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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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Klisoo, profda célebre, era hijo <strong>de</strong> Saphat, <strong>de</strong> la ciudad<br />

<strong>de</strong> Abel; era el discípulo y compañero inseparable<br />

<strong>de</strong> Elias, quien habiéndole encontrado labrando la lierni,<br />

le echó su capa sobre las espaldas, con'orme la or<strong>de</strong>n que<br />

habia recibido <strong>de</strong> Dios, y en el inslante mismo profetizó<br />

Elíseo. Al <strong>de</strong>saparecer Elias le <strong>de</strong>jó el doble espíiiln profélico<br />

que él habia recibido <strong>de</strong> Dios, cerca <strong>de</strong> S'J'i años<br />

ánles <strong>de</strong> Jesucristo.<br />

REFLEXIONES.<br />

«Déjala. Su alma está llena <strong>de</strong> amargura.D Las aflicciones<br />

mudas son siempre las mas amargas ; un dolor ruidoso<br />

se alivia con las lágrimas y con los gritos. Se sufre<br />

sin consuelo cuando se sufre en silencio, ó cuando se di-<br />

•simula el dolor. Entonces se sienten todas las punzadas <strong>de</strong><br />

nn espíritu afligido y <strong>de</strong> un corazón <strong>de</strong>sabrido. ¡Qué tormento<br />

cuando es preciso <strong>de</strong>vorar uno lodos sus disgustos<br />

sin que la compasión los endulce! La parte que los parientes<br />

y los amigos loman en nuestras adversida<strong>de</strong>s , las divi<strong>de</strong><br />

; pero cuando se disimulan estos sentimientos, se sufre<br />

toda su aspereza, el espíritu se abruma con ellos y el<br />

corazón nada en la amargura y se anega en ella, y ¡ó buen<br />

Dios! ¿qué estado mas infeliz, qué tormento? Tal es el<br />

triste estado <strong>de</strong> los mundanos. Poco es H gozo que hay<br />

en el mundo que no sea arlilicial, ninguno quo no sea<br />

amargo y que no esté seguido <strong>de</strong> senlimienlos y <strong>de</strong> arrepentimientos<br />

crueles: el dolor suce<strong>de</strong> siempre á la alegría.<br />

La alegría es un contento, una emoción <strong>de</strong>l alma causada<br />

por un placer real y puro, ó por una posesión <strong>de</strong> un bien<br />

sólido que se goza. Si este placer es imaginario ó superficial,<br />

si este bien es falso ó vacío, la alegría es vana ; á lo<br />

mas es un sueño agradable que regocija; pero por mas<br />

alegría que cause , el resultado no es mas que un sueño,<br />

y tan pronto como uno se encuentra <strong>de</strong>spierto , se indigna<br />

contra sí mismo por haber reído durmiendo. Gentes <strong>de</strong>l<br />

mundo, no son mas sólidos vuestros regocijos ; pero los<br />

disgustos que les acompañan y la amargura en que están<br />

empapados no son superficiales. Vosotros los sabéis disiinular,<br />

es verdad, y en este disimulo estriba vuestra felicidad<br />

presente; ¿pero tan poco cuesta el disfrazarse sin cesar?<br />

Se llora bajo <strong>de</strong> una máscara la mas risueña, y la<br />

tristeza concentrada <strong>de</strong>seca los huesos. Si á lo menos los<br />

dolores mudos, las amarguras interiores, las cruces invisibles,<br />

los disgustos secretos , pudiesen servir <strong>de</strong> alguna<br />

utilidad para la otra vida, ya se consolarla uno <strong>de</strong> la violencia<br />

que es preciso hacerse mientras dura esta ; peí olas<br />

cruces invisibles délos mundanos son como la semilla <strong>de</strong><br />

los suplicios y <strong>de</strong> los arrepentimiento.! infructuosos y eternos<br />

<strong>de</strong> la otra vida , gemir en el tiempo y todavía mas<br />

<strong>de</strong>sdicha durante la eternidad. Confesamos que solo los<br />

que se <strong>de</strong>dican al servicio<strong>de</strong>Dios, sololasgentes <strong>de</strong>bien son<br />

las que pue<strong>de</strong>n gustar <strong>de</strong> una alegría pura, <strong>de</strong> un contento<br />

lleno y sólido, <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra felicidad aun on esta vida,<br />

gustando á los pies <strong>de</strong>l Crucifijo un preludio <strong>de</strong> los gozos<br />

<strong>de</strong>l cielo. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse en algún sentido que los unos y<br />

los otros están enmascarados ; lasgentes <strong>de</strong>l mundo bajo<br />

<strong>de</strong> un esleíior risueño, jovial, llorido, ocultan pesares <strong>de</strong>voradoresv<br />

«na tristeza mortal; y las gentes do bien , los<br />

JUEVES CUARTO<br />

y habiendo tomado á su bijo | verda<strong>de</strong>ros siervos <strong>de</strong> Dios bajo <strong>de</strong> un aire recogido <strong>de</strong><br />

se siilió, y Elileo se volvió un eslerior mortilicado, <strong>de</strong> una mo<strong>de</strong>stia cristiana é inalterable<br />

, gozan <strong>de</strong> una paz dulce y'Meüciosa , gustan <strong>de</strong><br />

dulzuras interiores que son inefables , y su alma está<br />

inundada <strong>de</strong> un torrente <strong>de</strong> alegría <strong>de</strong>sconocido , incomprensible<br />

á los mundanos. Llegará un dia que todo el<br />

mundo comprenda este misterio.<br />

Bl Evan'jelio <strong>de</strong> la misa es <strong>de</strong> san Lucas en el cap. 7.<br />

In illo tempore: Ibal Jesús<br />

in civita tem, quee vocatur<br />

Na'm: el ibani cum eo<br />

discipuii ejus, el turba copiosa.<br />

Cum avlnn appropincpiarct<br />

porlcB dUlátís, ccre<br />

<strong>de</strong>funclus efferebalur fdius<br />

únicas mntris sucr.: et hasc<br />

vidua eral: el turba civüatis<br />

mulla cum illa. Qmm<br />

cum vidisset Dominus, misericordia<br />

molus super cam,<br />

dixil illi: Noli {lere. Et accessil,<br />

et letigil locahm. ¡li<br />

autem, qui porlabant, sletcnml.<br />

El ait: Adolescens, tibi<br />

dico, surge. El resedil (¡ui<br />

eral morluus, elca;pit ¡oqui.<br />

Et <strong>de</strong>dil illum matri suce.<br />

Accepit autem oiim.es timor,<br />

el mngiiifirabanl Dcum , (íicentcs:<br />

Quia Prophela magmis<br />

surrexil in nobis: el quia<br />

Deus visitavil plebcm suam.<br />

MEDITACION.<br />

En aquel tiempo, caminaba<br />

Jesús á la ciudad do<br />

Naim , é iban con él sus<br />

discípulos y mucha gente.<br />

Cuando llegaba ct ira <strong>de</strong> la<br />

puerta <strong>de</strong> la ciudad, llevaban<br />

á enterrar un difunto, hijo<br />

único, cuya madre era viuda,<br />

á la cual acompañaba<br />

una nmiierosa multitud do<br />

la ciudad. Luego que la vió<br />

el Señor, movido <strong>de</strong> compasión<br />

hácia ella: No llores,<br />

la dijo; y habiéndose acercado<br />

locó el féretro. <strong>Los</strong><br />

que le llevaban se <strong>de</strong>tuvieron.<br />

Y dijo: Joven, levántate,<br />

yo le lo mando. El muerto<br />

se incorporó inmediatamente,<br />

y comenzó á hablar,<br />

y Jesus se lo entregó á su<br />

madre. Todos quedaron poseídos<br />

do admiración, y publicaban<br />

las gran<strong>de</strong>zas <strong>de</strong><br />

Dios diciendo : lia aparecido<br />

un gran Profeta entro<br />

nosotros, y Dios ha visitado<br />

á su pueblo.<br />

De {a necesidad <strong>de</strong> prepararle para la muerte.<br />

PÍIMO rimiEiio. — Consi<strong>de</strong>ra que la necesidad <strong>de</strong> prepararse<br />

para hacer una muerte santa, es indispensable:<br />

ninguna cosa hay que sea <strong>de</strong> tanta consecuencia como la<br />

muerte; ninguna que sea tan difícil como una buena muerte<br />

; sobre todo para quien no se ha preparado á ella durante<br />

su vida. ¿Hay alguna cosa que sea tan irreparable<br />

como ima muerte <strong>de</strong>sgraciada? ¿y hay sin embargo alguna<br />

para que ménos se preparen que para hacer una<br />

buena muerte?<br />

Si se muriese dos veces, seria menor la impru<strong>de</strong>ncia<br />

en arriesgarse á morir mal una voz ; podríamos reparar la<br />

falta,, quedaríamos todavía en estado ai mismo tiempo <strong>de</strong><br />

hacer penitencia <strong>de</strong> una mala vida y <strong>de</strong> una mala muerte.<br />

Pero no se muere mas <strong>de</strong> una vez, y la eternidad bienaventurada<br />

ó <strong>de</strong>sgraciada <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> absolutamente <strong>de</strong> esta<br />

muer'.e.<br />

Cuanto mas hayamos trabajado para el cielo, cuanto mas<br />

santa haya sido nuestra vida, mas interés tenemos en acabarla<br />

santamente, para no per<strong>de</strong>r el fruio<strong>de</strong> nueslios Irabajos.<br />

Es verdad que una buena muerle es ordinariamen-

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