Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa
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28 y 29 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1987<br />
Vengo a <strong>de</strong>cir que hemos <strong>de</strong>sarmado nuestros espíritus; que muchos hombres <strong>de</strong> mi generación<br />
estamos sumamente preocupados por volver a juntar a nuestra sociedad para terminar con<br />
los enfrentamientos entre civiles y militares. No actuamos con espíritu <strong>de</strong> venganza; al contrario,<br />
no queremos revanchas; queremos la dignidad <strong>de</strong> nuestras Fuerzas Armadas para que sean el<br />
brazo <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> la soberanía <strong>de</strong>l pueblo y que nunca más vuelvan a enfrentarse con él.<br />
Porque hemos <strong>de</strong>sarmado nuestros espíritus estamos trabajando activamente en este compromiso;<br />
y por ello mismo estamos en condiciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir a los hombres <strong>de</strong> mi generación y a<br />
los que no pertenecen a ella, uniformados o no, que no queremos más enfrentamientos con los<br />
militares. Los queremos tener codo a codo, sabiendo quién conduce, dón<strong>de</strong> está la legitimidad,<br />
junto al pueblo, para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la soberanía. No queremos agredirlos; queremos dignificarlos. En<br />
<strong>de</strong>finitiva, queremos que vuelvan a ser las Fuerzas Armadas <strong>de</strong> las que nos sentimos orgullosos,<br />
las que nos dieron la libertad en el siglo pasado y las que en este siglo comenzaron el <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> muchas áreas productivas.<br />
Por esta razón, quisiera que quienes manipulan este tema tan <strong>de</strong>licado reflexionen; seguramente<br />
ellos no han sufrido estos pa<strong>de</strong>cimientos. Quisiera que tengan respeto por quienes los<br />
sufrieron; que tengan también respeto por los hombres <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas que se enrolaron<br />
en ellas para servir a la Patria y no a la antipatria; que respeten la experiencia histórica y que se<br />
i<strong>de</strong>ntifiquen con nosotros en el futuro.<br />
Así es como a los hombres <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas también les digo que <strong>de</strong>sarmen su espíritu<br />
y que entiendan que tienen que armar su brazo, el que nosotros vamos a armar con el esfuerzo<br />
<strong>de</strong> todo un pueblo, pero esperando —como <strong>de</strong>cía el señor diputado Zubiri— que esas armas no<br />
vuelvan a apuntar hacia a<strong>de</strong>ntro.<br />
Entonces, así como nosotros estamos dispuestos a trabajar <strong>de</strong>nodadamente en esta dirección,<br />
les pedimos que el necesario espíritu <strong>de</strong> cuerpo que <strong>de</strong>be recomponerse en las Fuerzas Armadas<br />
no se logre sobre la falsa i<strong>de</strong>ntificación que significa mirar para atrás, porque eso equivale a i<strong>de</strong>ntificarse<br />
con la represión y otros métodos no dignos <strong>de</strong> ellas. Deben enten<strong>de</strong>r que el espíritu <strong>de</strong><br />
cuerpo que estamos reconstruyendo en la sociedad política y que nos permite hoy acordar este<br />
proyecto <strong>de</strong> ley es el que también ellos <strong>de</strong>ben aplicar internamente para reconstituir su disciplina<br />
y su ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> mandos, subordinándose al po<strong>de</strong>r político.<br />
Pero, reitero, que la i<strong>de</strong>a es que <strong>de</strong>ben i<strong>de</strong>ntificarse no hacia atrás sino hacia a<strong>de</strong>lante, hacia la<br />
Argentina que queremos construir a partir <strong>de</strong> estas leyes, hacia una Argentina que <strong>de</strong>stierre para<br />
siempre los fantasmas, hacia ese país que todavía nos estamos <strong>de</strong>biendo. (Aplausos. Varios señores<br />
diputados ro<strong>de</strong>an y felicitan al orador).<br />
Sra. Alsogaray.—Pido la palabra para formular una aclaración.<br />
Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Pugliese).—Para una aclaración tiene la palabra la señora diputada por la<br />
Capital.<br />
Sra. Alsogaray.—El señor diputado Toma está muy preocupado sobre la supuesta “sacada”<br />
<strong>de</strong> contexto <strong>de</strong> algunas frases <strong>de</strong> su lí<strong>de</strong>r máximo. Simplemente voy a limitarme a contestar a la<br />
alusión que ha hecho con relación a una palabra que no dije en el discurso sino que formó parte<br />
<strong>de</strong> algo que el reglamento no permite, que es el diálogo entre los diputados. Voy a hacerlo para<br />
aclarar su verda<strong>de</strong>ro contexto.<br />
Al <strong>de</strong>cir “agresor” quise expresar “iniciador <strong>de</strong> las hostilida<strong>de</strong>s bélicas” en ese momento. No<br />
necesito, ni quiero, ni permito que el señor diputado Toma diga que eso es reivindicar o traer los<br />
mismos argumentos que el enemigo, porque siento, respecto a la presencia inglesa en territorio<br />
argentino lo mismo que podía sentir mi tatarabuelo cuando comandaba la última batería en la<br />
Vuelta <strong>de</strong> Obligado. Esto significa que tampoco necesito que el señor diputado Toma me enseñe<br />
a respetar a las Fuerzas Armadas.<br />
Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Pugliese).—Señora diputada: sus palabras no parecen una aclaración sino<br />
más bien una réplica. De manera que la Presi<strong>de</strong>ncia consi<strong>de</strong>ra que <strong>de</strong>be proseguirse con el <strong>de</strong>bate.