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Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa

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45a. reunión - continuación 5a. sesión extraordinaria<br />

la pérdida <strong>de</strong> un hermano, senador provincial justicialista, que fue arrancado <strong>de</strong> su hogar a las<br />

cuatro <strong>de</strong> la mañana —como muchos otros funcionarios y hombres <strong>de</strong> bien <strong>de</strong> mi pueblo—<br />

luego <strong>de</strong> haber estado cumpliendo sus funciones hasta las once <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong>l día 23 <strong>de</strong> marzo<br />

<strong>de</strong> 1976.<br />

Con esta autoridad moral que tengo, quiero <strong>de</strong>cir a las Fuerzas Armadas que aquí está un<br />

hombre que quiere el reencuentro <strong>de</strong> la familia argentina, pero también les recalco y exijo que<br />

renuncien <strong>de</strong>finitivamente a reivindicar los períodos <strong>de</strong> la historia en que estuvieron divorciados<br />

<strong>de</strong>l pueblo. También les exijo que recuperen la tradición y el espíritu sanmartiniano <strong>de</strong> respeto<br />

irrestricto a la soberanía popular. Y para terminar, quiero <strong>de</strong>cirles que ha llegado la hora <strong>de</strong> que<br />

los hombres <strong>de</strong> armas exterioricen inequívocamente su voluntad <strong>de</strong> reconciliación e integración.<br />

(Aplausos).<br />

Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Duhal<strong>de</strong>).—Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.<br />

Sra. Monjardín <strong>de</strong> Masci.—Señor presi<strong>de</strong>nte: no es fácil agregar algunos conceptos luego <strong>de</strong><br />

haber escuchado ayer y hoy expresiones oratorias profundas, sensibles y apasionadas, como es el<br />

caso <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l señor diputado que me acaba <strong>de</strong> prece<strong>de</strong>r en el uso <strong>de</strong> la palabra. De todas formas,<br />

me siento obligada a exponer el pensamiento <strong>de</strong>l partido político al que pertenezco.<br />

He estado tomando <strong>de</strong>sprolijos apuntes para no repetir lo que ya se dijo, en atención al valioso<br />

tiempo <strong>de</strong> esta Cámara. En primer lugar, quiero agra<strong>de</strong>cer a los señores diputados que<br />

hicieron uso <strong>de</strong> la palabra tanto ayer como hoy. De todos he aprendido. Aplaudí aun a aquellos<br />

con los que no coincido en lo más mínimo. Lo hice porque quiero pensar bien, y porque lo hago,<br />

interpreto, que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> una palabra galana y <strong>de</strong> una expresión coherente hay, fundamentalmente,<br />

sinceridad y buena intención.<br />

No quiero creer que en mi país y en la raza política argentina existan quienes especulan con<br />

este tema que nos conmueve tanto. Todos han contribuido a mi formación, lo cual les agra<strong>de</strong>zco.<br />

Me alegra encontrar coinci<strong>de</strong>ncias luego <strong>de</strong> haber experimentado tantas vivencias en mis sesenta<br />

años <strong>de</strong> vida, aquí <strong>de</strong>clarados con orgullo. Digo que me alegra hallar coinci<strong>de</strong>ncias porque<br />

recuerdo que cuando apenas tenía tres años, mi padre —en aquel entonces inten<strong>de</strong>nte radical<br />

<strong>de</strong> mi pueblo— fue echado un 6 <strong>de</strong> septiembre, puesto preso y acusado <strong>de</strong> ladrón, <strong>de</strong> lo que se<br />

<strong>de</strong>fendió solo, quedando libre <strong>de</strong> culpa y cargo. Esta es mi primera vivencia política, que levanto<br />

como ban<strong>de</strong>ra cuando <strong>de</strong>bo adoptar algunas <strong>de</strong>finiciones.<br />

Luego que los argentinos arrastramos tantas penas, me alegra coincidir y también disentir,<br />

porque la <strong>de</strong>mocracia compren<strong>de</strong> ambas actitu<strong>de</strong>s. Difiero <strong>de</strong> algunas voces que se han levantado<br />

en este recinto, y <strong>de</strong>seo expresarlo serenamente y no con un afán polémico. No pretendo<br />

lo perfecto en éste ni en otros temas que fueron abordados en estos cuatro años <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia<br />

o que serán consi<strong>de</strong>rados en a<strong>de</strong>lante. No se trata <strong>de</strong> renunciar a aquel i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> querer atrapar<br />

la luz que está allá lejos, en las tinieblas o en el bosque; pero eso <strong>de</strong>be ser el i<strong>de</strong>al: lo perfecto, un<br />

objetivo a alcanzar. Lo que no quiero es que esa búsqueda <strong>de</strong> la perfección o <strong>de</strong> lo mejor —que es<br />

enemigo <strong>de</strong> lo bueno— acabe por hacernos <strong>de</strong>tener en el camino cuando, al fin, pareciera que los<br />

argentinos, entre dolores <strong>de</strong>l pasado y algunos <strong>de</strong>sencuentros —como los que se están dando hoy<br />

en el Honorable Senado— tenemos la vocación <strong>de</strong> llevar hacia a<strong>de</strong>lante al país y la <strong>de</strong>mocracia.<br />

—Ocupa la Presi<strong>de</strong>ncia el señor presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

Honorable Cámara, doctor Juan Carlos Pugliese.<br />

Sra. Monjardín <strong>de</strong> Masci.—Aquí he oído hablar, no diría con ironía sino más bien con gracia,<br />

<strong>de</strong> una forma severa, <strong>de</strong> algo que me olió a <strong>de</strong>spectivo. Se ha hablado <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>spectiva<br />

acerca <strong>de</strong>l acuerdo y <strong>de</strong>l consenso. Sin cálculos electoralistas, me pregunto si <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mis<br />

sesenta años <strong>de</strong> vida, que han sido <strong>de</strong> <strong>de</strong>sencuentros, voy a querer señalar como un error que<br />

me halle dialogando no digo con radicales —porque es el partido en el que nací— sino con<br />

177<br />

1987-1988

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