes.« La atención del espíritu y el afecto del corazón,
dice santo Tomás, son como el alma de la oración. «Pidamos
con fó, dice Santiago, y no vacilemos. Espera , dice
Isaías, espera todavía.» Dios concede muchas veces á la
perseverancia lo que parece negar al principio al fervor
de la oración. Sílbese vivir bien, según san Aguslin,
cuando se sabe orar bien.
La oración de la misa de este dia es como sigue :
rrwsta , ^wícsumus,
omnipolens Dcus : wí ^ui
in afjlicíionc riostra de ttia
pietate covfidmus, contra
adversa omnia tua semper
prolcclione muniamur.
Per Domiíwm..,
Uaced, ó Diosomnipolcnlo,
que los que en nuestras aflicciones
ponemos nuestra confianza
en vuestra bondad,seamos
.«ieinpre forlalecidos por
vuestra divina protecciuii contra
todas las adversidades de
esta vida. Por nuestro Señor,
etc.
Charissimi: Confttemini
alterulnmi peccaiavestra
, et orate pro invkem
Mí salvcmiui : muUnm
enim valct deprecalio jusli
assidua, Elias homo eral
similis nobis passibilis :
ct oroíioiic orai'il ui non
Vluercl super lerram , et
non plüit amos tres, et
menses scx. Et rursum
oravil, el cvlum
dedil pluvium, et ierra dedil
fruclum sunm. Fralres
mei, si qnis ex vobis erraverit
a veriiaté, el conrerlerit
qnis eum, scire
debet quoniam qni converli
fcceril peccalorem ab
enore vice suw, salvabil
unimam ejus a morte, et
operiet mulüiadincm pec-
La Epístola está lomada de la del apóstoi Santiago, capitulo
5.
Amadísimoshermanos: Confesad
vuestros pecados el uno
al otro, y orad los unos por los
otros para que os salvéis, porque
la oración constante del
justo puede mucho. Elias era
hombre como nosotros, sujeto
á las enfermedades; sin embargo,
oró para que no lloviese
sobre la tierra, y no llovió
en tres años y seis meses. Rogó
segunda vez, y el cielo dio
la lluvia , y la tierra llevó su
fruto. Hermanos mios, si alguno
de vosotros llega á cstraviarse
del verdadero camino y
algún otro le volviese á atraer
á él, sepa osle que el hombre
que redujere un pecador de su
eslravío, salvará su alma de
la muerte y cubrirá un gran
número de pecados.
catorum.
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