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eproscqnere: MÍ ohscrvaaliam,<br />
quam rorporal'<strong>de</strong>r exhibemus,me>uibus<br />
eliani síua:ris<br />
exercere valeainur. /'«•<br />
Dominum...<br />
que bemos comenziulü, ú íin<br />
<strong>de</strong> $86 continuánciolos por,<br />
la aLslinencia corporal, los<br />
observe-nos al mismo tiempo<br />
con fi<strong>de</strong>lidad sincera <strong>de</strong><br />
mieslras almas, ^or nuestro<br />
Btífior, ele.<br />
La Epístola es tomada <strong>de</strong>lprofda Isaías, cap. 5S<br />
Ucee dicit Domhms Dcus:<br />
Clama, ne cesses: quasi luba<br />
exalta vocem luavi, el annunúapopulo<br />
meo scelera eorum,<br />
el domiú Jacob peccala<br />
eorum. Me elen'm <strong>de</strong> die in<br />
diem quwnint, et scire vias<br />
meas vohint, quifsi gens<br />
qum justitiam feceril, el judirinm<br />
Dei suiuon<strong>de</strong>rdiqncrü:<br />
roganl me judicia justi-<br />
(ítí?; appropinquare Deo vohint.<br />
Quarc jejmaviims, et<br />
non aspexisti: humiíiavumts<br />
animas nostras, et nesásti?<br />
Ecce m die jejnnii vcslri in~<br />
venitur voluntas vestra, ct<br />
omnes ^<strong>de</strong>bitores vestros repelüis.<br />
Ecce ad lites et contentiones<br />
jejunatis, et percutiiis<br />
pugno impie. Nolile jejunare<br />
sicut. usque ad hanc<br />
diem, ut audialur in excelso<br />
clamor vetter: Numquid tale<br />
esl jejunium, quod elegi, per<br />
diem afjligere hominem animam<br />
suam? mmquid contorquere<br />
quasi eirculum caput<br />
suum ; ct saecum et citicrem<br />
slemere? Numquid islud vocabis<br />
jejanium, et diem ac~<br />
wptalñlein Domim? Nonne<br />
hocest magis jejunium, quod<br />
clegi? dissolve colligutiones<br />
vnpiflalis, solve fasciculos<br />
<strong>de</strong>primentes, dimilte eos, qui<br />
fonfracti sunt, liberos, et<br />
omite onus disrumpe. Frange<br />
esurienti panem tuum, etegenns,<br />
vagosque induc in do-<br />
^wn tuam: cum vi<strong>de</strong>ris nudum,<br />
operi eum, ct airnnn<br />
tuaia ne <strong>de</strong>spexeris. Tune<br />
erumpet quasi mane lumen<br />
'«WÍÍI, et sanilas lúa cilius<br />
^ietur , el anleibil faciem<br />
luam ¡usiitia lúa, ct gloria<br />
botnini colligci le. Tune invocubis,<br />
n Dominus cx.iutL'1rtamabis,<br />
el dicel: Ecce<br />
««swm; qvia •'nisericors sum,<br />
vomiaus Deus tuus.<br />
DESPUES DE CENIZA. 87<br />
nó aquí lo que dice el<br />
Señor: Clama sin cesar,<br />
haz resonar lu voz como una<br />
trompeta; anuncia á mi<br />
pueblo los crímenes que ha<br />
cometido, y á la casa <strong>de</strong><br />
Jacob los pecados en que<br />
ha incurrido. Ellos pues rae<br />
bascan do día en dia, y<br />
quieren saber mis caminos,<br />
como si fuese un pueblo que<br />
hubiese obrado según la justicia,<br />
y no hubiese abandonado<br />
la ley <strong>de</strong> su Dios. Ellos<br />
me pi<strong>de</strong>n razón <strong>de</strong> los juicios<br />
<strong>de</strong> mi justicia y quieren<br />
acercarse á Dios. ¿Por<br />
qué hemos ayunado, dicen,<br />
y no habéis apreciado nuestros<br />
ayunos? ¿Por qué hemos<br />
humillado nuestras almas^<br />
no habéis hecho caso<br />
<strong>de</strong> nosoti'os ? Esto ha sido<br />
porque en vuestro ayuno<br />
va también envuelta vuestra<br />
propia'voluntad, y porque<br />
pedís con dureza lo que os<br />
<strong>de</strong>ben vuestros <strong>de</strong>udores.<br />
Ayunáis para poner pleitos<br />
y querellas, y maltraíais á<br />
vueslos hermanos con una<br />
violencia implacable. No<br />
ayunéis en a<strong>de</strong>lante como<br />
hasta aquí, haciendo resonar<br />
vuestros gritos en el aire.<br />
¿Por veitlura el ayuno<br />
que yo pido, consiste en que<br />
el hombre aflija por un dia<br />
su alma? ¿Por ventura en<br />
que dé muchas vueltas á su<br />
cabeza, y que se cubra con<br />
el saco y la ceniza? ¿Es este<br />
el que llamáis ayuno y dia<br />
aceptable <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Señor?<br />
¿No es mas bien esle e! ayuno<br />
que yo he probado?<br />
romped las ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> la<br />
impiedad, aliviad la carga<br />
á los que están abrumados,<br />
<strong>de</strong>jad libres á los que oprime<br />
la servidumbre, y haced<br />
pedazos lodo lo que carga<br />
sobre los oíros. Dá paríe <strong>de</strong><br />
lu pan si que tiene hambre,<br />
y dá posada á tu casa á los<br />
pobres y á los que no tienen<br />
don<strong>de</strong> retirarse. Cuando<br />
vieres al <strong>de</strong>snudo, vístele,<br />
y no <strong>de</strong>sprecies á tu propia<br />
carne. Entonces lu luz<br />
brillara jL'omo la aurora, recobrarás<br />
muy pronto tu salud,<br />
lu justicia caminará <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> tí, y la gloria <strong>de</strong>l<br />
Señor te proU'gerá. Entonces<br />
invocarás al Señor y le<br />
oirá; clamarás á él y le dirá:<br />
Yedme aquí; parque yo<br />
soy el Señor tu Dios, lleno<br />
<strong>de</strong> bondad y <strong>de</strong> misericordia,<br />
líi gran<strong>de</strong> objeta que ocupaba principalmente á Isaías<br />
cí a la caulividad <strong>de</strong> Babilonia, y la vuelta <strong>de</strong>eslacaulivié»ii<br />
este parece ser el sentido literal; pero en las profecías<br />
que miran á esta caulividad y á esta libertad <strong>de</strong>l pueblo,<br />
Isaías tenia siempre por primero y principal objeto la<br />
caulividad <strong>de</strong>l género bumano <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l pecado, la venida<br />
<strong>de</strong>! Mesías y el misterio <strong>de</strong> la re<strong>de</strong>nción; y esle es el<br />
sentido alegórico <strong>de</strong> todas estas profecías.<br />
REFLEXIONES.<br />
('¿Por qué hemos ayunado, y no habéis apreciado nuestros<br />
ayunos? ¿Por qué hemos humillado nuestras almas, y<br />
no habéis hecho caso <strong>de</strong> nosotros?» \Qaé triste es y qué<br />
doloroso haber hecho en vano gran<strong>de</strong>s gastosl Ayunar,<br />
macerar su carne, llevar una vida dura y austera, esto es<br />
lo que hacen todavía hoy muchos bonzos en el Japón, algunos<br />
herejes en Europa, y lodos los falsos <strong>de</strong>votos y penitentes<br />
en el mundo cristiano: ¿pero qué recompensa sacan<br />
<strong>de</strong> todas estas esteriorida<strong>de</strong>s afligenles? ¿qué fruto do<br />
todas estas farsas <strong>de</strong> religión? ¿qué premio <strong>de</strong> todas estas<br />
obras incómodas? Si Dios no atien<strong>de</strong> á todas estas artificiosas<br />
austerida<strong>de</strong>s, porque no es él el moli\o <strong>de</strong> ellas; si no se<br />
digna ni aun mirarlas, porque no están marcadas con su<br />
sello; ¿qué valor es el suyo, qué precio, qné mérito?"<br />
Separados <strong>de</strong> la Iglesia, solo son unos pcnilenles reprobados.<br />
Privados, <strong>de</strong>snudos <strong>de</strong> la gracia sanlilicanfe<br />
por elcstado <strong>de</strong> pecado, vneslras obras y vuestras austerida<strong>de</strong>s<br />
no serán jamás el objeto <strong>de</strong> sus recompensas. Que<br />
os satisfaga vuestra falsa penitencia el mundo, por el<br />
cual o? habéis mortificado; los hombres por quienes os habéis<br />
incomodado; el partido por cuyos intereses os habéis<br />
sacrificado. El <strong>de</strong>monio tiene sus mártires; ¿por que no<br />
tendrá también sus confesores y sus penitentes? La hereg-a,<br />
el cisma tienen sus partidarios, que son siempre sus<br />
víctimas. Se ayuna en Londres, en Ginebra, en Amsterdam;<br />
¿pue<strong>de</strong>mirar Dios con agrado una ofrenda hecha por<br />
una mano enemiga? Le mueve poco al soberano Pastor lo<br />
que .sUiren las ovejas que no son <strong>de</strong> su redil: se le da muy<br />
poco al Padre <strong>de</strong> fmmlias <strong>de</strong> los que no pertenecen á ella.<br />
A los que les loca la <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> vivir y morir fuera <strong>de</strong>l<br />
seno <strong>de</strong> la Iglesia, ningún <strong>de</strong>recho les asiste á los méritos<br />
y á las recompensas <strong>de</strong> Jesucristo. Ni basta estar en el seno<br />
<strong>de</strong> la Iglesia para que los ayunos y las penitencias sean<br />
meritorias; es necesario a<strong>de</strong>más esíar en gracia <strong>de</strong>l Sal-