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Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa

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28 y 29 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1987<br />

las propias Fuerzas Armadas <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las naciones, <strong>de</strong>jando el papel principal <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa<br />

externa a las potencies centrales <strong>de</strong>l área. Pero estas Fuerzas Armadas, como dijera el señor diputado<br />

Zubiri, pasan a ser fuerzas <strong>de</strong> ocupación interna que en <strong>de</strong>finitiva se mezclan permanentemente<br />

en cuestiones i<strong>de</strong>ológicas, políticas y hasta en meros conflictos sociales.<br />

De esa forma se <strong>de</strong>struye uno <strong>de</strong> los fines fundamentales <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas <strong>de</strong> la Nación,<br />

cual es el <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la soberanía y <strong>de</strong>l interés nacional. Se las circunscribe a una actividad<br />

policial interna, cuyo efecto —a mi juicio— es <strong>de</strong>finitivamente paradojal, ya que no crean seguridad,<br />

sino que generan inseguridad personal en los habitantes. Esto es algo que po<strong>de</strong>mos mirar<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el otro lado, ya que también sufren esa inseguridad los encargados <strong>de</strong> aplicar las políticas<br />

<strong>de</strong> las dictaduras que hemos vivido y sus colaboracionistas. Hoy vemos, como ejemplo <strong>de</strong> esto<br />

último, a los que son llamados a los tribunales a rendir cuenta por las injusticias y atrocida<strong>de</strong>s<br />

cometidas en el pasado.<br />

Democracia y soberanía <strong>de</strong>l pueblo son términos que se complementan. A nuestro juicio<br />

—siguiendo en esto al doctor Vanossi— la posibilidad <strong>de</strong> la soberanía implica el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l<br />

pueblo, en el ejercicio <strong>de</strong> su capacidad política, a la autorrealización nacional en todos sus ámbitos:<br />

político, social, económico y cultural. Es al pueblo a quien pertenece el po<strong>de</strong>r constituyente.<br />

Si la meta <strong>de</strong>l pueblo es la autorrealización, como <strong>de</strong>stinatario <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n creado, no pue<strong>de</strong><br />

escapar a la regulación <strong>de</strong>l propio or<strong>de</strong>n. Eso se llama autonomía y por eso mismo es correcto<br />

suponer que, en última instancia, las autonomías pertenecen estrictamente a los pueblos.<br />

Esos son conceptos <strong>de</strong>l doctor Vanossi, quien en este sentido se apoya nada más ni nada menos<br />

que en i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Hipólito Yrigoyen.<br />

Por eso es que, coincidiendo con Bielsa, po <strong>de</strong>mos afirmar concretamente que las Fuerzas<br />

Armadas son órganos <strong>de</strong>l Estado, pero no un po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado, ya que los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l Estado<br />

están perfectamente establecidos en el or<strong>de</strong>namiento constitucional.<br />

Con la aplicación irrestricta <strong>de</strong> viejas doctrinas recreadas a través <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> la seguridad<br />

nacional, sistematizado por medio <strong>de</strong> la ley 16.970, <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Onganía, y luego utilizada en<br />

el mal llamado proceso <strong>de</strong> reorganización nacional, se violaron una serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos inmanentes<br />

que el doctor Vanossi ha clasificado teniendo en cuenta el sujeto a quien pertenecen. Es así<br />

que los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la persona son a la vida humana y a la autorrealiza ción; <strong>de</strong> la sociedad, a la<br />

elección <strong>de</strong>l propio sistema <strong>de</strong> vida social; <strong>de</strong> la Nación, a la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y soberanía nacional;<br />

<strong>de</strong>l pueblo, a la auto<strong>de</strong>terminación política y constitucional; <strong>de</strong>l Estado, a la integración regional<br />

y continental; <strong>de</strong> la comunidad internacional, la paz universal; y <strong>de</strong> la humanidad, a su preservación<br />

o <strong>de</strong>recho a la sobrevivencia.<br />

No resisten el menor análisis filosófico, político ni jurídico aquellas concepciones que han<br />

pretendido <strong>de</strong>spersonalizar el concepto <strong>de</strong> soberanía vaciándolo <strong>de</strong> su contenido popular. Se<br />

trata, lisa y llanamente, <strong>de</strong> doctrinas y teorías autocráticas cuya aplicación impi<strong>de</strong> a los pueblos<br />

<strong>de</strong>cidir sobre sus vidas, bienes y futuro.<br />

Hace unos momentos se hizo referencia a la distinción que existe entre el concepto <strong>de</strong> pueblo<br />

y <strong>de</strong> ciudadano. <strong>Ley</strong>endo bastante a teóricos que trabajaron sobre esto, hemos encontrado que<br />

el único concepto <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> la seguridad nacional, vinculado con este tema, es el <strong>de</strong> población.<br />

Se trata <strong>de</strong> un concepto meramente <strong>de</strong>mográfico o estadístico, y no se relaciona con la<br />

noción política <strong>de</strong> ser y conformar el pueblo <strong>de</strong> una nación <strong>de</strong>terminada.<br />

Existen ejemplos en la historia que se vinculan con este aspecto. Algunos tuvieron lugar<br />

cuando se produjo el nacimiento <strong>de</strong> nuestras propias Fuerzas Armadas y también <strong>de</strong> la conciencia<br />

propia <strong>de</strong> nuestra nacionalidad. Fue en 1806 y en 1807 que el pueblo en armas pudo rechazar<br />

las invasiones inglesas, alejando <strong>de</strong> nuestro territorio a la raposa británica. No vamos a abjurar<br />

<strong>de</strong> este hecho, sino que, por el contrario, lo reivindicaremos <strong>de</strong>finitivamente en la República<br />

Argentina, porque en él intervino el tipo <strong>de</strong> Fuerzas Armadas que queremos no sólo para la actualidad<br />

sino también para el futuro <strong>de</strong> la Nación.

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