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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DOMINGO, BECIMOTERCÍO<br />

toik la nación, é implora ti ÍÚJXÜÍO <strong>de</strong>l cielo. Eslesnlmo allá fué recibido como un ángel <strong>de</strong> Dios, y como lo hubiera<br />

conviene perfectamente á la Iglesia perseguida no solo<br />

sido Jesucristo mismo, según él mismo lo dice: «Sin<br />

por los paganos, sino mucho mas tiempo todavía por I03<br />

herejes, que no cesan aun <strong>de</strong> perseguirla. Tense en el<br />

que mis humillaciones,)> aña<strong>de</strong>, «ni mis flaquezas os hayan<br />

disgustado.» Pero turbóse muy pronto la tranquilidad<br />

rasgos vivos y elocnenlcs, espresiones fuertes, gran<strong>de</strong>s y y el fervor <strong>de</strong> aquella Iglesia ná<strong>de</strong>nle, por el falso celo<br />

patéticas que convienen admirablemente al asunto, y que<br />

(raen á la memoria los escesos y los sacrilegios <strong>de</strong> les herejes;<br />

y la envidia <strong>de</strong> los judíos que san Pedro habia converiido<br />

allí á la fó, antes que san Pablo hubiese ido á predicar á<br />

hé aqili algunos <strong>de</strong> ellos: «Levantad cuanfo^ántes, los gentiles, fistos falsos hermanos, mas bien judíos que<br />

Señor, ia mano conlra nuestros enemigos, para que su cristianos, encaprichados ca su anligua ley, no podían<br />

orgullo que<strong>de</strong> abatido para siempre: ;ÍIU! ¡cuántas impieda<strong>de</strong>s<br />

sufrir que san Pablo habiendo converiido á ios gentiles á<br />

han cometido en el lugar sanio!» i en vuestro la fé <strong>de</strong> Jesucristo, no les hubiese obligado á guardar las<br />

templo! ¡Con qué insolencia han profanado el lugar sanio,<br />

en el cual celebrábamos nosotros fiestas en vuestro honor!<br />

ceremonias legales. Comenzaron á <strong>de</strong>sacredilar al santo<br />

apóstol para <strong>de</strong>sacreditar mejor su doctrina; trataron <strong>de</strong><br />

ellos han enarbolado sus estandartes en el lugar mas hacerle pasar por un intruso en el ministerio <strong>de</strong>l aposto­<br />

alto <strong>de</strong>l templo, igualmente que en las encrucijadas, sin<br />

hacer diferencia entre lo sagrado y lo profano. Hanse animado<br />

los unos á los otros para echar las puertas abajo á<br />

golpes <strong>de</strong> hachas, como hubieran <strong>de</strong>rribado ios árboles en<br />

lado, y no hallando nada reprensible en su conducta, ni<br />

en sus costumbres, se agarraron á lo que parecía <strong>de</strong>fectuoso<br />

é irpegular en su aire, en su voz y en toda su persona.<br />

Después <strong>de</strong> haber procurado hacerle á él <strong>de</strong>spreciable,<br />

«na floresta; han volcado las puertas á hachazos y á golpes.<br />

comenzaron á predicar la obligación <strong>de</strong> observaren el crisrentes<br />

Esta nación impía, y (odas sus sectas, aunque difetianismo<br />

la ley <strong>de</strong> Moisés. <strong>Los</strong> gálatas , pueblo simple y<br />

entre si en dogmas, en errores, en intereses, han grosero, se <strong>de</strong>jaron persuadir <strong>de</strong> los halagüeños discursos<br />

convenido siempre en este artículo; todos han dicho unánimemente:<br />

<strong>de</strong> aquellos falsos doctores; sin embargo, muchos se<br />

«Abolamos en la tierra todas las fiesüts <strong>de</strong>l opusieron á estas noveda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> lo que resultó muy pronto<br />

Señor.» ¿Quién no ve en esta muestra el verda<strong>de</strong>ro retrato<br />

<strong>de</strong> los herejes <strong>de</strong> los últimos siglos? Tal es el salmo<br />

<strong>de</strong>l cual ha tomado la Iglesia las palabras que componen<br />

un cisma en aquella Iglesia. Habiéndolo advertido san<br />

Pablo, y queriendo corlar el curso á un mal tan gravo, escribió<br />

á los gálatas con toda la fuerza y la vehemencia que<br />

•el introito déla misado esfedia: «Acordaos, Señor, <strong>de</strong> exigía semejante abuso. Comienza por establecer invenciblemente<br />

la alianza que hicisleis en olro tiempo con nuestros padres,<br />

y no olvidéis para siempre á vuestro pobre pueblo.»<br />

Acordaos, Señor, <strong>de</strong> todas las maravillas que obrasteis en<br />

nuestro favor ; acordaos que sois nuestro Criador, nuestro<br />

protector, nuestro libertador; no olvidéis que sois<br />

su apostolado, como que ha sido llamado á 61<br />

por el mismo Ji'sucnsU». Reíierc su conversión milagrosa,<br />

y prueba la aulenlicidad <strong>de</strong> su misión. Descien<strong>de</strong> luego al<br />

origen <strong>de</strong>l mal, y á lo qua habia dado lugar á aquellas<br />

contestaciones y al cisma. Demuestra por un raciocinio,<br />

nuestro Dios, y nosotros somos'vuestro pueblo; vuestro al cual nada hay que replicar, y por diversos pasajes do<br />

honor está, en cierto modo, interesado en socorrernos, la Escritura, que ni la circuncisión ni la ley <strong>de</strong> Moisés sirven<br />

puesto que nuestros enemigos son los vuestros. Levantaos,<br />

ya para nada; que las bendiciones prometidas á Abra-<br />

Señor; vuestra causa igualmente que la nuestra es ham son para los fieles que han creído en Jcsucrislo; que<br />

la que os pedimos encarecidamente que <strong>de</strong>fendáis, y que<br />

no rechacéis las súplicas humil<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los que os buscan<br />

propiamente hablando, solo el Salvador divino y sus discípulos<br />

son los verda<strong>de</strong>ros hijos <strong>de</strong> Abraham, y los here<strong>de</strong>ros<br />

con todo sa corazón. ¿Perqué ¡ó Dios mió! nos habéis<br />

<strong>de</strong> las bendiciones y <strong>de</strong> las promesas. Que en la Es­<br />

abandonado, como si nada tuviésemos que esperar <strong>de</strong> vos? critura es preciso distinguir el sentido histórico y carnal,<br />

¿por qué estáis tan irritado contra las ovejas <strong>de</strong> vuestro y el senüdo alegórico y espiritual, que es al que pritícipalmeníe<br />

rebaño? ¿Está per ventura ¡ó Dios mió! encendida para<br />

ha al.emlido e! Esjúilu Santo ; quo los judíos<br />

siempre contra nosotros vuestra ira? ¿no acabarán jamás<br />

estos males? ¿habéis arrojado para siempre este pueblo,<br />

en olro tiempo tan querido, tan privilegiado, que vos mismo<br />

babris conducido por el <strong>de</strong>sierto, y como buen pasíor<br />

alimentado con el pan <strong>de</strong> los ángeles? En todo este salmo<br />

so ve un mo<strong>de</strong>lo perfecto <strong>de</strong> una oración afectuosa y llena<br />

carnales, esto es, según la carne, están figurados en Agar<br />

é Ismael, y al contrario ios cristianes en Sara é Isaac; que<br />

por la fé hemos entrado en la dichosa libertad <strong>de</strong> hijos <strong>de</strong><br />

Dios, y here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> las bendiciones y las promesas; que<br />

los hebreos bajo <strong>de</strong> la ley no han sido mas que esclavos;<br />

que según la Escriiura el esclavo <strong>de</strong>be ser arrojado con su<br />

<strong>de</strong> confianza, muy á propósüo para todas las cala­<br />

hijo, porque el hijo <strong>de</strong> la que es esclava no será here<strong>de</strong>ro<br />

mida<strong>de</strong>s públicas, y para pedir al Señor que se digno con el bijó <strong>de</strong> la que es libre. Por lo que hace á nosotros,<br />

hacer que cesen los azotes b;\jo <strong>de</strong> los cuales gime el aña<strong>de</strong>, no somos hijos <strong>de</strong> la esclava para que estemos sujetos<br />

pueblo.<br />

á los preceptos serviles <strong>de</strong> la antigua ley, sino <strong>de</strong> la<br />

La Epístola déla misa <strong>de</strong> este dia es'á lomada <strong>de</strong> la instrucción<br />

que es libre, esto os, <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> gracia , y osla dichosa<br />

que san Pablo da á los gálatas para enseñarles<br />

libertad es la que Jesucristo nos ha dado, y la que vuestros<br />

que la ley no juslilica, y que no pue<strong>de</strong> niguno jusliiicarsc<br />

sino por la fé, la cual escomo la vida dol justo. Para compren<strong>de</strong>r<br />

toda esta Epístola, y entrar en el verda<strong>de</strong>ro sentido<br />

falsos doctores quisieran <strong>de</strong>struir, ó al menos inutili­<br />

zar si pudiesen. Sus perversos <strong>de</strong>signios y sus persecuciones<br />

han sido figuradas en la Escriiura, y su cumplimiento<br />

<strong>de</strong>l apóstol, conviene sabiu-que habiendo predicado<br />

lo veis bien claro en el día; porque así como entonces el<br />

san Pablo la fé do Jesucristo en Galacia, que era una provincia<br />

<strong>de</strong>l Asia menor, entro la Capadocia y la Frigia, convirtió<br />

allí tan gran número <strong>de</strong> gentiles, que en poco tiempo<br />

formó una Iglesia consi<strong>de</strong>rable. La primera vez que fué<br />

que habia nacido según la carne, eslo es, Ismael, perseguía<br />

al que lo era según el espíritu, eslo es, Isaac, así suce<strong>de</strong><br />

ahora. Sabed, pues, continúa el santo apóstol, que la<br />

ley no se ha dado á vuestros padres sino para <strong>de</strong>tener sus

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