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njüiid i tutlus los (lias se aivancnn los abrojos, y se inátruye<br />
bien un proceso, cuando por muchos dios se lia examinado<br />
cada pieza en particular. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> vuestro exámen<br />
general , haced regularmente lodos los dias vnc.síro<br />
e\ámeii particular sobre uno <strong>de</strong> vucslros <strong>de</strong>fectos mas<br />
(¡ominantes. Escoged la pasión quemas os domina, el vicio<br />
capilal, que puedo llamarse original , poi que es como<br />
ol origen <strong>de</strong> oíros muchos; haced <strong>de</strong> él el asunto <strong>de</strong> vuestro<br />
examen particular. Vuestro natural , vuestras imperfecciones<br />
habiluales, vuestras ocupaciones , os darán materia<br />
bien amplía. Un general háhil se dirige siempre al<br />
paraje mas débil <strong>de</strong> la plaza que ataca ; lo mismo hace<br />
el <strong>de</strong>monio con respecto al alma. El examen particular<br />
previene sus astucias , fortilicando aquclio que pue<strong>de</strong> ser<br />
invadido primero por el enemigo.<br />
2 Tara asegurar mas el provecho <strong>de</strong> una práctica <strong>de</strong><br />
piedad tan importaníe, aprovechaos <strong>de</strong> los avisos siguientes<br />
: 1.0 Si (eneis <strong>de</strong>fectos groseros, ó esleriores, que ofendan<br />
ó escandalicen al prójimo, como arrebatos, inmoitiíicaciones<br />
visihles etc., comenzad cercenándolos por medio<br />
<strong>de</strong> esteexámen. Cuando estos se hubieren corregido, no<br />
durarán estos mucho tiempo. 2.° Fijad á ocho , á quince<br />
dias, á lo mas á tres semanas, el tiempo <strong>de</strong>l exámen parlicular.<br />
Un tiempo mas largo entibia el fervor, y hace <strong>de</strong>generar<br />
muchas vécese! ejercicio en costumbre. 3.° ¿Queréis<br />
corregir un vicio, un <strong>de</strong>feclo? lomad por asunto <strong>de</strong><br />
vuestro exámen particular la práctica do la viriud opuesta<br />
al lal <strong>de</strong>feclo ó vicio. ¿Sois coléricos , duros , <strong>de</strong>masiado<br />
austeros? haced vuestro exáuie» particular sobre la dulzura.<br />
i.ü Pedid todos los dias á Dios en la oración <strong>de</strong> la<br />
mañana , en la misa , y en la visita <strong>de</strong>l Santísimo Sacramento<br />
, la gracia particular <strong>de</strong> corregir el <strong>de</strong>fecto , ó <strong>de</strong><br />
practicar la virtud que constituye el asunto <strong>de</strong> tuestro<br />
exámen. íí." Haced regiiiarmeule este exámen siempre á<br />
la misma hora. 6.° Señalad cada vez el número <strong>de</strong> las<br />
fallas que habéis hecho , para ver el fruto que sacáis <strong>de</strong><br />
este ejercicio. 7.° No os propongáis mas que un <strong>de</strong>lecto, ó<br />
una virtud <strong>de</strong>spués déla otra. El Señor vuestro Dios, dicela<br />
Escritura, acabará con esas naciones (leíanle <strong>de</strong> vosotros,<br />
poco á poco, y separadamenle, poique todas juntas no podréis<br />
eslerminarlas. (DeuUron. 1.} Todos los tiempos son<br />
á propósito para <strong>de</strong>sempeñar los ejercicios <strong>de</strong> piedad; pero<br />
es muy cierto que Dios aprecia con esiremo la pnnlualidad<br />
con que so <strong>de</strong>sempeñan estos piadosos ejercicios. La<br />
regla en todas las cosas, es siempre según el espírilu <strong>de</strong><br />
Dios.<br />
MANTES DE PASION.<br />
«Esperad al Señor, obrad con ánimo, soslcneos en vuestras<br />
penas, y esperad con coníianza el auxilio <strong>de</strong>l Señor.<br />
El Señor me inslnnó con sus consejos, el vela en miconservacion;<br />
¿qué lengo yo que temer?» Así habla David<br />
perseguido, y perseguido tan injustamente por Saúl, y<br />
por los mas calilicados <strong>de</strong> la cóite; pero intrépido en medio<br />
<strong>de</strong> los peligros por su gran<strong>de</strong> confianza en Dios , figura<br />
que representa al Salvador perseguido y acosado<br />
por los gefes <strong>de</strong>l puebla. David había hecho á Saúl y á toda<br />
la nación servicios especiales, y la persecución quesufi'e<br />
no tiene otra causa que una maligna envidia. El Salvador<br />
In colmado <strong>de</strong> bienes á lodo el pueblo judío. Pocos<br />
hay qiiL' no liaban tenido parle en sus bimcíu ios, todas ¡a<br />
retios ipio no luyan sido tcsligos <strong>de</strong> sus miiagrctí. ¿De<br />
DE PASION. 251<br />
dón<strong>de</strong> viene e! encai nizumienlo <strong>de</strong> los sacerdotes, <strong>de</strong> ios<br />
escrihas, <strong>de</strong> los fariseos contra este amable Salvador, que<br />
por don<strong>de</strong> quiera que ha pasado ha hecho lauto bien? La<br />
envidia es, los zelos son los que habían producido aquel<br />
odio mortal que no ha podido satisfacerse sino con su<br />
muerte. La Iglesia toda ocupada en estos días déla Pasión<br />
<strong>de</strong>l Salvador, ha elegido por lo mismo este primero y úllimo<br />
versículo <strong>de</strong>l salmo 23 para el introito do la misa <strong>de</strong><br />
este día. 4<br />
La Epístola refiere la historia déla venganza <strong>de</strong> los babilonios<br />
sobre el profeta Daniel, á quien hicieron arrojar<br />
entre ios leones, por haber <strong>de</strong>struido los objetos <strong>de</strong> su idolatría;<br />
en lo cual notan los Padres una <strong>de</strong> las üguras <strong>de</strong> Jesucristo<br />
perseguido por Ios-judíos.<br />
Había cerca <strong>de</strong> cuarer.ía añes que el profeía Daniel gozaba<br />
<strong>de</strong> gran favor cerca <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> babilonia, <strong>de</strong>l cual<br />
era el primer ministro y el favorito. Tenían los babilonios<br />
un ídolo famoso llamado ücl, al .cual se sacrificaban diariamente<br />
doce medidas <strong>de</strong> harina <strong>de</strong>l trigo mas puro, cuarenta<br />
ovejas, y seis gran<strong>de</strong>s medidas <strong>de</strong> un vino esquisilo.<br />
Era el rey muy <strong>de</strong>voto <strong>de</strong> este ídolo, al cual iba á adorar<br />
regul;;rmeule lodos los dias, y se hubiese holgado nuicíio<br />
que Daniel su primer minisli o hubiese tenido la misma<br />
<strong>de</strong>voción; pero Daniel era muy ilustrado, y siervo muy<br />
religioso <strong>de</strong>l único verda<strong>de</strong>ro Dios, para no tener horror<br />
á un culto tan vano. Pregmilóle un día el rey, por qué no<br />
adoraba al dios Bel. Yo no adoro, le respondió Daniel, á<br />
los ídolos que no son mas que obras <strong>de</strong> los hombres; yo<br />
no adoro mas que al Dios vivo. Señor soberano <strong>de</strong> ledo el<br />
universo, criador <strong>de</strong>l cielo y <strong>de</strong> la tierra. Pues si el Dios<br />
que adoras, replicó el rey, es el Dios vivo, cicrtanienle no<br />
hubo jamás otro mas vivo que Bel, puesto que él solo come<br />
y bebe mas que lodos los oli os juntos. Tú sabes,<br />
añadió, lo queso le da lodos los dias á comer, y sabes<br />
también que no <strong>de</strong>ja ni lomas mínimo. Daniel le respondió<br />
sonriéndose, que estrañaba que su majestad no viese el<br />
frau<strong>de</strong> <strong>de</strong> los sacerdotes, que comian regaladamenle, á<br />
noa¡bre <strong>de</strong>l pretendido dios Bel, el cual no era mas que<br />
una eslaíua<strong>de</strong> bronce en lo esterior, y <strong>de</strong> ladrillo en ¡o interior.<br />
Incomodóse el rey, á quien no le gustaba que le engañasen.<br />
Inmediatamente llamó á los sacerdolcs <strong>de</strong> Bel, y<br />
les dijo: Sí no me <strong>de</strong>claráis quién es el que come lodo lo<br />
(pie se emplea para Be!, os hago quitar á todos la vida en<br />
el inslanle; mas si me <strong>de</strong>mostráis que es el mismo Bel el<br />
que como todo lo (pie se le provee para su alimento, le<br />
costará ¡a cabeza á Daniel, que es quien ha híasfemado<br />
contra este dios. Daniel, que estaba presente, dijo que<br />
consculia <strong>de</strong> lodo su corazón en que se llevase á efecto la<br />
propuesta <strong>de</strong>l rey; los sacerdotes <strong>de</strong> Bel, que eran en número<br />
<strong>de</strong> setenta, se vieron lambien obligados á <strong>de</strong>cir otro<br />
lanío. Habiendo ido el rey, sin per<strong>de</strong>r tiempo, al templo<br />
con Daniel, fuéron lambien allá los setenta sacerdotes, y<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber asegurado <strong>de</strong> nuevo al rey con juramento,<br />
que era elí<strong>de</strong>lo el que locomia lodo, le dijeron: Señor,<br />
queremes que quedéis convencido por vos mismo. Nosotros<br />
vamos lodos ásalir; haga vuestra majeslad poner las<br />
viandas y servir el vino (leíanle <strong>de</strong> Bel; cierre en seguida<br />
la puerta <strong>de</strong>l lomplo, y séllela con sello real. Si mañana<br />
por la mañana, abriendo vuestra majeslad mismo el templo,<br />
cncuciui;. que el di.;á Bel no se lo ha comido lodo,<br />
eooseuluuos lodos en morir, confonae I? habéis dicho,