13.07.2015 Views

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

nervioso y harto del alarmismo de Armada, le dijo agriamente:—Usted no debe ir con esas historias al Rey. ¿Para qué va? ¿Para ponerle la cabeza como unbombo lleno de fantasmas? ¡Deje al Rey en paz! Y dedíquese a las tareas de su nuevo destino, en sudespacho del Cuartel General del Ejército, sin cabildear ni meterse en cuestiones políticas.Ante esa severa reprensión, Armada reaccionó enojado y en un tono prepotente.—Insisto, mi general, en que el Rey debería dar marcha atrás en la designación de Calvo-Sotelo,que no servirá para nada porque se dedicará a guardarle el puesto a Suárez.—¿Usted se da cuenta, Armada? Lo que me está proponiendo es dar un golpe no constitucional,cuando ya hay un candidato a presidente debidamente designado por el Rey, cumpliendo todos losrequisitos que la Constitución ordena.—Precisamente —recalcó Armada—, el error del Rey es empeñarse en aplicar mecánicamente laConstitución, prolongando así la crisis.Gutiérrez Mellado, en su declaración testifical durante la causa 2/81 del 23-F, indicó: «Estuve apunto de arrestarle, por lo que decía y por el tono en que lo decía.»Años más tarde, refiriéndose a aquel agrio diálogo, Gutiérrez Mellado comentó: «Este hombre, porsalvar la Corona según sus criterios, aceptaría incluso soluciones contrarias a la persona de SuMajestad el Rey.» [83]Ni Armada ni el Rey han desvelado en su integridad el contenido de aquella conversación del 13de febrero en La Zarzuela. En el proceso del consejo de guerra, Armada pidió venia al Rey para usaren su legítima defensa algo de lo que hablaron aquel día, pero Don Juan Carlos le negó el permiso yle prohibió referir los contenidos de aquella conversación tanto en el juicio como en cualquier otromomento.Transcurrido algún tiempo, Sabino relató cómo el Rey y él impidieron ese testimonio que Armadaquería aportar en su defensa:Durante los juicios militares por el 23-F, Armada escribe una carta al Rey, fechada el 23 de marzode 1982, que pasa por mis manos y yo mismo entrego a Don Juan Carlos, poniéndole en guardia.Armada pedía el consentimiento del Rey para usar en el consejo de guerra la conversación queambos mantuvieron en Zarzuela el día 13 de febrero de 1981. Inteligente y sagaz, Armada ponía alRey en un brete. Y así se lo advertí: «Si Vuestra Majestad le dice que no, da pie a pensar quehablaron de algo non sancto, algo comprometedor, algo que no debe decirse. Y si le dice que sí y leautoriza, sin saber qué va a contar Armada y con qué sesgo, ¡menudo peligro!»El Rey envió a Armada un emisario de su confianza que trabajaba en la Casa, el entonces tenientecoronel Pablo Montesino-Espartero y Juliá —heredero del título de duque de la Victoria—, para quede palabra, sin llevar ninguna nota del Rey, le transmitiera este mensaje, a la gallega: «El Rey nopuede decirte ni sí ni no.» [84]Suárez, el 20-F: «Si hay un golpe, Armada habrá sido el inductor»Desde que toma posesión de su nuevo destino, el 12 de febrero, Armada despliega en Madrid unaincesante actividad de visitas civiles y sobre todo militares, con el pretexto de saludar y presentarsecomo recién llegado al puesto. Aunque no deje constancia de todas —por ejemplo, elude susencuentros con el comandante Cortina o las visitas en su despacho del coronel Ibáñez Inglés, suenlace con Milans—, sí menciona las suficientes como para darse cuenta de que «está imparable».El 20 de febrero, visita de 11.30 a 12.00 de la mañana al teniente general Sáenz de Santa María,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!