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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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22i<br />

JUEYES<br />

todos los pueblos <strong>de</strong> la tierra,» y <strong>de</strong>cidles que su misericordia<br />

prevalece sobre lodo.<br />

La Epístola refiere el milagro que bizo el profeta Eliseo<br />

resucitando el hijo <strong>de</strong> una mujer <strong>de</strong> Sunam, en cuya casa<br />

acostumbraba á hospedarse.<br />

Pasando un dia Eliseo por la ciudad <strong>de</strong> Sunam, que no<br />

estaba lejos <strong>de</strong> la montaña <strong>de</strong>l Cíirmelo , fuó convidado á<br />

comer por una mujer que gozaba en aquella población <strong>de</strong><br />

una consi<strong>de</strong>ración distinguida. Lo habia instado con tanto<br />

agasajo, que todas las veces que pasaba por allí iba á hospedarse<br />

á su casa. Un dia le dijo ella á su marido : Me parece<br />

que esle hombre que pasa tantas veces por aquí, es<br />

un hombre <strong>de</strong> Dios y un santo; amueblémosle un aposento,<br />

á fui <strong>de</strong> que esté cómodamente en él cuando viniere á<br />

visitarnos. Pongámosle en él una cama, una mesa, una silla<br />

y un can<strong>de</strong>lero. Cierto dia que Eüseo estaba allí hospedado,<br />

dijo á Giezi, su siervo , que supiese <strong>de</strong> su hospe<strong>de</strong>ra<br />

lo que podría hacer por ella , en reconocimiento <strong>de</strong><br />

todos los servicios que ella le hacia. Giezi le dijo (pie ella<br />

no tenia necesidad <strong>de</strong> nada, porque no tenia hijos ni cuasi<br />

esperanza <strong>de</strong> tenerlos. Habiéndola her bó llamar Eliseo, lu<br />

predijo que tendr ia un liijo ónles <strong>de</strong>l íin <strong>de</strong>l año. Hl suceso<br />

verificó la predicción. El hijo creció hasta la edad <strong>de</strong><br />

tres ahos, y habiendo ido un dia á ver á su padre en tiempo<br />

<strong>de</strong> la cosecha , lomó una insolación <strong>de</strong> la cual murió.<br />

Su madre, llena <strong>de</strong> confianza en las oraciones <strong>de</strong>l profeta,<br />

le puso sobre su lecho, y sabiendo que Eliseo estaba culonces<br />

en la montaña <strong>de</strong>l Carmelo, disimulando su aflicción,<br />

se fué allá. Habiéndola <strong>de</strong>scubierto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> léjosel<br />

profeta, hizo á Giezi, su siervo, que la saliese al encuentro<br />

y supiese <strong>de</strong> ella si toda su familia lo pasaba bien. Ella,<br />

que no quería <strong>de</strong>scubrir la muerte <strong>de</strong> su hijo mas que al<br />

profeta, respondió que toJa estaba buena. Habiendo elJa<br />

llegado , se echó á los piés <strong>de</strong> Eliseo , sin hablar mas que<br />

con sus lágrimas. Quiso Giezi retirarla, pero el profeta so<br />

lo impidió diciéndole que estaba afligida, no obstante que<br />

el Señor nada le hubiese dado á conocer. Luego que ella<br />

le dió noticia <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> su hijo, dijo á Giezi que lomase<br />

su báculo , y que se fuese allá , con prohilreion <strong>de</strong><br />

saludará nadie en el camino: es este un modo <strong>de</strong> hablnr<br />

figurado é hiperbólico, para indicar la diligencia con que<br />

dobia hacerse el viaje. El Salvador <strong>de</strong>l mundo , al enviar<br />

á sus Apóstoles á predicar el Evangelio, les hace la misma<br />

pnihibicion en el mismo sentido. El hijo <strong>de</strong> Dios, dice san<br />

Ambrosio, no prohibe el cumplir los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> urbanidad,<br />

saludando á los (pie nos saludan: quiere solo hacernos<br />

compren<strong>de</strong>r con qué diligencia <strong>de</strong>bemos ejecutar lo<br />

que Dios pi<strong>de</strong> <strong>de</strong> nosotros. Giezi partió; pero la madre<br />

afligida no quedó contenta , viendo que no paitia también<br />

Eliseo. Volviendo Giezi, le dijo que había pueslosu báculo<br />

sobre la cabeza <strong>de</strong>l niño, como se lo había mandado;<br />

pero que el muerto no hahia dado señal <strong>de</strong> vida. Habiendo<br />

entrado Eliseo en su aposento, encontró el cuerpo <strong>de</strong>l niño<br />

tendido en su lecho., cerró inmediatamente la puerta, y<br />

oró al Señor; concluida su oración subió á la cama y se<br />

acostó sobre el niño, y aplicó sus ojos sobre los ojos <strong>de</strong>l<br />

niño i su boca sobre su boca, y sus manos á sus manos,<br />

y k calculó, dice la sagrada Escritura, con su propio<br />

calor"; <strong>de</strong>spués habiendo bajado <strong>de</strong>l lecho, dió dos vueltas<br />

sobre el aposento : volvió á subir al lecho; se encorvó<br />

sobre el niño, el cual bostezó siete veces y abrió los ojos.<br />

Uieo se ve que todo es aquí misterioso. La figm'a y el mis-<br />

C (JAUTO<br />

, torio se <strong>de</strong>jan ver en todas las círcunstancins <strong>de</strong> esle milagro.<br />

Resucitado ya el niño, el Profeta le volvió enlerainenfe<br />

sano á su madre , la cual trasportada <strong>de</strong> alegría y <strong>de</strong><br />

admiración se echó á sus piés , acompañando con abundantes<br />

lágrimas sus humil<strong>de</strong>s acciones <strong>de</strong> gracias.<br />

La divitia Provi<strong>de</strong>ncia, dicen los santos Padres , quiso<br />

darnos en esta relación tan especificada <strong>de</strong> circunstancias<br />

y <strong>de</strong> acciones, una figura <strong>de</strong>l gran misterio <strong>de</strong> la inutilidad<br />

<strong>de</strong> la ley sola y <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> la Encarnación <strong>de</strong>l<br />

Verbo. El báculo <strong>de</strong> Eliseo , puesto por su siervo sobre<br />

<strong>de</strong>l niño, dice san Agustín y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> él san Gregorio<br />

y san Bernardo, señalaba la ley <strong>de</strong> Moisés , que no podia<br />

por sí misma dar ni la vida ni la justicia á nadie. Era necesario<br />

que el mismo Eliseo , figura <strong>de</strong> Jesucristo, Señor<br />

<strong>de</strong> lodos los que habían sido enviados para predicar esla<br />

ley, viniese por sí mismo y se encogiese, por <strong>de</strong>cirlo<br />

así, en su Encarnación , para ajustarse y proporcionarse<br />

al cuerpo niño ; esto es , <strong>de</strong> todo el género humano<br />

, que san Pablo dice haber estado en la infancia<br />

bajo <strong>de</strong> la ley (ad Galat, 4.): f(Cuando éramos niños,»<br />

son sus palabras, «vivíamos como esclavos bajo <strong>de</strong> los primeros<br />

elementes que han sido enseñados al mundo. Pero<br />

cuando se han cumplido los tiempos. Dios ha enviado á su<br />

Hijo:» Hasta dicho tiempo estaba el género humano sin<br />

vida, s!n fuerza, sin luz. El niño «bostezó siete veces:»<br />

algunos intérpretes traducen el hebreo, diciendo : «estornudó<br />

siete veces.» Algunos ven en estos siete dignos <strong>de</strong><br />

vida una figura <strong>de</strong> los sacramentos <strong>de</strong> la nueva ley , ó <strong>de</strong><br />

los siete dones <strong>de</strong>l Espíritu Santo en la ley <strong>de</strong> gracia.<br />

El Evangelio contiene la historia <strong>de</strong> la resurrección <strong>de</strong>l<br />

hijo único <strong>de</strong> una viuda <strong>de</strong> Naim, ciudad <strong>de</strong> Galilea , poco<br />

distante <strong>de</strong>l monte Tbabor.<br />

El dia <strong>de</strong>spués que Jesucristo curó al siervo <strong>de</strong>l centurión,<br />

se fué á la pequeña ciudad <strong>de</strong> Naim ^ situada en un<br />

estremo <strong>de</strong> la baja Galilea. Seguíanle sus •discípulos , y<br />

mucho pueblo atraído <strong>de</strong> sus instrucciones y <strong>de</strong> sus milagros<br />

; la Provi<strong>de</strong>ncia proporcionaba todo esto, á fin <strong>de</strong> que<br />

hubiese un número mayor <strong>de</strong> testigos <strong>de</strong> la maravilla que<br />

<strong>de</strong>bia hacer. A pocos pasos <strong>de</strong> la ciudad encontró un entierro<br />

; era <strong>de</strong>un jóven, hijoiinico<strong>de</strong> una viuda, que había<br />

imioito el dia prece<strong>de</strong>nte, y que llevaban á enlerrar.<br />

<strong>Los</strong> llanlos <strong>de</strong> una madre estraordinariamentc afligida por<br />

la pérdida <strong>de</strong> su hijo que era todo su consuelo y toda su<br />

esperanza, movieronelcorazon <strong>de</strong>l Salvador; no pudo verla<br />

<strong>de</strong>shacerse en lágrimas y prcrumpiren suspiros, sin que se<br />

movieseácompasion. Noespera el Salvador que se le niegue<br />

siempre le enternecen nuestros males ; ¡cuántas veces<br />

.proviene nuestras necesida<strong>de</strong>s y se a<strong>de</strong>lanta á nueslros<br />

<strong>de</strong>seos y á nuestras peticiones! Acercándose Jesús á aquella<br />

madre <strong>de</strong>sconsolada, la dice que no llore. Después llegándose<br />

al féretro y tocándole coa la mano , or<strong>de</strong>na á los<br />

que le llevaban que se <strong>de</strong>tengan , y dijo al muerto como<br />

Señor <strong>de</strong> la muerte y <strong>de</strong> la vida : Jóven, levántate, yo soy<br />

el que te lo mando. ¡Cosa admirable! el muerto oye aquella<br />

voz omnipotente y obe<strong>de</strong>ce á ella. Kesuciia, se levanta,<br />

se incorpora, recobra la palabra ', salo <strong>de</strong>l féretro, y <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber dado gracias á su bienhechor, corre á abrazar<br />

á su madre. De este modo convirtió el Salvador en<br />

lágrimas <strong>de</strong> alegría las lágrimas que el dolor hacia correr<br />

<strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> la madre, y por un milagro inesperado,<br />

con una sola palabra la vuelve á su hijo vivo. Todos los<br />

que fueron testigos <strong>de</strong> esta maravilla , quedaron poseídos

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