Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa
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Mensaje presi<strong>de</strong>ncial • Dr. Raúl R. Alfonsín<br />
impaciencia para proponer la intolerancia y la violencia como remedios, han terminado favoreciendo<br />
los intereses <strong>de</strong>l privilegio. Aprendimos que cuando el pueblo no <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> sobre el gobierno,<br />
la Nación y el pueblo quedan <strong>de</strong>sguarnecidos frente a los intereses <strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro y <strong>de</strong> afuera.<br />
Y hemos entendido que hay fuerzas po<strong>de</strong>rosas que no quieren la <strong>de</strong>mocracia en la Argentina.<br />
Sabemos que la reivindicación <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong>l pueblo, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l pueblo para elegir y<br />
controlar el gobierno <strong>de</strong> acuerdo con los principios <strong>de</strong> la Constitución, plantea una lucha por el<br />
po<strong>de</strong>r en la que no po<strong>de</strong>mos ni <strong>de</strong>bemos bajar los brazos, una lucha que vamos a dar y en la que<br />
vamos a triunfar.<br />
Tenemos una meta: la vida, la justicia y la libertad para todos los que habitan este suelo.<br />
Tenemos un método: la <strong>de</strong>mocracia para la Argentina.<br />
Tenemos un combate: vencer a quienes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera quieren impedir esa<br />
<strong>de</strong>mocracia. (Aplausos).<br />
Tenemos una tarea: gobernar para todos los argentinos sacando al país <strong>de</strong> la crisis que nos<br />
agobia.<br />
Hoy enfrentamos dos <strong>de</strong>safíos: gobernar la Nación en la crisis y consolidar <strong>de</strong>finitivamente<br />
la forma <strong>de</strong> gobierno que asegure el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l pueblo a <strong>de</strong>cidir su <strong>de</strong>stino. Como hombres que<br />
somos podremos equivocarnos al gobernar. Como argentinos, en este momento y para siempre,<br />
sólo permitiremos que sea el pueblo el único juez <strong>de</strong> esos errores y el único con <strong>de</strong>recho a corregirlos.<br />
Nosotros, junto con la inmensa mayoría <strong>de</strong> los argentinos, sabemos que a los problemas<br />
que vamos a enfrentar, a los problemas que esta crisis ha agravado enormemente, se tratará <strong>de</strong><br />
aprovecharlos para combatir la <strong>de</strong>mocracia. Pero sabemos que el pueblo aprendió la lección y<br />
que estará a nuestro lado para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rla, con el vigor, la fuerza y la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> pelear por su<br />
<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> gobernarse.<br />
Vamos a hacer realidad la esperanza <strong>de</strong> recuperar la vida, la justicia y la libertad, porque,<br />
por dura que sea nuestra situación, ningún obstáculo será insuperable frente a la voluntad inmensa<br />
<strong>de</strong> un pueblo que se pone a trabajar, junto con el gobierno pero también más allá <strong>de</strong> los<br />
gobernantes, en la tarea <strong>de</strong> construir su propio futuro. Otros pueblos se han levantado <strong>de</strong> ruinas<br />
a veces más tremendas que las nuestras. No somos más, pero tampoco somos menos que ellos.<br />
También nosotros po<strong>de</strong>mos hacerlo, y lo vamos a hacer, superando dificulta<strong>de</strong>s, equivocándonos<br />
y corrigiéndonos. Y no tengo duda <strong>de</strong> que po<strong>de</strong>mos gozar <strong>de</strong> esa vida, con esa justicia y<br />
esa libertad que hoy <strong>de</strong>seamos. Lo vamos a lograr, vamos a dar ese ejemplo y vamos a exten<strong>de</strong>r<br />
nuestra mano fraterna para que otros pueblos, en particular nuestros pueblos hermanos latinoamericanos,<br />
también lo logren. (Aplausos prolongados).<br />
Hemos venido ante vuestra honorabilidad, conscientes <strong>de</strong> nuestras limitaciones y <strong>de</strong>l arduo<br />
esfuerzo que tendremos que <strong>de</strong>splegar para tratar <strong>de</strong> ponernos a la altura <strong>de</strong> nuestra responsabilidad<br />
histórica, pero conscientes, con igual sinceridad, <strong>de</strong> que nuestro mandato es claro,<br />
terminante e ineludible; tal como lo es, en la esfera <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Legislativo, el que han recibido los<br />
miembros <strong>de</strong> esta Honorable Asamblea, y tal como lo será el que oportunamente reciban, con<br />
acuerdo <strong>de</strong>l Honorable Senado, los jueces <strong>de</strong> la Nación que habrán <strong>de</strong> completar la arquitectura<br />
constitucional <strong>de</strong> la República con su alta misión, más silenciosa, pero no menos esencial.<br />
Todos somos humanos y falibles, pero esta vez contamos con muy poco espacio para el error<br />
o la flaqueza. No <strong>de</strong>bemos fallar. No fallaremos. Y si al cabo <strong>de</strong> nuestros mandatos hemos cumplido<br />
con aquellos gran<strong>de</strong>s fines <strong>de</strong>l Preámbulo <strong>de</strong> la Constitución, que alguna vez nos hemos<br />
permitido recordar <strong>de</strong> viva voz, como ofreciendo a la gran Argentina <strong>de</strong>l futuro nuestra conmovida<br />
oración laica <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stos ciudadanos, entonces, como también lo hemos dicho en más <strong>de</strong><br />
una ocasión, nada tendremos que envidiar a los gran<strong>de</strong>s personajes <strong>de</strong> nuestra historia pasada,<br />
porque esta generación, la nuestra, tan hondamente agitada por las luchas y las frustraciones <strong>de</strong><br />
este tiempo, habrá merecido <strong>de</strong> su posterioridad el mismo exaltado reconocimiento que hoy<br />
sentimos nosotros por quienes supieron fundar y organizar la República.<br />
61<br />
1983