13.07.2015 Views

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

los comunistas eran tan españoles como los demás, por tanto, debían tener el mismo derecho que losdemás a expresar pacífica y libremente sus ideas.Al fin, Adolfo Suárez, se echó pa’lante.Carrillo: «Si nos dejan fuera, les dificultaremos mucho, ¡mucho!, las cosas»Los contactos venían de tiempo atrás. A decir verdad, los inició Juan Carlos, siendo Príncipe, enagosto de 1974, durante su primera y breve interinidad como jefe del Estado. Franco convalecía en elPazo de Meirás. Juan Carlos le visitaba con cierta frecuencia. Y en una de sus estancias en el Pazo,coincidió con un sobrino carnal del Generalísimo y procurador en Cortes, Nicolás Franco Pasqualdel Pobil. Se conocían, habían jugado juntos desde que eran niños en Estoril y en Lisboa. Ambosveían que la vida de Franco había entrado en el principio del fin. Hablaron del futuro de España yJuan Carlos le pidió que se entrevistase con Santiago Carrillo «en París o donde resida». Le dio unapista: «Sé por mi padre que quien puede tener acceso a Carrillo es Pepe Mario Armero.» Cierto.Pocos días antes, José Mario Armero, abogado con bufete internacional en Madrid, presidente de laagencia Europa Press, liberal y monárquico juanista, había visitado a Don Juan en el hotel LeMeurice de París y le contó que el día anterior había estado con Carrillo en el hotel Bristol. Loshabía presentado un amigo común, Teodulfo Lagunero, ingeniero, empresario y mecenas de Carrillo.Armero organizó la cita aquel mismo agosto. Lagunero localizó a Carrillo en Livorno, en Italia:«Santiago, vuelve a París enseguida. Alguien muy importante quiere verte... Alguien muy importantede España. Por teléfono, no puedo decirte más.»Se reunieron en París, en Le Vert Galant, un pequeño restaurante de L’Île-de-France, Armero,Nicolás Franco, Lagunero y Carrillo. Comida y sobremesa, cuatro horas. La presencia de Armerotranquilizaba a Carrillo acerca de las intenciones de «un pariente carnal del dictador». AunqueNicolás sólo explicó que estaba haciendo «un sondeo, una encuesta, entre dirigentes políticos de laoposición, respecto a los tiempos que vienen», que la había comenzado en 1973 y tenía ya más desetenta personajes entrevistados, se sobreentendía que actuaba por encargo del príncipe Juan Carlos.En concreto, aquel día quería conocer las intenciones del líder comunista y las de su partido de caraal futuro sin Franco.Nicolás Franco no me dijo de un modo claro que viniera de parte del Príncipe —comentabaCarrillo más tarde—. Yo lo deduje, pero él no me lo dijo. Y con mucha razón. Si yo soy un tío quequiere marcarse un tanto en Europa en aquel momento y decir que el sobrino de Franco ha comidoconmigo en París, enviado por Juan Carlos, la armo. Porque justo en aquellos tiempos había unaspresiones familiares y políticas tremendas sobre Franco para que revocase la designación de JuanCarlos y nombrara sucesor a su primo, Alfonso de Borbón y Dampierre... De modo que si yo,sabiendo eso, soy un loco y lo suelto..., el Rey no es Rey. Está claro. El Rey se va por el vertedero.Por tanto, su mensaje no puedo atribuírselo al Príncipe. [55][...] Nicolás me dio su visión del cambio, de la apertura que habría que hacer... Y me tiró de lalengua. Le interesaba saber qué pensaba yo, cuál sería nuestra actitud pública a la muerte de Franco.Me planteó directamente la disyuntiva Monarquía o República. Yo le dije: «Mire, yo soy partidariode una democracia; y en la situación a la que vamos, lo importante no es la forma de Estado sino elrégimen: no se trata de discutir entre Monarquía o República, sino entre dictadura o democracia.»Con sentido del humor le comenté que un sobrino de Mussolini era comunista, miembro del PartidoComunista de Italia, porque en el comunismo cabía el entendimiento con todos, incluso con los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!