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476 MARTES TERCERO<br />
la regla <strong>de</strong>ja quo dcLenios tener unos con otros. La caridad<br />
<strong>de</strong> Dios con nosotros cs*in límites, quiere que la nuestra<br />
sea sin medida. Dios nos enseña con su ejemplo á<br />
sufrirlo todo <strong>de</strong> nuestros hermanos, y á perdonárselo lodo.<br />
Acordémonos que nosotros le pedimos todos los dias<br />
que nos trate <strong>de</strong>l mismo modo que nosotros tratamos á<br />
nuestros hermanos, diciéndole: Perdónanos nuestras <strong>de</strong>udas,<br />
así como nosotros perdonamos á nuestros <strong>de</strong>udores,<br />
(Matlh.fi.)<br />
La oración <strong>de</strong> la misa <strong>de</strong> esle dia es como sigue:<br />
Oidnos , ó Dios omnipo-<br />
tente y misericordioso , y<br />
conce<strong>de</strong>dnosbenigno los do-<br />
nos <strong>de</strong> una continencia sa-<br />
ludable. Por nuestro Sefior,<br />
etc.<br />
Exaudí nos, omnipotens<br />
et misericors Deus: ct continenlice<br />
salularis propilius nobis<br />
dona conce<strong>de</strong>. Per Dominum...<br />
La Epístola es tomada <strong>de</strong>l ruarlo libro <strong>de</strong> los Reyes, cap. i.<br />
In diebus illis : Mulier V.n aquellos dias cierta<br />
(juwdam clamabal ad Eli- mujer se dirigía al profeta<br />
senmpropheíam dicens: Ser- Eliseo, diciéndole: Mi marivus<br />
Unís vir meus^iorluus do, lu siervo, ha muerto, y<br />
csí, eí la nosli quia servus iú sabes que tu siervo fue<br />
tuus fuil limens Dominum: temeroso <strong>de</strong> Dios: ahora,<br />
et em crcdilor venit wí lollal pues, su acreedor viene pagues<br />
(itios meos ad servien- ra llevarse por esclavos á<br />
dum sibi. Cui dixit Eliseus: mis dos hijos. Eliseo la dijo:<br />
Quid vis ut faciam tibi"? Dic ¿Y qué quieres que yo haíjií/it,<br />
quid habes in domo ga por tí? dime, ¿qué es lo<br />
tua? Al illa rcspondil: Non que tienes en tu casa? Ella<br />
habeo ancüla tua quidquam respondió : Nada mas tiene<br />
id domo mea, nisi purum tu sierva en su casa, sino<br />
olei, quo ungar. Cui ail: Va- un poco <strong>de</strong> aceite para uní/a,<br />
pete mutua ab ómnibus girse. Díjola, pues, Eliseo:<br />
i'iciíus luis vasa vacua non Vé, pido prestadas entre topnuca.<br />
Etingredcre,el clau- dos tus vecinos'gran nú<strong>de</strong><br />
oslmm lutun, cum intrin- mero <strong>de</strong> vasijas vacías. Énsecus<br />
fucris tu, tí (ilii lui: el trate en tu casa y cierra la<br />
mitte indé in omniavasa hcec: puerta, y <strong>de</strong>spués que esluel<br />
cum plena fuerint, lolles. vieres <strong>de</strong>ntro tú y tus hijos<br />
ÍIJÍÍ itaque mulier, el clansil vierte <strong>de</strong> ese aceite eu todas<br />
oslium super se, et super fi- las vasijas, y cuantío estulios<br />
suos: illi o(]'erebant va- vieren llenas, las levantasn,<br />
el illa infan<strong>de</strong>bat. Cum- rás. Fué, pues, la mujer, y<br />
que plena fuissent vasa, di- cerró la puerta <strong>de</strong> su casa,<br />
xil ad filium suuni. Ajj'er mi~ <strong>de</strong>simes <strong>de</strong> haber entrado<br />
hi adhuc vas. Etille respon- ella y sus hijos; estos la<br />
dit: Non habeo. Stelüque pteseutaban vasijas, y ella<br />
oleum. Venit autem illa, et echaba aceite en ellas. Cuanindicavit<br />
homini Dei. El Ule: do estuvieron llenas, dijo á<br />
Va<strong>de</strong>, inquit, ven<strong>de</strong> oleum, su hijo: Tráeme mas vasicl<br />
red<strong>de</strong> crcdilori luo: tu au- jas. Y él la respondió: No<br />
lem el (ilii lui vivile <strong>de</strong> reli- tengo mas. Y paro el aceiqno.<br />
te. Vino, pues, ella, y dió<br />
cuenta <strong>de</strong> lodo al hombre <strong>de</strong><br />
Dios, el cual la dijo: Anda,<br />
ven<strong>de</strong> el aceite, y paga á<br />
tu acreedor; y con lo que<br />
le quedare, maulenle tú y<br />
tus hijos.<br />
Se cree que el autor <strong>de</strong>l tercero y <strong>de</strong>l cuarto libro <strong>de</strong><br />
los Reyes sea Esdras, gran sacerdote en el tiempo <strong>de</strong> la<br />
cautividad; era hijo <strong>de</strong> Saraías, soberano pontífice, á<br />
quien Nabucodonosor quitó la vida. Habiendo merecido el<br />
aprecio <strong>de</strong> Ai lajerjes Longimano, fué enviado á Ju<strong>de</strong>a con<br />
ricos presentes y reedificó el templo, restableció el culto<br />
<strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro Dios y las ceremonias <strong>de</strong> la religión; reunió<br />
todos los libros canónicos, y escribió los dos últimos libros<br />
<strong>de</strong> los Reyes por inspiración <strong>de</strong>l Espírilu Santo,<br />
cerca <strong>de</strong> cualrocienlos sesenta y siete años antes <strong>de</strong> Jesucristo.<br />
REFLEXIONES.<br />
«Siempre es útil el conocimienlo y la benevolencia <strong>de</strong><br />
los siervos <strong>de</strong> Dios; apenas se frecuenta su trato sin fruto.»<br />
La sabiduría qr.e se halla siempre en sus palabras, la dulzura<br />
y la mo<strong>de</strong>stia que brilla en toda su conducía, su rectitud,<br />
sus buenos ejemplos y su crédito con el Señor, son<br />
siempre <strong>de</strong> un gran socorro. En su trato se apren<strong>de</strong>n los<br />
<strong>de</strong>beres déla religión y aun el <strong>de</strong>coro <strong>de</strong> la vida civil.<br />
Todo es lección, todo es instruceion, lodo es ejemplo en<br />
las personas verda<strong>de</strong>ramente santas; hasta en sus <strong>de</strong>fectos<br />
naturales, en sus imperfecciones involunlarias nos enseñan<br />
á sacar provecho <strong>de</strong> ellas. Dios permite alguna vez<br />
en sus mayores siervos ciertas imperfecciones que sirven<br />
para mantenerlos continuamente en la humillación, que<br />
haciéndoles ejercitar gran<strong>de</strong>s virtu<strong>de</strong>s, son para ellos ocasión<br />
<strong>de</strong> muchos méritos; y por poco que se Ies mire <strong>de</strong><br />
cerca, por poco que se Ies observe, se <strong>de</strong>scubre al través<br />
<strong>de</strong> estas débiles sombras gran<strong>de</strong>s acíos <strong>de</strong> virtud que brillan<br />
con todo su esplendor. La conversación <strong>de</strong> las verda<strong>de</strong>ras<br />
gentes <strong>de</strong> bien no solo es edilicaale, es también<br />
agradable; ia virtud tiene sus encantos, es dulce, honesta<br />
y aun culta ; y no son propios <strong>de</strong> ella los <strong>de</strong>fectos que se<br />
la echan en cara. Ignora toda doblez, aborrece todo disimulo,<br />
y nada es capaz <strong>de</strong> hacerla <strong>de</strong>smentir <strong>de</strong> su exacta<br />
probidad. Es una calumnia el acusarla <strong>de</strong> que es tcuazmente<br />
apegada á sus propios senlimienlos, esclava <strong>de</strong> su<br />
propia voluntad, únicamente atenía á sus intereses, á sus<br />
pequeñas comodida<strong>de</strong>s, que está dominada déla ambición,<br />
<strong>de</strong>l orgullo, que'ama la distinción y aspira á los primeros<br />
puestos. Estos <strong>de</strong>fectos tan groseros pue<strong>de</strong>n sí hallarse en<br />
personas que se lisonjean <strong>de</strong> ser virtuosas; pero la viríud<br />
verda<strong>de</strong>ra está exenta <strong>de</strong> ellos, la <strong>de</strong>scortesía no entra<br />
jamás en el verda<strong>de</strong>ro retrato <strong>de</strong> la <strong>de</strong>voción. Fl mismo<br />
espírilu que conduce á todos los siervos <strong>de</strong> Dios á <strong>de</strong>sempeñar<br />
con tanta puntualidad los menores <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la<br />
religión, les enseña al mismo tiempo los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la<br />
urbanidad, ¿Está uno lleno <strong>de</strong> espíritu <strong>de</strong> Dios? ¿hay alguno<br />
que posea una virtud eminente? aun cuando sea do<br />
un nacimiento oscuro, y si se quiere vil; aun cuando no<br />
hubiese tenido educación, es humil<strong>de</strong>, dócil, atento,' in-<br />
(íuliíeiile, dulce y político, al paso que muchos <strong>de</strong> una calidad<br />
distinguida, <strong>de</strong> una educación esquisila, se hacen<br />
arrebatados, fastidiosos, duros, <strong>de</strong>satentos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento<br />
en que se eníregan al <strong>de</strong>sarreglo. El espíritu se<br />
embrutece con las malas costumbres, y la corrupción <strong>de</strong>l<br />
corazón corrompe los mas bellos modales. Y si el trato con<br />
los gran<strong>de</strong>s siervos <strong>de</strong> Dios es tan ventajoso con respecto<br />
á los bienes <strong>de</strong> la vida civil, lo es mucho mas todavía<br />
con respecto á los ausiüos sobrenaturales en las nocesida<strong>de</strong>s<br />
mas mgentes. Eu qué eslremo tan apurado no se