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Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa

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8 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1988<br />

las prácticas <strong>de</strong> la Guerra Fría a las que <strong>de</strong>sgraciadamente habían adherido las gran<strong>de</strong>s potencias<br />

en un momento <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s tensiones.<br />

Al mismo tiempo, y lo que ha sido peor, hizo suya la doctrina <strong>de</strong> la seguridad nacional.<br />

Pero no fue fruto <strong>de</strong> la casualidad que asumiera como propia esta doctrina <strong>de</strong> la seguridad<br />

nacional, puesto que la misma venía siendo inculcada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía años a nuestros oficiales en<br />

la Escuela <strong>de</strong> las Américas, <strong>de</strong> Panamá, y en otras norteamericanas en las cuales se formaban los<br />

hombres <strong>de</strong> nuestras tres armas.<br />

Lo peor <strong>de</strong> todo, señor presi<strong>de</strong>nte, fue que nuestras Fuerzas Armadas adoptaron tardíamente<br />

una doctrina que ya había sido <strong>de</strong>rrotada en Argelia cuando los franceses la intentaron aplicar, y<br />

lo mismo había ocurrido a los norteamericanos en Vietnam. Es <strong>de</strong>cir que, tar<strong>de</strong> y mal, nuestras<br />

Fuerzas Armadas hicieron propia una doctrina <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota y <strong>de</strong>l fracaso militar.<br />

Esto no tendría tanta importancia si no hubiere provocado el saldo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sencuentros <strong>de</strong><br />

sangre y <strong>de</strong> dolor que nos ha <strong>de</strong>jado a los argentinos, <strong>de</strong>l que tendremos que seguir sufriendo las<br />

consecuencias durante años.<br />

Parecía que las Fuerzas Armadas se consi<strong>de</strong>raban, por entonces, como poseedoras <strong>de</strong> un<br />

mandato superior, <strong>de</strong> origen divino. Ellas eran las únicas que creían estar capacitadas para <strong>de</strong>cidir<br />

cuándo el gobierno obraba bien y cuándo andaba mal. Actuaban como si fueran las únicas<br />

<strong>de</strong>positarias <strong>de</strong> la verdad.<br />

Así fue como, en consecuencia, con estas i<strong>de</strong>as envejecidas, al ocurrir el golpe <strong>de</strong> estado <strong>de</strong>l 28<br />

<strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1966, las Fuerzas Armadas <strong>de</strong> aquel entonces se aseguraron la suma <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público<br />

ocupando permanentemente y masivamente el aparato <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong>l Estado.<br />

Los que usurparon el po<strong>de</strong>r dijeron que no tenían plazos sino, solamente, objetivos. Ya no<br />

afirmaron, como en ocasiones anteriores, que su propósito era restaurar el sistema constitucional,<br />

así fuera una alegación falsa.<br />

Las consecuencias en el seno <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas las pudimos comprobar todos los argentinos.<br />

Las internas propias <strong>de</strong> los partidos políticos, <strong>de</strong> los sindicatos y <strong>de</strong> las instituciones civiles,<br />

se trasladaron a las Fuerzas Armadas, que <strong>de</strong>berían estar ajenas —y preservadas— <strong>de</strong>l juego <strong>de</strong><br />

facciones. Pero no fue así.<br />

No solamente tuvieron lugar enfrentamientos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada arma, sino también en las fuerzas<br />

entre sí. Estas disputas —como es lógico— también distorsionaron e1 concepto <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa<br />

que, por aquel entonces, se aplicó y que todavía tiene alguna sobrevivencia legislativa en el país<br />

que concluirá cuando aprobemos la ley en <strong>de</strong>bate.<br />

Hubo feudos propios <strong>de</strong> cada arma, especialmente, en el último gobierno militar. Una fuerza<br />

ocupaba el <strong>Ministerio</strong> <strong>de</strong> Relaciones Exteriores; otra, el <strong>de</strong> Interior y, así sucesivamente, llegando<br />

hasta lo más diversos ámbitos.<br />

Así, por ejemplo, había licitaciones en las radios, y una <strong>de</strong> ellas se adjudicaba a los amigos <strong>de</strong><br />

la Marina, otra a los <strong>de</strong>l Ejército y una tercera a los <strong>de</strong> la Aeronáutica.<br />

Recuerdo este caso porque tiene cierta actualidad, que todavía hay algunos que quieren rescatar<br />

como ejemplo la <strong>Ley</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> Radiodifusión que impuso Jorge Rafael Vi<strong>de</strong>la, y que es<br />

una <strong>de</strong> las normas <strong>de</strong> facto más autoritarias que nos legó aquel sistema.<br />

Pero no sólo ocurrió que se instituyeran y distribuyeran feudos entre las armas, sino que<br />

también creó <strong>de</strong>sproporcionadamente el presupuesto militar, ampliándose en forma consi<strong>de</strong>rable<br />

los complejos industriales militares. Complejos que, en muchos casos, iban acompañados<br />

<strong>de</strong> empresas subsidiarias que nada tenían que ver con lo militar, ni siquiera con la fabricación <strong>de</strong><br />

armamentos.<br />

Tengo presente estadísticas <strong>de</strong> un instituto que funciona en Suecia, que efectúa un control<br />

internacional bastante objetivo acerca <strong>de</strong> las compras <strong>de</strong> armamentos. Este organismo señalaba,<br />

por ejemplo, que entre 1979 y 1983 la Argentina gastó más <strong>de</strong> 24 mil millones <strong>de</strong> dólares en<br />

equipos bélicos.

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