Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa

32a. reunión - continuación 10a. sesión extraordinaria
transformar en ley, no contempla en su conjunto el problema de la Defensa Nacional. Es así que para
interpretar su estructura como tal, debemos limitarnos a un diagnóstico sobre Defensa Nacional que
nos permita profundizar conceptos sobre el sistema existente y que afecta a la realidad nacional.
Desde allí, y con profundo conocimiento del problema, recién podemos normar a través de
la ley sobre el tema que nos ocupa.
A efectos de aclarar conceptos me permitiré exponer algunas conclusiones sobre el tema
Defensa Nacional.
La ley de Defensa Nacional debe ser integral y entender sobre todos los componentes del sistema.
La participación de las Fuerzas Armadas en su condición de componente militar no deben
limitarse de tal manera que en su aislamiento estemos negando su propia existencia, con el grave
riesgo de que en el momento en que las fuerzas de seguridad o policiales se vieran superadas por
las características del conflicto, las mismas fuerzas no se viesen naturalmente integradas al sistema.
El proyecto de ley en análisis acredita la posibilidad de conflictos graves, tales como conflicto
social localizado, conflicto social generalizado, agresión militar y agresión interna. Surge entonces
el interrogante de cómo merituar la dimensión de cada uno y fijar en la frialdad del proyecto
la participación o no de determinada fuerza.
El concepto de Defensa Nacional lo es meramente formal en cuanto a la participación de las
Fuerzas Armadas ante una agresión de origen interno. El proyecto de ley no define el sistema de
inteligencia nacional negando la participación de los organismos de inteligencia militar en cuestiones
políticas internas.
Sobre este particular, señalo que el artículo 15 del texto del proyecto dice lo siguiente: “Las
cuestiones relativas a la política interna del país no podrán constituir en ningún caso hipótesis de
trabajo de organismos de inteligencia militares.”
En el diario Ámbito Financiero del 7 de abril de 1986 —en La Nación de ayer también hay un
texto similar— se señala lo siguiente: “La SIDE es un organismo totalmente ineficaz y el radicalismo
no cuenta con los cuadros eficientes para convertir al organismo en algo confiable, afirmó
una alta fuente de la Casa Rosada, bajo la condición de que se reservara su anonimato. No es
ésta la primera, posiblemente tampoco sea la última, crítica que se deslice contra la Secretaría de
Inteligencia del Estado.
Más allá de las críticas cotidianas contra la Secretaría, la ola de terrorismo de la semana pasada
originó que dentro del propio gobierno o del radicalismo partieran innumerables dardos
envenenados contra Facundo Suárez y el jefe de la Central Nacional de Inteligencia, Ricardo
Natale.
Sin embargo, no todo lo que emana de la SIDE huele a ineficiencia o ausencia de respuestas.
Así, por ejemplo, pudo conocerse que por expresa disposición del presidente Raúl Alfonsín los
servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas han recibido autorización de volver a centrar su
atención en el frente interno.
El organismo transmisor de la directiva presidencial fue la Central Nacional de Inteligencia,
quizá debido a que concentra toda la información que surge de la comunidad informativa, aunque
no se sabe por ahora si las Fuerzas Armadas elevarán a Natale el cúmulo de información
necesaria como para tener un panorama completo.
Para no hacer tan tediosa esta sesión que lleva muchas horas en el tratamiento de este importante
problema, solicito que se inserten en el Diario de Sesiones los capítulos que forman parte
del resto de mi exposición, para pasar a citar algunas conclusiones sobre este tema.
3 Ver la inserción en el Apéndice al final del texto (pp. 366-369)..
—Asentimiento. 3
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1987-1988