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m<br />
consliliiye su mérito. Solo en esla imitación, según parece,<br />
furnia Jesucristo el <strong>de</strong>recho á la recompensa : Vosotros<br />
que me habéis seguido, les respon<strong>de</strong>, juzgareis á todo<br />
Lsr.lel. Yen efecto, ¿<strong>de</strong> qué servirla haberlo <strong>de</strong>jado<br />
todo, y no seguirle? Este <strong>de</strong>sasimiento quita los obstáculos;<br />
pero la virtud no se adquiere sino siguiendo á esto<br />
divino mo<strong>de</strong>lo.<br />
¿Qué lección mas imporlanle para las personas religiosas?<br />
pero ¡ qué <strong>de</strong>sgracia para ellas, si <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />
roto tantos lazos, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber hecho aun tantos<br />
sacrificios, se hallasen al fin <strong>de</strong> su carrera sin haber seguido<br />
á Jesucristo! ¿ podrán todas <strong>de</strong>cir con confianza á<br />
este divino Salvador, á esto soberano Juez, lo hemos <strong>de</strong>-<br />
• jado lodo, y os hemos seguido ? ¿y en qué vendrán á<br />
parar las que no tuvieren <strong>de</strong>recho para <strong>de</strong>círselo?<br />
Pocos hay aun en el mundo que no estén obligados á<br />
<strong>de</strong>jar muchas cosas por Jesucristo ; ninguno que no <strong>de</strong>ba<br />
¡ndispensahlemente <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>r su corazón <strong>de</strong>l afecto á<br />
todo lo que posee, si quiere ser discípulo <strong>de</strong> Jesucristo;<br />
ninguno que no <strong>de</strong>ba renunciar á sf mismo ; pero todo el<br />
mundo ¿ podrá <strong>de</strong>cir que ha seguido á Jesucristo?<br />
Seguir á Jesucristo es ser humil<strong>de</strong> <strong>de</strong> corazón; es ser<br />
puro, inocente, dulce, mortificado, caritativo ; es llevar<br />
su cruz lodos los dias, hacerse todos los dias violencia,<br />
domar el amor propio y las pasiones todos los dias; es<br />
seguir las máximas <strong>de</strong> Jesucristo, y tener horror á las<br />
máximas <strong>de</strong>l mundo.<br />
Aquella persona religiosa, tan poco mortificada, tan<br />
poco exacta, tan poco regular, ¿habrá seguido á Jesucristo?<br />
¿llahiá seguido á Jesucristo aquel hombre tan<br />
vano, tan ambicioso, tan carnal, tan sensual y tan colérico?<br />
aquella mujer mundana, cuya ocupación ha consistido<br />
en los adornos y ta vnnidníl, y que pasa los dias en H<br />
ociosidad, en los placeres, en la molicie ; aquella mujer<br />
tan in<strong>de</strong>vota, tan poco cristiana, ¿siguen á Jesucristo?<br />
¿ le sigo yo mismo ?<br />
¡ Cosa admirable! cada uno espora la recompensa, aunque<br />
son tan poros los que cumplen las condiciones que<br />
pi<strong>de</strong>: cada uno quiere <strong>de</strong>cir con los apóstoles ¿qué habrá<br />
para nosotros? pero pocos son los que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir como<br />
ellos: os hemos seguido , y todo lo hemos <strong>de</strong>jado por<br />
vuestro amor. Porque ¿quién hay que no pretenda conseguir<br />
el cielo? ¿quién hay que no crea estar algiin dia<br />
en la gloria <strong>de</strong> los bienaventurados, y lener pai to en la<br />
misma recompensa? y ¿sobrequé asegurarnos esla dicha?<br />
¿en qué estriba esta confianza?<br />
Estriba^ Señor, en vuestros méritos infinitos, en vuestra<br />
uiisenVordia, en vuestra bondad ; aunque yo sé también<br />
que <strong>de</strong>bo estribar en vuestras palabras y en vuestros<br />
ejemplos. Hasta aquí ha sido falsa esla confianza pivsimtuosa;<br />
pero ¡oh amable Jesús mió I ella va á hacerse real<br />
y perfecta haciéndose cristiana y racional. Preciso es iudisfieiisablemetile<br />
imitaros y seguiros para lener <strong>de</strong>redio<br />
á vuestra recompensa ; esto es lo que estoy resuelto á<br />
hacer <strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante, mediante vuestra gracia, á'la<br />
cual no quiero resistir por mas tiempo.<br />
JACiu.vnaiAS.—Atiaedme, Señor, en pos <strong>de</strong> vos, á^fin<br />
<strong>de</strong> que os siga á largos pasos, siguiendo vuestros ejemplos.<br />
(Canl. 1.)<br />
Si hoy oimos la voz <strong>de</strong>l StSDf, obe<strong>de</strong>zcámosla sin dilación,<br />
l'salm. a.¡<br />
•<br />
DOMINGO VIGESIMOPRIMERO<br />
PKOrÓSlTOS.<br />
1 «I.os <strong>de</strong>seos matan á los perezosos,» dice el Sabio,<br />
porque son mas bien <strong>de</strong>seos imaginarios que verda<strong>de</strong>ros:<br />
imaginámonos querer lo que conocemos que es bueno y<br />
necesario; pero realmente no queremos, puesto que nada<br />
queremos hacer para adquii irlo. Guardémonos no suceda<br />
lo mismo con los <strong>de</strong>seos infructuosos que tenemos en<br />
nuestras meditaciones y en nuestras lecturas. <strong>Los</strong> <strong>de</strong>seos<br />
reales y eficaces alimentan al alma, porque son el manaulial<br />
<strong>de</strong> las buenas obras ; pero los <strong>de</strong>seos imaginarios y<br />
pasajeros la matan , porque enlreleniéndola con mil proyectos<br />
<strong>de</strong> conversión, todos á cual mas inútiles, son causa,<br />
por <strong>de</strong>cirlo así, <strong>de</strong> que se muera sin llegar á ejecutarlos.<br />
En este sentido se ha dicho que el infierno está lleno<br />
<strong>de</strong> buenos <strong>de</strong>seos. No nos contentemos con <strong>de</strong>cir, esto es<br />
verdad, nada mas conveniente, nada mas ordinario: examinemos<br />
seriamente lo que nos dice nuestro corazón ; y<br />
si hemos verda<strong>de</strong>ramente renunciado á todo lo que poseemos,<br />
en el sentido que Jesucristo lo entien<strong>de</strong> y lo exige<br />
indispensablemente <strong>de</strong> todos los que quieren ser discípulos<br />
suyos, esto es , si estamos dispuestos á sacrificar<br />
hasta lo mas precioso y querido que. tenemos en el mimdo<br />
antes que <strong>de</strong>sagradar á Dios. El entendimiento en esto<br />
como en otras muchas cosas es con frecuencia el juguete<br />
<strong>de</strong>l corazón ; lisonjeámonos <strong>de</strong> no estar apegados á ningún<br />
bien criado, y somos esclavos <strong>de</strong> ellos. El trabajo que<br />
cuesta el pagar á los trabajadores y á los domésticos, el<br />
hacer las restituciones, satisfacer los legados piadosos y<br />
hacer limosnas, no prueba un gran <strong>de</strong>sprendimiento. No<br />
nos equivoquemos, hagamos hoy sin mas dilación lo que<br />
<strong>de</strong>beríamos haber hecho ya hace mucho tiempo. Las personas<br />
religiosas están obligadas á un gran <strong>de</strong>sapropio ; no<br />
basta que sea simplemente afectuoso, <strong>de</strong>be ser real. Cercenemos<br />
hoy mismo lo que algún dia <strong>de</strong>be alarmar nuestra<br />
conciencia y bacer nuestro proceso.<br />
2 <strong>Los</strong> buenos <strong>de</strong>seos <strong>de</strong>ben siempre ir acompañados do<br />
las prácticas morales. No es posible que no haya mucho<br />
superfluo en todo ese aparato <strong>de</strong> adornos. Quitemos boy<br />
algunas <strong>de</strong> esas piezas inútiles, ó al menos poco necesarias;<br />
la modcs'.ia cristiana encuentra muchas supcríluas,<br />
no cspciemosá que un revés <strong>de</strong> fortuna, la edad ó lamuerle<br />
nos <strong>de</strong>spojen <strong>de</strong> ellas; hagamos por nosotros mismos<br />
este pequeño sacrificio. Pocas personas hay que no hallen<br />
el dia <strong>de</strong> hoy alguna cosa que quitar ó que reformar si<br />
quieren prestarse dóciles á la gracia. Si, pues, hoy oimos<br />
la voz <strong>de</strong> Dios, obe<strong>de</strong>zcámosla lieimenle, y no endurezcamos<br />
nueslroscorazones, relmsando ó Irnsladando á otro<br />
día lo que Dios nos inspira que hagamos hoy. ¡Qué sentimiento<br />
para los que habiendo leido esto, no hubieren sacado<br />
ningún fruto <strong>de</strong> ellol<br />
DOMINGO VIGÉSIMOPR1MERO DESPUES DE PENTE<br />
COSTES.<br />
Llámase este dia el domingo <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>udores ó <strong>de</strong>l<br />
perdón <strong>de</strong> las injurias, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se ha tomado para ^<br />
Kvangelio <strong>de</strong> la misa la parábola <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>udores, según<br />
la refiere san Mateo, la cual nos enseña á perdonar a<br />
nuestros hermanos <strong>de</strong> lo íntimo <strong>de</strong> nuestro corazón las<br />
ofensas que hemos recibido <strong>de</strong> ellos, si queremos que Dios<br />
nos perdone los pecados que hemos cometido contra él. La<br />
Epístola que prece<strong>de</strong> á este Evangelio está tomada <strong>de</strong>lsex-