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Tomo Cuatro Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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piemos en nosolros osle divino mo<strong>de</strong>lo, espresando en<br />

tuieslra conducta la pureza, la inocencia, la dulzura, la<br />

humildad, la sencillez, la candad, la morlilícacion, la mo<strong>de</strong>slia,<br />

el <strong>de</strong>sinlercs y las <strong>de</strong>más virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Jesucristo.<br />

El Evangelio <strong>de</strong> la misa es lo que sigue según san Lucas,<br />

capítulo Si, ters. 2,5 á 36.<br />

tu Ulo lemporc,: Dixit Jesús<br />

discipidis suis : Erunl<br />

signa in solé, el lum, el<br />

slcllis, el in lerris pre.ssura<br />

gsnliumprce ronfusione sonitus<br />

maris el jlur.luum, arescenlibus<br />

hominibus prce limore,<br />

el expcclatione, qum<br />

supencnicnl universo orbi:<br />

naai viriutes coelorum muvebunlur<br />

: el lunc vi<strong>de</strong>bunl Piitum<br />

hominis venieniem in<br />

uube enm poleslalc wagna,<br />

el majeslale. Ilis aulem ficri<br />

incipienlibus , respicile , el<br />

lévale capila vcslra: quoniam<br />

oppropinqual rc<strong>de</strong>mplio vesira.<br />

El dixil ilUs simililudine.'/J.<br />

Yi<strong>de</strong>le ficulneam el omnes<br />

arbores: cumproducunl<br />

jara ex se fmclum, srilis<br />

quoniam prope e&l atstns. Ha<br />

ct vos cmn vi<strong>de</strong>rilishm fieri,<br />

svilole quoniam prope esl<br />

regnum Dei. Amen dico vobis<br />

, quia non proeleribil geverutio<br />

km , doñee omnia<br />

fianl. Cwlum el ierra transibunl:<br />

verba aulemmea non<br />

transibunl.<br />

MEDITACION<br />

PRIMER DOMINGO<br />

En aquel tiempo en que<br />

Jcsiict isto Mórula á sus discípulos,<br />

les dijo á estos:<br />

Ifalirá fenómenos prodigiosos<br />

en el sol, en la luna y<br />

en las estrellas; y en la<br />

tierra babrá una gran consternacion<br />

entre los bombres,<br />

por la turbación que<br />

causará el bramido <strong>de</strong>] mar<br />

y <strong>de</strong> las olas; <strong>de</strong> suerte que<br />

los hombres llegarán á secarse<br />

entre el temor y la<br />

espedatha d ; lo que <strong>de</strong>be<br />

oprimir á todo el universo:<br />

porque las vir tu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />

cíelos se <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>narán. En-<br />

Innces verán venir al Hijo<br />

<strong>de</strong>l hombre sobre una nube<br />

con gran po<strong>de</strong>r y majcslad.<br />

Cuando, pues, (odas eslas<br />

cosas comenzaren á verilicarse<br />

, abrid los ojos y levantad<br />

la cabeza, porque<br />

so acerca vuestra libertad.<br />

Les hizo al mismo tiempo<br />

una comparación : Ved, les<br />

dijo, la higuera y lodos los<br />

<strong>de</strong>más árboles : cuando comienzan<br />

ábrolai-, cr eéis y<br />

muy bien que el t'stío v-Ah.<br />

próximo; <strong>de</strong>l mismo modo<br />

cuando viereis que suce<strong>de</strong>n<br />

todas estas co-as, sabed qno<br />

el reino <strong>de</strong> Dios está cerca.<br />

Yo os aseguro en verdad<br />

que no se pasará esta generación<br />

sin que iodo se cumpla.<br />

El cielo y la tierra pasarán<br />

, pero no pasarán mis<br />

palabras.<br />

Subre la venida <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> dios como Salvador y como Juez.<br />

PINTO PUUIERO.—Consi<strong>de</strong>r a con qué sabiduría , y por<br />

qué motivo no.^ propone la Iglesia en este dia el doble advenimiento<br />

<strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> Dios, el uno al Gn <strong>de</strong> los siglos como<br />

Juez soberano <strong>de</strong> lodos los bombres , y el otro el dia <strong>de</strong><br />

su nacimiento como Salvador <strong>de</strong>l mundo. Como <strong>de</strong> estos<br />

dos advenimientos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> nuestra suerte eterna, y toda<br />

la economía <strong>de</strong> la salvación, la sabidur ía <strong>de</strong> Dios los ha<br />

hecho , por <strong>de</strong>cirlo así, con respecto á nosotros, mutuamente<br />

<strong>de</strong>pendientes el uno <strong>de</strong>l otro. La cualidad <strong>de</strong> Salvador<br />

<strong>de</strong>be ponernos en estado <strong>de</strong> mirar con conlianza la <strong>de</strong><br />

soberano Juez, y la <strong>de</strong> Juez severo <strong>de</strong>be condncimosá<br />

ponerlo todo por obra , para que nos sea útil y fruduosa<br />

ta dnlce cualidad <strong>de</strong> Salvador. Este es el espíritu <strong>de</strong> la<br />

iglesia cuando en el primer dia <strong>de</strong>l Adviento nos hace en<br />

el Evangelio <strong>de</strong> la Misa una <strong>de</strong>scripción tan espantosa <strong>de</strong>l<br />

último juicio, al mismo tiempo que en los oficios nos présenla<br />

la imágen mas interesante y la mas consoladora <strong>de</strong>l<br />

mu'imiento <strong>de</strong>l Salvador; para que comprendamos que<br />

todo loque Jesucristo tiene <strong>de</strong> amable, dulce, afable y<br />

compasivo en el pesebre, tendrá <strong>de</strong> terrible , severo, inexorable<br />

y espantoso , cuando apareciere sobre las nubes<br />

lleno <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> majestad err el último juicio, y para<br />

hacernos, ver cuáu justo es que sean rechazados por Jesucristo<br />

soberano Juez, aquellos que no quisieron prepararse<br />

á recibir á Jesucristo cuando nace como Salvador:<br />

¡qué sénlimiento, qué <strong>de</strong>specho, qué rabia para los réprobos<br />

el pensar que este Juez entonces tan terrible , tan<br />

espantoso, tan severo , se habia dignado hacerse nifro por<br />

amor <strong>de</strong> ellos! que esle Jesús se les habia mostrado lodos<br />

los aüos, naciendo en un establo, en el estado mas pobre<br />

y mas bumillado ; con qué dulzura , con qué bondad babian<br />

sido recibidos los pastores , los magos , y todo género<br />

<strong>de</strong> personas! En efecto, ¿qué hay en este nacimiento<br />

(pre no convi<strong>de</strong>, que no obligue, que no gane el corazón,<br />

que no encante? ¿ y qué agr avio no le hacen aquellos que<br />

no hubieren querido prepararse á recibirle con ansia, con<br />

amor, y con sentimienlos <strong>de</strong> reconocimiento y <strong>de</strong> coniiauza?<br />

¿y cuán justo será queda majestad <strong>de</strong> esle soberano<br />

JUL'/, postre y pierda á aquellos á quienes no ha ganado<br />

la humildad y la pobreza <strong>de</strong> su pesebre?<br />

PUNTO SEGUNDO.—Consi<strong>de</strong>ra que las disposiciones con<br />

que <strong>de</strong>bearos recibir al Salvador que nace, se hallan en<br />

las circunstancias <strong>de</strong> su nacimiento: la humildad no <strong>de</strong>scendió<br />

jamás tan bajo : la moriilicacion no fué nunca tan<br />

lejos; ni en tiempo alguno fué tan perfecta la dulzura. En<br />

el tiempo en que todo el nniverf o estaba en paz , durante<br />

el silencio mas profundo <strong>de</strong> la noche, en tales circunstancias<br />

es cuando ha nacido el Salvador. ¡Qué recogimienlo,<br />

qi.e es[)iri!u <strong>de</strong> oración! per o qué amor, quéfé , qué <strong>de</strong>voción<br />

, qué ternura en la Sanlisima Virgen y en san José<br />

que fueron los primeros que le recibieron y le adoraron<br />

en el momento <strong>de</strong> su nacimiento! ¡Qué diligencia , que fé,<br />

qué <strong>de</strong>voción etilos pastores! Estas son las virtu<strong>de</strong>s que<br />

se <strong>de</strong>ben adquirir durante el tiempo santo <strong>de</strong>l Advicnlo;<br />

en esto <strong>de</strong>bemos ejercitarnos, si queremos hallarnos con<br />

las sanias disposiciones que se necesitan para hacer provecbosa<br />

la celebridad <strong>de</strong>l dia <strong>de</strong> su nacimiento. Por esto<br />

la Iglesia nos dice hoy con el Apóstol que es tiempo <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sperlarnos y salir <strong>de</strong> nuestra somnolencia, porque nuestra<br />

salud está próxima; ella nos dice que el Adviento es<br />

un tiempo <strong>de</strong> retiro, <strong>de</strong> oración, <strong>de</strong> penitencia, que es un<br />

tiertrpo <strong>de</strong> santidad. Nos pone <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los ojos el ejemplo<br />

<strong>de</strong> ios primeros fieles, los cuales empleaban todo este<br />

sanio tiempo en la práctica délas mas gran<strong>de</strong>s virtu<strong>de</strong>s;<br />

y el do laníos santos religiosos y personas piadosas, que<br />

ai:n boy santifican estos dios con la oración y la penitencia,<br />

y hacen que les sea favorable el nacimiento <strong>de</strong>l Salvi'dor,<br />

por el buen uso que hacen <strong>de</strong> estos santos dias.<br />

Por fin, por la misma causa nos habla la Iglesia <strong>de</strong>l lillimo<br />

juicio, y con las palabras mismas <strong>de</strong> Jesucristo, nos hace<br />

<strong>de</strong> él una pintura tan pavorosa y tan terrible; á fin do que<br />

si la diiízma <strong>de</strong>! Salvador en su piimera venida nonos in-

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