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LA-GRAN-DESMEMORIA-PILAR-URBANO

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Los Reales Alcázares relucientes, bien cuidados, tapices espléndidos, claraboyas multicolores,zócalos de azulejos mudéjares, muebles señoriales. La sala Carlos V donde se celebraría el Consejoera una cámara de altísimo techo, los muros revestidos por un inmenso tapiz del siglo XVIII de laserie Túnez: Carlos V en su batalla naval de la toma de La Goleta. La mesa redonda, forrada de sedaadamascada roja. No había micrófonos.El Rey saludó al Gobierno y enseguida cedió el turno de palabra a los ministros sin atenerse alorden en que estaban sentados. Exponían con brevedad. Un Consejo ágil, rápido, sustantivo. «El Reypreside mucho mejor que Arias», comentarían luego. Fraga informó tajante sobre las últimasdetenciones y encarcelamientos: García-Trevijano, Sánchez Montero, Camacho, Dorronsoro, Aguadoy otros varios.—Sé que el 1 de mayo es un día propicio y se preparan actuaciones subversivas. Así que hedecidido que estas personas pasen ese día a la sombra... Unos días más tarde los soltaré y saldrán ala luz, pero antes del 1 de mayo no los suelto.—Están detenidos —intervino el ministro de Justicia, Antonio Garrigues— desde el 28 de marzo.Si no se les suelta hasta el 1 o el 2 de mayo, esas personas habrán pasado treinta y seis días en lacárcel sin haber comparecido ante el juez...—¡Son comunistas y, por consiguiente, no los suelto!Se produjo un silencio tenso. El Rey frunció el ceño y con la mano hizo un gesto a Garrigues paraque continuase lo que estaba diciendo.—Yo debo advertir que esas detenciones en prisión preventiva no ordenada por la autoridadjudicial y sin que los detenidos ejerzan su derecho al habeas corpus puede entrañar serios riesgos. Yen este sentido informo aquí de las llamadas que he recibido ya del decanato de la abogacía.Areilza había pedido la palabra y el Rey se la dio:—Por el mismo asunto, quiero hacer constar las repercusiones que en cuestión de horas se hanproducido en Europa, en la cumbre de jefes de Gobierno, reunidos ayer en Luxemburgo. Me pidieronque, sin perjuicio de que el proceso siguiera adelante, el Gobierno reconsiderase lo de la prisiónincondicional. Y también a raíz de las detenciones, el presidente del Parlamento Europeo ha enviadoun telegrama de protesta que obra en poder de nuestro presidente, el señor Arias...Todos los ministros miraron a Arias, sentado a la derecha del Rey; y justo en ese momento, Ariassintió un inusitado interés por el tapiz de La Goleta.—Por lo demás —continuó Areilza—, tres europarlamentarios liberales que se encontraban enMadrid me expresaron su consternación y me anunciaron que harían llegar esa misma queja a SuMajestad el Rey. Por tanto, señores, me permito recordarles que lo que hacemos aquí no se quedaaquí: fuera nos ven, nos analizan y nos juzgan.Fraga y Adolfo Suárez pidieron la palabra a la vez. Como Fraga ya había hablado, el Rey le pasóel turno a Suárez.—Brevemente, deseo poner de manifiesto la complicación política que puede producirse, no sólofuera, sino aquí en el interior; la exasperación de los seguidores de esos dirigentes detenidos y de losgrupos que los respaldan; y cómo esas medidas policiales entorpecen i-no-por-tu-na-men-te losintentos de diálogo que intentamos mantener con la oposición.—Majestad, por alusiones, y porque se está haciendo aquí un debate monográfico sobre un tema demi competencia...Fraga acaparó de nuevo el discurso. Lanzó algunos dicterios contra «los comunistas, los terroristas,los separatistas y todos los enemigos de España» y concluyó:

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