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Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa

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28 y 29 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1987<br />

permanente contra el enemigo comunista”.<br />

“La doctrina en cuestión entien<strong>de</strong> que la lucha entre los bloques se libra, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l propio<br />

país, en tantos frentes como activida<strong>de</strong>s tienen lugar en el mismo. El enemigo es único, y está<br />

caracterizado por la infiltración marxista”.<br />

“Para vencer a los antagonismos originados por el marxismo, se proce<strong>de</strong> a la aplicación <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r nacional, que reúne a todos los elementos y capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Estado: el capital, el trabajo, la<br />

ciencia, la cultura, las Fuerzas Armadas, etcétera: son todos frentes parciales <strong>de</strong> una guerra total.<br />

El objeto <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong>l mismo no es otro que la ‘guerra permanente’que se supone existente,<br />

<strong>de</strong> acuerdo con las concepciones que nos ocupan, en todos los ámbitos <strong>de</strong> la propia Nación”.<br />

“Para las doctrinas en cuestión el comunismo ataca en todas partes; y, por ello, en todas partes<br />

<strong>de</strong>be ser combatido”.<br />

“Un aspecto fundamental está constituido por confiar, al igual que sucedía con sus pre<strong>de</strong>cesoras<br />

<strong>de</strong> la contrainsurgencia, la responsabilidad primaria en la lucha i<strong>de</strong>ológica a las Fuerzas<br />

Armadas. Pue<strong>de</strong> así advertirse que se preconiza la aplicación <strong>de</strong> métodos militares a una lucha <strong>de</strong><br />

contenido político-i<strong>de</strong>ológico”.<br />

“Estas concepciones suponen, en <strong>de</strong>finitiva, hallarse en plena Tercera Guerra Mundial. Más<br />

aún; al igual <strong>de</strong> lo que sucedía para Karl Haushofer en la Alemania nazi, para quien Alemania,<br />

en realidad, nunca había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> estar en guerra, las mismas suponen al país inmerso en una<br />

guerra intemporal que sólo habrá concluido con la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l comunismo <strong>de</strong> la faz <strong>de</strong> la<br />

Tierra o, por el contrario, con la caída <strong>de</strong>l país en manos marxistas. En cuanto al enemigo, se<br />

encuentra para las aludidas doctrinas en el seno <strong>de</strong>l propio país. El frente interno es el teatro<br />

<strong>de</strong> operaciones, y hacia él <strong>de</strong>ben dirigirse todos los esfuerzos. La guerra omnipresente habrá <strong>de</strong><br />

requerir la movilización <strong>de</strong> todos los aspectos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r nacional: los factores llamados político,<br />

económico, social y militar, que, presididos por el último, <strong>de</strong>ben ser empleados en la omnipresente<br />

lucha contra el enemigo i<strong>de</strong>ológico”.<br />

Uno <strong>de</strong> los teóricos <strong>de</strong> la seguridad nacional en nuestro país, el general Osiris Guillermo<br />

Villegas, sostiene en su obra Guerra revolucionaria comunista que el proceso <strong>de</strong> la guerra revolucionaria<br />

es progresivo y relativamente lento. Así señala lo siguiente: “El adversario prepara su<br />

organización y sus medios <strong>de</strong> lucha en nuestro propio territorio, en el seno mismo <strong>de</strong> nuestra<br />

sociedad y al amparo <strong>de</strong> nuestra propia incredulidad; sólo tomamos conciencia virtual <strong>de</strong> su<br />

po<strong>de</strong>r, cuando sale <strong>de</strong> la clan<strong>de</strong>stinidad y se muestra abiertamente. Cuando las Fuerzas Armadas<br />

entran en operaciones, <strong>de</strong>ben incursionar en todos los estratos <strong>de</strong>l Estado nacional para alcanzar<br />

al adversario y herirlo <strong>de</strong> muerte en todos los planos en que este conduce su guerra.”<br />

El principal teórico <strong>de</strong> la dualidad <strong>de</strong>sarrollo-seguridad, Robert McNamara, sostuvo en su<br />

recordado discurso <strong>de</strong> Montreal en 1967 que “la seguridad es <strong>de</strong>sarrollo y sin <strong>de</strong>sarrollo no hay<br />

seguridad”. Ha dicho el citado teórico: “Un país sub<strong>de</strong>sarrollado y que no se <strong>de</strong>sarrolla no alcanzará<br />

jamás cierto nivel <strong>de</strong> seguridad, por el hecho <strong>de</strong> que no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>spojar a sus ciudadanos<br />

<strong>de</strong> su naturaleza humana. Si existen condiciones previas a la seguridad, éstas son un mínimo <strong>de</strong><br />

or<strong>de</strong>n y <strong>de</strong> estabilidad”.<br />

Es <strong>de</strong>cir, señor presi<strong>de</strong>nte, que la seguridad se asimilaba al <strong>de</strong>sarrollo. Ésta fue también la<br />

aplicación en nuestro país <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> West Point, esbozada por el general Onganía en la<br />

Conferencia <strong>de</strong> Estados Americanos en 1964, cuando sostenía que la misión fundamental <strong>de</strong> las<br />

Fuerzas Armadas era la preservación <strong>de</strong> una sociedad don<strong>de</strong> sobrevivieran los valores occi<strong>de</strong>ntales<br />

y cristianos; o sea, <strong>de</strong> nuevo los fusiles apuntando hacia a<strong>de</strong>ntro, <strong>de</strong> nuevo la custodia <strong>de</strong>l<br />

pensamiento, la custodia <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> la propia sociedad.<br />

Esto es, en <strong>de</strong>finitiva, lo que significó la doctrina <strong>de</strong> la seguridad nacional. Es cierto que en el<br />

propio país que exportó esta teoría —los Estados Unidos <strong>de</strong> América— se ha producido, yo diría,<br />

una saludable evolución. Ya no se trata <strong>de</strong> la dualidad seguridad-<strong>de</strong>sarrollo; se ha reemplazado<br />

benéficamente esa fórmula por seguridad-<strong>de</strong>mocracia; por lo menos, esto es lo que dice Elliot

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