Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa

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8 de abril de 1988
ver con el inglés. Se trata de dos pueblos de orígenes distintos: unos son sajones y otros celtas.
Dejo aclarada esta diferenciación ante la mención del señor senador por Salta porque se trata de
una lucha colonial muy especial aun cuando nosotros no aprobemos los métodos terroristas que
se aplican tanto de uno como de otro lado en Irlanda del Norte.
Sr. Presidente (Berhongaray).—Continúa en el uso de la palabra el señor senador por Salta.
Sr. Bravo Herrera.—Hago mío todo lo dicho por el señor senador por el Chubut respecto de
este punto. Estoy completamente de acuerdo con él pero no cambia el enfoque de la situación
que estoy haciendo. Cito un caso pero no quiero decir si es justo o injusto; no analizo quién tiene
razón.
Lo que quería expresar es que existe una verdadera lucha por parte de los irlandeses, que
tienen que recuperar su libertad y unirse al resto del país, pero para los ingleses constituye un
problema interno, que es lo que acaba de señalar el señor senador por el Chubut. Evidentemente
tienen un problema interno y ellos lo atacan con las Fuerzas Armadas. Los ingleses, desde su
concepción legal, tienen un problema interno de violencia y lo atacan con el Ejército.
Menciono otra circunstancia: es necesario que se cambie el carácter de delincuentes comunes
que le asigna la señora Thatcher a los que cumplieron huelgas de hambre, que llegaron a concretarse
hasta el final porque murieron; no obstante, no se ha cambiado esa denominación.
Paso a otro ejemplo: las depredaciones ocurridas con motivo del asesinato de Martin Luther
King, un gran luchador por los derechos humanos, un negro que se movió en Estados Unidos en
contra de todos los condicionamientos que lo asediaban y que, sin embargo, mantuvo el espíritu
de lucha hasta el momento de su muerte. Con motivo de ello, ocurrieron hechos de violencia que
La Nación del 4 de abril de 1988 relata de la siguiente manera: “En la tarde del 5 de abril, Johnson
ordenó la intervención de las tropas federales. Unidades de la 82a. división de paracaidistas, veterana
del desembarco aliado de 1944 en Normandía y de la batalla de las Ardenas, ocuparon los
puntos estratégicos de Washington, cuyo alcalde, Walter Washington, decretó el toque de queda
desde las cinco de la tarde hasta las seis y media de la mañana”. Este es un caso de disturbio que
no se origina por una cuestión social o religiosa sino racial, que hizo necesaria la intervención de
las Fuerzas Armadas dentro del país.
En muchos países del mundo el grave problema de las drogas va obligando a que el poder político
ponga la gran estructura de las Fuerzas Armadas al servicio de la lucha contra dicho tráfico.
Digamos que ésta es una cuestión fatal porque todos los países —me estoy refiriendo a los más
adelantados—, lógicamente tienen estructuras muy grandes para luchar contra el delito y dentro
de esas estructuras algunas especializadas para ciertas formas de delito, entre las que se encuentra
el tráfico de drogas. Pero han sido sobrepasados; no pueden hacer nada.
De manera que si el asunto de las drogas se pone más grave en la Argentina, va a faltar un proyecto
que propugne que las Fuerzas Armadas se unan en la lucha contra ese tráfico. A lo mejor
no lo voy a presentar yo, pero lo hará cualquier otro.
Tenemos que colocarnos en la realidad concreta, que es la que nos golpea y en la que a mí
me gusta moverme. Un artículo publicado el 3 de marzo de 1988 en el diario La Prensa señala:
“El secretario de Educación, William Bennett, expresó hoy que Estados Unidos debe considerar
un mayor uso militar si quiere ganar la guerra internacional contra el tráfico de drogas, dedicar
todos los recursos que sean necesarios para recuperar a las comunidades que han caído bajo el
control de los narcotraficantes”.
Hay otro artículo en donde se habla de varias operaciones que tienen un nombre determinado.
Para tranquilidad de ustedes aviso que no citaré a todas. Están, por ejemplo, la operación
Rueda de Carreta, para interceptar el embarque de drogas. Con la Guardia Costera y la Marina
norteamericana, y la Operación Trueno, que involucró a la DEA —que no sé qué quiere decir—,
a la Guardia Costera, al ejército de los Estados Unidos y a funcionarios de las Bahamas. Después
dice lo que se secuestró, etcétera. Como les digo, esto no gusta a los militares norteamericanos.