27.08.2017 Views

Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

£00<br />

«JcsórdtMios y las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su alma, toma la resolución<br />

do acudir al divino Médico. iCUiántos que ar<strong>de</strong>n en<br />

los inQernos estarían ahora en el cielo, si habiendo tenido<br />

oí mismo conocimiento por las luces <strong>de</strong> la gracia, la misma<br />

inspiración, el mismo pensamiento <strong>de</strong> convertirse, no<br />

hubiesen diferido para otro día <strong>de</strong> fiesta, para otro tiempo,<br />

para olra ocasión su conversión! ¡Desdichada dilación<br />

que con<strong>de</strong>na á tantas almas! Magdalena tenia no obstante<br />

gran<strong>de</strong>s razones para diferir su conversión; era todavía<br />

joven, gozaba <strong>de</strong> una salud robusta; una edad mas madura,<br />

una disposición menos risueña, parcelan un tiempo<br />

mas á propósito para una mutación que podía <strong>de</strong>smentirse;<br />

por lo menos la circunstancia presentaba un gran<strong>de</strong><br />

obstáculo. Jesucristo habia sido convidado á comer en casa<br />

do un fariseo, la reunión ertí cran<strong>de</strong>, todas gentes malignas<br />

y <strong>de</strong>sapiadados censores, <strong>de</strong> los cuales eradla <strong>de</strong>masiado<br />

conocida. Si era necesario convertirse, ¿para qué<br />

con tanto ruido? parece que lo que quiere es mas bien<br />

bacer ostentación <strong>de</strong> su reforma. Parece que dictaba la<br />

pru<strong>de</strong>ncia esperar á que el Salvador estuviese en su casa,<br />

la dilación no parecía muy larga; un convite, un feslin,<br />

parecía poco conveniente para dar al público una escena<br />

semejante. Debe también aten<strong>de</strong>rse á la propia reputación.<br />

Un estrépito semejante era una conversión muy pública<br />

y una publicación muy ruidosa en sus <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes.<br />

Así raciocina el espíritu <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong> la carne; mas el<br />

espíritu <strong>de</strong> Dios raciocina muy <strong>de</strong> otra manera. No bien<br />

ha concebido Magdalena en don<strong>de</strong> podrá encontrar á su<br />

Salvador, cuando corre allá ; entra en ta sala <strong>de</strong>l festín,<br />

.penetra por enlre la multitud, y sin hablar mas que con<br />

sus llantos y con sus sollozos, se postra á los pies <strong>de</strong> Jesucristo<br />

y los riega con sus lágrimas. No hay cosa mas resuella,<br />

no la hay mas generosa que una alma verda<strong>de</strong>ramente<br />

converiida. líl crimen es <strong>de</strong>svergonzado, el vicio<br />

<strong>de</strong>sprecia lodo respeto humano; pero pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que<br />

la verda<strong>de</strong>ra conversión inspira todavía mas ánimo. Juzguemos<br />

<strong>de</strong>l mérito y do la sinceridad <strong>de</strong> esas conversiones<br />

aparentes, <strong>de</strong> esas cobar<strong>de</strong>s, tímidas y siempre perniciosas<br />

semi-conversiones, que temen hasta que se las<br />

tenga por una vuelta <strong>de</strong>l alma á Dios y por un á Dios<br />

al mundo. Ninguna consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>tiene á Magdalena:<br />

zumbas <strong>de</strong> lo? lihertinos, censura picanle <strong>de</strong> los mundanos,<br />

interpretaciones malignas, nada es capaz <strong>de</strong> aterrarla.<br />

Ella se mantiene á los piés <strong>de</strong>l Salvador, sus lágrimas<br />

son el lenguaje <strong>de</strong> su contrición, su sentimiento aboga por<br />

olla. Después <strong>de</strong> un arrojo semejante, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un paso<br />

como este, poco hay que sea capaz <strong>de</strong> hacerla volver atrás;<br />

nada respon<strong>de</strong>-mejor <strong>de</strong> su perseverancia que una <strong>de</strong>claración<br />

tan pública. Y hé aquí lo que el <strong>de</strong>monio teme; él<br />

no impi<strong>de</strong> que uno se convierta , pero no quiere que se<br />

baga con estrépito; esas consi<strong>de</strong>raciones, ese respeto humano,<br />

esa vergüenza <strong>de</strong> parecer convertido, es siempre<br />

un recurso para él; y héaquí en que consisten tantas conversiones<br />

falsas, ó al ménos esta es la causa <strong>de</strong> que haya<br />

tan pocas que perseveren.<br />

alguna ocasión <strong>de</strong> dar pruebas <strong>de</strong> su ardiente amor á su<br />

buen Maestro, que ella ñola aprovechase? Si le queda algún<br />

resto <strong>de</strong> su lujo y <strong>de</strong> su vanidad, solo se sirve <strong>de</strong> él<br />

para hacerle públicamente sacriücios. Elige siempre el<br />

tiempo en que la reunión es mas numerosa para <strong>de</strong>rramar<br />

álos piés <strong>de</strong>l Salvador sus mas preciosos perfumes. <strong>Los</strong><br />

discípulos mas adheridos al Hijo <strong>de</strong> Dios se retiran luego<br />

que leven amarrado y preso, solo san Juan , él discípulo<br />

ainado, es el que le sigue hasta la cruz, y Magdalena. ¡Oh,<br />

cuánta verdad es que ella ha amado á Jesucristo, y que<br />

es uno generoso cuando ama ! No es fácil que se <strong>de</strong>bilite<br />

su apego al Salvador; ella le ama en la cruz, le ama hasta<br />

el sepulcro, y hasta allí corro para rendirle los úllimos<br />

obsequios; ui los soldados armados, ni una piedra <strong>de</strong><br />

uu peso enorme que cierra la entrada <strong>de</strong>l sepulcro, ni<br />

el sello público, son ohstáculos capaces <strong>de</strong> <strong>de</strong>tener su zelo.<br />

Nada cree imposible , todo lo cree fácil á su amor. En fm<br />

la mas cruel persecución , el peligro visible <strong>de</strong> un triste<br />

naufragio, no alteran ni su fé ni su constancia en el servicio<br />

<strong>de</strong> su Dios. En la mar como en la tierra , en su patria<br />

como en un país estranjero , en todas parles se <strong>de</strong>clara<br />

pord Diosa quien adora yá quien ama. Ninguno jamás<br />

tuvo una seguridad ménos dudosa y mas positiva <strong>de</strong>l perdon<br />

<strong>de</strong> todas sus pecados que Magdalena; ¿ pero se contenta<br />

con la seguridad que tiene <strong>de</strong> su perdón? Bien lo<br />

sabemos, jamás se vió una penitencia mas larga ni mas<br />

austera. Diez y siete años en el hueco <strong>de</strong> una espantosa<br />

roca , sin otro alimento que algunas raices insípidas y<br />

amargas; hé aquí cuál fué la vida <strong>de</strong> una mujer <strong>de</strong>licada,<br />

criada en los placeres, educada , por <strong>de</strong>cirlo así,en la<br />

mundanidad, pero verdadi'ramcnle convertida. ¡ O qué<br />

bello y cscelentc mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> penitencia! ¿pcio se encuentran<br />

en el dia <strong>de</strong> hoy muchas copias <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo tan<br />

perfecto? Eucuéntranse innumerables que imitan á Magdalena<br />

pecadora; pero muy pocos que imiten á Magdalena<br />

penitente. Una confesión muy superficial, una contrición<br />

muy dudosa, una penitencia muy lijera, seguida <strong>de</strong> una<br />

vida loda mundana, alguna vez mas <strong>de</strong>liciosa, siempre<br />

muy <strong>de</strong>vola; hé aquí á que se reduce la pretendida conversión<br />

<strong>de</strong> la mayor parle <strong>de</strong> los pecadores <strong>de</strong> nuestros días.<br />

¿Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto se muere tranquilo?<br />

Ea, Señor, no permitáis que este gran mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> conversión,<br />

no sirva mas que para hacerme mas culpable.<br />

Concedédmela gracia <strong>de</strong> que no solo <strong>de</strong>teste verda<strong>de</strong>ramente<br />

mis pecados, sino también la <strong>de</strong> que mi penitencia<br />

sea una prueba do mi sincera conversión, y una seual<br />

<strong>de</strong>l perdón <strong>de</strong> mis pecados. ,<br />

jAGULATonus.— Renovad, Señor en mi aquella pureza<br />

<strong>de</strong> corazón, y aquella rectitud <strong>de</strong> espíritu, que son las señales<br />

<strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra penitencia. ¡Psalm. SO.)<br />

Vuestra indignación , Señor, no seria posible que se<br />

ensangrentase contra un corazón contrito y humillado.<br />

Dadme, pues, esta contrición verda<strong>de</strong>ra y este espirilu<br />

<strong>de</strong> penitencia. (Psalm. SO.)<br />

PUMO SEíiimo.— Consi<strong>de</strong>ra que no se redujo loda la<br />

conversión <strong>de</strong> Magdalena á <strong>de</strong>testar sus pecados pasados<br />

y obtener el perdón <strong>de</strong> ellos, siguióse á ella una vida<br />

fervorosa, penitente y ejemplar. ¿Qué reforma <strong>de</strong> costumbres<br />

mas notable, qué <strong>de</strong>voción mas afectuosa, qué fervor<br />

mas perseverante, qué penitencia mas larga y mas austera,<br />

qué amor <strong>de</strong> Dios mas perfecto y mas generoso? ¿ Ilubo<br />

PROPÓSITOS.<br />

1 No os contentéis con admirar en la Magdalena<br />

un mo<strong>de</strong>lo perfecto <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra conversión ; imitad<br />

un tan gran<strong>de</strong> ejemplo. No basta haber <strong>de</strong>testado<br />

verda<strong>de</strong>ramente todos vuestros pecados, haber hcaho una<br />

buena confesión, haber aun reformado vuestras coslum -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!