Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa
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8 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1988<br />
subordinar las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Nación a objetivos militares. Yo pienso, con un criterio actual,<br />
que las industrias militares no <strong>de</strong>ben ser monopolizadas por el Estado, que tienen que estar en<br />
manos privadas. Y quiero ser muy claro: si queremos apoyar un pacifismo real, coherente y ético,<br />
los argentinos no <strong>de</strong>bemos sustentar el crecimiento <strong>de</strong> una industria bélica. ¿Por qué no hacerlo?<br />
Porque si hay algo que nos falta en este país son inversiones. Pero no <strong>de</strong>bemos hacerlas en la<br />
industria bélica, sino en montones <strong>de</strong> industrias que son fundamentales para nuestro <strong>de</strong>sarrollo,<br />
empezando por la agroalimentaria y terminando por la informática. Mi opinión es, insisto, que<br />
<strong>de</strong> ninguna manera <strong>de</strong>bemos impulsar industrias bélicas, aunque otros países lo hagan. Cada<br />
cual elige el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo que le conviene.<br />
Tenemos, sí, como un aporte a esta legislación <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa, que estudiar la manera <strong>de</strong> lograr<br />
que nuestra industria nacional se adapte rápidamente a la producción bélica para el caso <strong>de</strong>sgraciado<br />
<strong>de</strong> que tengamos que afrontar algún conficto armado. Así ha ocurrido por ejemplo en<br />
los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la industria se adaptó para la<br />
fabricación <strong>de</strong> armamentos. Esto sería lo lógico y lo consecuente con nuestra política pacifista en<br />
resguardo <strong>de</strong> nuestra <strong>de</strong>fensa.<br />
También se ampliaron durante los gobiernos <strong>de</strong> facto las activida<strong>de</strong>s bajo control militar. Los<br />
aeropuertos <strong>de</strong> la aviación civil, por citar sólo un ejemplo, siguen estando en manos militares a<br />
pesar <strong>de</strong> que <strong>de</strong>berían estar en manos civiles. Yo no juzgo que estén mal administrados. De ninguna<br />
manera. Siento respeto por las Fuerzas Armadas y pienso que sus integrantes cumplen <strong>de</strong> la<br />
mejor manera que pue<strong>de</strong>n con las funciones que se les encomienda. Pero creo que <strong>de</strong>bemos colocar<br />
a las Fuerzas Armadas en sus funciones específicas, y que tenemos que poner los aeropuertos<br />
civiles, como todas las naciones importantes y <strong>de</strong>sarrolladas <strong>de</strong>l mundo, en manos civiles.<br />
Podría hacer mías las palabras iniciales que pronunció en su disertación el señor senador por<br />
Catamarca, doctor Amoedo, cuando manifestaba la satisfacción que sentía al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>rogar hoy<br />
la legislación <strong>de</strong> facto, o al menos crear las condiciones para hacerlo. Me refiero a la <strong>de</strong>rogación<br />
<strong>de</strong> la ley 16.970 y sus modificatorias, las leyes 17.649, 19.276 y 20.194, entre otras disposiciones<br />
<strong>de</strong> facto.<br />
El sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa que creó esa legislación <strong>de</strong> facto <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Onganía facilitó que<br />
los mandos <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas ejercieran el control sobre las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong><br />
la Nación, impidiendo que él las condujera con plena autoridad. Esta es la diferencia que existe,<br />
por ejemplo, entre la ley <strong>de</strong> facto 17.649 que estoy criticando y el proyecto <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Illia, al<br />
que se refirió el señor senador por Salta. Es posible que algunos párrafos <strong>de</strong> este proyecto tuvieran<br />
una redacción textual a las <strong>de</strong> algún punto <strong>de</strong> aquella legislación; sin embargo, la i<strong>de</strong>a que<br />
sustentaba era diametralmente distinta porque el proyecto <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Illia rescataba como<br />
fundamental la vigencia <strong>de</strong> la Constitución <strong>Nacional</strong>, colocando al presi<strong>de</strong>nte en el lugar que le<br />
correspon<strong>de</strong>, es <strong>de</strong>cir, como jefe máximo <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas.<br />
Lo más nefasto <strong>de</strong> la llamada ley 16.970 fue la institucionalización <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> la seguridad<br />
nacional, a la que ya me he referido. Tal <strong>de</strong>signio se llevó especialmente a cabo a través <strong>de</strong>l<br />
sistema <strong>de</strong> planeamiento y acción para la seguridad, que fue concebido y elaborado para apoyar<br />
un sistema autoritario que <strong>de</strong>finió per se los intereses vitales <strong>de</strong> la Nación, sin ninguna participación<br />
<strong>de</strong> la sociedad.<br />
Esa legislación, al confundir la seguridad <strong>de</strong>l gobierno con la <strong>de</strong>l Estado, terminó consagrando<br />
la <strong>Defensa</strong> <strong>Nacional</strong> a la seguridad <strong>de</strong>l régimen político absolutista <strong>de</strong> turno, tanto al <strong>de</strong><br />
aquel entonces como otros <strong>de</strong> igual carácter que le sucedieron.<br />
También se crearon mecanismos ad hoc, lo cual el sistema <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> facto 16.970 atribuyó<br />
a la extrema burocratización <strong>de</strong> los mandos <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas, ocasionando un grave perjuicio<br />
a la labor específica <strong>de</strong> la <strong>Defensa</strong> <strong>Nacional</strong>. Esta situación pudo ser comprobada con el <strong>de</strong>venir<br />
<strong>de</strong> los años cuando <strong>de</strong>bimos enfrentar la guerra <strong>de</strong> las islas Malvinas, en la cual las Fuerzas<br />
Armadas no actuaron en forma unida y homogénea, sino que lo hicieron cada una por su cuenta