Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa

32a. reunión - continuación 10a. sesión extraordinaria
en sus relaciones derivadas de la Constitución Nacional y en sus relaciones eventuales con acontecimientos
que puedan producirse, es porque estamos pensando en la guerra. De lo contrario,
no tendría sentido esta ley de Defensa Nacional.
Más aún, la inevitabilidad de la guerra se demuestra constantemente porque desde que terminó
la Segunda Guerra Mundial hasta ahora no ha habido en el mundo un día de paz. ¿Y
para qué nos vamos a referir cronológicamente a los episodios si en este instante sigue siendo
efectivo el conflicto entre Irán e Irak, que extiende sus efectos bélicos al Golfo involucrando no
solamente a los dos contendientes sino a otras naciones? ¿Para qué vamos a hacer referencia al
apoderamiento por parte de la Unión Soviética de sectores en donde quiere imponer sus propias
políticas y su poderío? ¿Para qué vamos a decir algo sobre la guerra de las Malvinas, que han
sido transformadas en una fortaleza por el imperio británico para asegurar la posibilidad de una
dilatación en su avance no solamente en su afán imperialista desde el punto de vista de su propia
nación sino también en el que une al imperialismo británico con las aspiraciones de la OTAN,
con la colaboración de los propios Estados Unidos, que quieren crear en el extremo austral del
mundo una manera de dominación que sea excluyente de las pretensiones de otras potencias?
Es decir que la guerra está latente o físicamente promovida y realizada en este momento en
muchos ámbitos del mundo.
Perón dice que la guerra es inevitable. Si la consideramos evitable, ¿tendríamos que prescindir
de las Fuerzas Armadas? Entiendo que no. El propio señor senador miembro informante ha
hecho la historia de las Fuerzas Armadas argentinas y ha marcado, aunque sin decirlo, el hecho
de que nuestro propio país a lo largo de los años se encontró con la necesidad inexcusable de
tener y mantener Fuerzas Armadas para proteger la soberanía del territorio y procurar, aunque
tengamos menos medios técnicos, la conjuración del avance pretencioso de algún vecino y de
otros no vecinos que ven en nuestro territorio la posibilidad de aumentar la esfera de su dominación.
De manera que estimo que esta es la ley de defensa y que ella debe ser una norma integral.
Esto nos enseñó el general Perón. Ya lo discutimos en el anterior tratamiento de esta ley: si debía
o no ser un estatuto que considerara en su integridad la necesidad de la Defensa Nacional.
En su oportunidad había votado favorablemente el proyecto presentado por la señora senadora
por Santa Fe, que después fue modificado aun con su consentimiento. Y lo hice porque
entendí que sus fundamentos habían expresado con mayor claridad que ningún otro hasta ese
momento el concepto de la integridad de la Defensa Nacional.
Incidentalmente diré, por ejemplo, que el señor senador Berhongaray ha mencionado la ley
de vialidad y no consideró que ella deba ser cumplida estimando realizaciones con miras a la
posibilidad de su utilización por parte de las Fuerzas Armadas.
Esto contradice, en cierto sentido, lo que yo he manifestado como una experiencia en mi
provincia. Allí las Fuerzas Armadas contribuyeron —las Fuerzas Armadas y no Vialidad— a la
construcción de un difícil camino que está en la zona que nosotros llamamos Abra de Pives y
Huachichocana, para los fines de táctica y estrategia en supuestos militares.
De manera, entonces, que esta pregunta que se ha formulado, quiero dejarla perfectamente
aclarada. He dicho que no voy a realizar disquisiciones generales, aunque no puedo evitar aludir
a la referencia que se ha hecho sobre Napoleón y Clausewitz.
De Napoleón se ha dicho que fue un genio intuitivo. Es una digresión de información literaria
e histórica, para mí fue más que un genio intuitivo: un hombre razonador, con una inteligencia
razonadora fundada en conocimientos. Era general de artillería y contaba además con una
dosis enorme de visión —sí, intuitiva y muy audaz— que le permitió formar el imperio francés
de la época.
En cuanto a Clausewitz, puntualizaré que es popular por aquella frase que sentenciaba que
la guerra es la continuación de la política por otros medios. A veces, se define toda una vida por
una sola frase; y esto no debe ser así.
313
1987-1988