13.07.2015 Views

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

puesto ahí Su Majestad el Rey de España, ni los once capitanes generales de nuestras once regionesmilitares, ni el almirantazgo de los departamentos marítimos, ni la JUJEM, ni los siete grandesbanqueros, ni la CEOE, ni los sindicatos, ni el alto o el bajo clero... Yo estoy encargado de lagobernación de este país porque así lo quisieron, hace menos de dos años, 6.268.593 españoles, yluego mi partido me eligió en el Parlamento.El Rey le quitó la funda a un habano Hoyo de Monterrey Doble Corona y escuchaba sin dejar deatender al ritual de cortar la punta y encender su cigarro. Suárez empalmaba un cigarrillo Ducadoscon otro.—Yo tengo un contrato popular y parlamentario que dura cuatro años, cuatro —continuó Suárez—;y me siento comprometido a cumplirlo, salvo que mi continuidad lejos de ser un bien fuese un malpara España. Por tanto, sólo hay tres modos de que yo abandone ese encargo: por muerte o invalidez,por una moción de censura que me derrote y ponga a otro en mi lugar, o... preguntándole al pueblo siquieren que siga o que me vaya. Ellos me pusieron y sólo ellos pueden deponerme. ¿No gustar a losmilitares o a los banqueros? Puede ser poco grato, pero no es una razón para abandonar. ¿Discrepardel Rey? En una Monarquía absoluta sería determinante; en una Monarquía parlamentaria puede sertriste y molesto, pero no es un problema para el jefe del Gobierno, en todo caso lo sería para el Rey.Y no estoy diciendo ninguna impertinencia, sino el a, e, i, o, u...—Interrumpo: lo que no es normal, por muy legítimo y legal que sea, es que yo diga blanco y túimpepinablemente digas negro. Las cosas han llegado a un punto en que o se hace lo que quieres tú, ose hace lo que quiero yo... y cada vez coincidimos en menos temas.—Al menos, en eso coincidimos: la falta de sintonía, la divergencia, la falta de entendimiento y deconfianza del Rey en el presidente del Gobierno, todo eso va cada día a más. Y hacia el exterior, metemo que empezamos a dar la impresión de dos jefaturas que en lo importante discrepan.—Tú estás porque te ha puesto el pueblo con no sé cuántos millones de votos. Yo estoy porque meha puesto la historia. Con setecientos y pico años... Soy el sucesor de Franco, sí, pero soy elheredero de diecisiete reyes de mi propia familia. Y resulta que no discrepamos en bagatelas.Discutimos si atlantismo o neutralismo, si OTAN sí u OTAN no, si Israel o Arafat, si pleitesías aGiscard o «no vuelvo a pisar el Elíseo», si entenderse con Hassan o plantarle cara cada vez, siArmada es bueno o Armada es peligroso. Eso, por citarte sólo asuntos de Estado. Y como no veo quetú vayas a dar tu brazo a torcer, la cosa está bastante clara: uno de los dos sobra en este país. Uno delos dos está de más. Y, como comprenderás, yo no pienso abdicar.Suárez iba notando el subidón del catarro. Pidió otro café muy caliente y aspirinas.Habían dejado el florete y blandían ya el sable.—¿Abdicar? ¡Ése sería el mayor fracaso de todos mis empeños! —Suárez lo dijo a media voz,para sí mismo, mientras aplastaba el cigarrillo en el cenicero; pero el Rey lo oyó—. Bien, aunque lasencuestas no soplan ahora a favor de UCD, y es bastante probable que el despacho que estánremodelando y pintando en La Moncloa lo estrene Felipe González, la única fórmula de recambio demi persona es preguntarle al pueblo: aunque me quede media legislatura sin gastar, disuelvo lasCámaras y convoco elecciones generales. Y que el nuevo presidente salga de las urnas. De lasurnas... no de un conciliábulo, ni de una negociación palaciega, ni de algo más espurio y mástramposo, que me callo.—¿Disolver las Cámaras? ¡Me niego en absoluto! ¿Tú estás loco? ¿O no te das cuenta de que estepueblo, en estas circunstancias...? Mira, Adolfo, yo no puedo ni pedirte ni impedirte que dimitas. Losé. Pero sí puedo apelar a tu prudencia política y decirte que éste no es un buen momento para dejarvacante la presidencia. Primero, y sería lo de menos, porque sabes que tengo programados tres viajes

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!