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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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18 DO>lINGO DÜODRCIMO<br />

4iob('r!)ios poco versados en la ley, y quosin embargo pretendían<br />

enten<strong>de</strong>rla mejor quo nadie , jamás habia comprendido<br />

la obligación <strong>de</strong>l precepto <strong>de</strong> la caridad con el<br />

prójimo. Encaprichado como lodos los <strong>de</strong>más en sus ?upersliciosas<br />

y falsas tradiciones, estaba tan lleno <strong>de</strong>l espirita<br />

<strong>de</strong>l judaismo y tan supersticiosamente apegado á la<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su nación, que no reconocía como prójimo á ninguno<br />

que no fuese judío, y abrigaba una absoluta aversión<br />

á todos los <strong>de</strong>más pueblos , sobre todo á los pueblos<br />

<strong>de</strong> Samaría. El odio era recíproco entre estas dos naciones;<br />

y lo que prueba bien basta don<strong>de</strong> llegaba la ceguedad <strong>de</strong><br />

estos pretendidos doctores es que cubrían con el protesto<br />

<strong>de</strong> la ley el aborrecimíenfo que los judíos tenían á todos<br />

los <strong>de</strong>más pueblos, como si Dios, que es el I'adro común<br />

do todos los hombres, les hubiese prohibido el ejercitar<br />

con los eslranjeros los oficios <strong>de</strong> la caridad y el amarlos á<br />

todos como hermanos. Este era el error <strong>de</strong> un pueblo infatuado<br />

con sus falsas tradiciones ; lo era principalmente el<br />

<strong>de</strong> este orgulloso doctor, (pie no habiéndose dirigido al<br />

principio á Jesucristo "para apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> él la verdad, sino<br />

para tantearle y hallar en qué censurarle su doclrhia, viéndose<br />

confundido no conlinuó tampoco en hacerle nuevas<br />

preguntas, contentándose con pregunlarle quién era el prójimo<br />

á quien <strong>de</strong>bía amar como á sí mismo. Aprovecbóse<br />

<strong>de</strong> esta coyuntura el Salvador para darnos una i<strong>de</strong>a justa<br />

<strong>de</strong> la palabra prójimo, por medio <strong>de</strong> una parábola que<br />

instruyó á aquel ignoranle doctor y le cerró la boca. Iti/.o<br />

entrar en ella <strong>de</strong> propósito á un samariluno para eusefiar<br />

á los judíos que bajo el nombre <strong>de</strong> prójimo <strong>de</strong>bían compren<strong>de</strong>r<br />

á todos los eslranjeros y aun á sus eneiyigus, sin<br />

eseeptuar á los samarilanos, á quienes aborrecían <strong>de</strong><br />

KMtéffto, y con los que había mucho tiempo no tenían comercio<br />

alguno.<br />

Cierto hombre, le dice, quo iba <strong>de</strong> Jemsalen á Jericó,<br />

cayó en manos do unos ladrones, que no contentos con<br />

robarlo su dinero, le <strong>de</strong>spojaron y dieron tantos golpes<br />

que le <strong>de</strong>jaron por mueito en el sitio. Sucedió por casua ­<br />

lidad, que pasando por allí un sacerdote, vió á aquel pobre<br />

magullado á golpes, lodo ensangrentado; pero no hizo<br />

caso, y pasó a<strong>de</strong>lante: poco <strong>de</strong>spués vino un levita, el<br />

cual reparó en aquel hombre que moría y pedía socotro;<br />

pero léjos do enternecerse, conlinuó su camíüo sin prestarle<br />

auxilio alguno, l'or fin, poco <strong>de</strong>spués pasó un samat<br />

itano, que mas caritativo que el sacerdote y el le^ta no<br />

pudo mirar sin compasión el lastimoso estado en que se<br />

hallaba aquel judío, y á pesar <strong>de</strong> ser estranjero, y como<br />

semarilano enemigo <strong>de</strong>l herido, se movió á piedad, se acercó<br />

á él, y vendó sus llagas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlas lavado con<br />

aceite y vino; no contenió con haber hecho con él este oficio<br />

<strong>de</strong> caridad, lo puso sobre su caballo, le llevó á la posada<br />

mas inmediata y pasó allí lodo el dia cuidando <strong>de</strong> él. Al<br />

siguiente sacó <strong>de</strong> su bolsa dos piezas <strong>de</strong> plata, las dió al<br />

hospe<strong>de</strong>ro, le recomendó el enfermo, rogóle que cuidase<br />

<strong>de</strong> él, y le prometió que á su vuelia le pagaría lodos los<br />

gastos que huhiese hecho para su curación, y le abonaría<br />

lo qno le pidiese por su trabajo.<br />

Nada podía <strong>de</strong>cirse masá propósito para instruirá nuestro<br />

doclor. La parábola era sencilla é ingenua 5 tratábase<br />

do hacer la aplicación <strong>de</strong> ella, y el Salvador quiso que<br />

foOM el mismo doclor el que la hiciese. Preguntóle, pues,<br />

¡oque pensaba <strong>de</strong> aquellas tres clases <strong>de</strong> personas cuyo<br />

retrato acababa <strong>de</strong> hacer, y cuyas disposiciones y conducta<br />

le había pintado: ¿Cuál <strong>de</strong> ellos lo pareCc á tí, le<br />

dijo, es el prójimo <strong>de</strong> aquel judío tan maltratado por los<br />

ladrones? ¿es'el sacerdote que le ha visto sin <strong>de</strong>cirle una<br />

palabra? ¿es el levita que ha pasado sin compa<strong>de</strong>cerse <strong>de</strong><br />

el? ¿ó es el samarítano que movido <strong>de</strong> compasión y Heno<br />

<strong>de</strong> caridad ha hecho en favor suyo servicios tan importantes?—Lo<br />

es ciertamente, repuso oí doctor, el que le ha<br />

tratado con tanta caridad; los otros dos han obrado como<br />

verda<strong>de</strong>ros bárbaros.— Pues he aquí, concluyó el Salvador,<br />

el mo<strong>de</strong>lo que <strong>de</strong>bes tú seguir. Ueconoce que ni la<br />

parentela, ni la alianza, ni el país ó la condición constituyen<br />

el prójimo; por gran<strong>de</strong> que sea la antipatía enlre los<br />

dos pueblos, encuentras, no obstante, en el samarítano la<br />

cualidad <strong>de</strong> prójimo con respecto al judío enfermo; no hagas,<br />

pues, ya diferencia enlre el compalriola y el estranjero<br />

; Dioses el Padre común, y es preciso que todos se<br />

amen muluamente como hermanos. Sabe que el amor <strong>de</strong>l<br />

prójimo <strong>de</strong>be eslen<strong>de</strong>rse indiferentemente á lodo género<br />

do personas. No olvi<strong>de</strong>s jamás una lección tan importanie;<br />

ponta en práctica y vivirás.<br />

El venerable Beda y muchos intérpretes creen que Jesucristo<br />

refiere aquí mas bien una hisloría , que una simple<br />

parábola. El camino <strong>de</strong> Jerusalen á Jericó estaba muy<br />

<strong>de</strong>sacreditado por los robos y los asesínalos que en él so<br />

comelian. Estaba siluado en el Iránsilo el valle <strong>de</strong> Adomnin,<br />

dice san Gerónimo, llamado <strong>de</strong> los Sanguinarios á<br />

causa do la sangre que allí se <strong>de</strong>rramaba, lo cual hacia<br />

aquel camino muy peligroso y cuasi inlransilable. <strong>Los</strong> levitas<br />

propiamenle son les <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> Lev! , y en esto<br />

sentido los mismos sacerdotes, como perlenecienles<br />

todos áesla tribu , podían llamarse levitas; pero como en<br />

esta tribu el sacerdocio estaba vinculado á la sola familia<br />

<strong>de</strong> Aaron, quedó el nombre <strong>de</strong> levitas á los que componían<br />

las <strong>de</strong>más familias, y estos eslaban <strong>de</strong>stinados á<br />

servir y ayudar á los sacerdotes en sus funciciies.<br />

Es evi<strong>de</strong>nle que el Salvador en esta narración ha querido<br />

darnos á enten<strong>de</strong>r que lodo aquel que necesita nuestro<br />

auxilio es nuestro prójimo; y que la ley, dice san<br />

Agustín, que obliga á amar al prójimo como á sí mismo,<br />

es general, y á nadie escluye <strong>de</strong> los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la caridad.<br />

La oración <strong>de</strong> la niisa <strong>de</strong> este dia es como siym t<br />

Omnipotens et misericors<br />

Deus, <strong>de</strong>. enjus muñere<br />

venil, ul libi a fi<strong>de</strong>libus<br />

tuis digne el landabiliter<br />

serviatur : Iribue, qumumus,<br />

nebis* wí d fromissiones<br />

tuas sine offensione<br />

currumus. Per Donmium..<br />

Dios omnipotente y seberanamenle<br />

misericordioso, sin<br />

cuya gracia no podrían vuestros<br />

fieles siervos haceres servicio<br />

alguno agradable y digno<br />

<strong>de</strong> vos; dignaos sostenernos<br />

<strong>de</strong> tal manera, que sin<br />

caer por nuestra flaqueza, corramos<br />

sin cesar en busca <strong>de</strong><br />

los bienes que nos habéis prometido.<br />

Por nuestro Scfior Jesucristo,<br />

ele.<br />

La Epístola está lomada <strong>de</strong> la segunda caria <strong>de</strong>l apóstol<br />

san Pablo á ¡os Corintios, cap. 3.<br />

Hermanos míos: Por Jesu-<br />

cristo es por quien leñemos<br />

lan gran confianza en Dios: nó<br />

porque <strong>de</strong> nosotros mismos<br />

Fralres : Fiduciam lakm<br />

liabemus per ChrisUm<br />

ad Deum : non quod su(ficieníes<br />

simus cogitare ali-

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