Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa
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8 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1988<br />
Por las razones <strong>de</strong>sarrolladas prece<strong>de</strong>ntemente fundo mi voto negativo al proyecto que<br />
consi<strong>de</strong>ramos.<br />
Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Rubeo).—Tiene la palabra el señor senador por La Rioja.<br />
Sr. Sánchez.—Honorable Cámara: el tema que estamos tratando tiene vital importancia porque<br />
atañe a la Nación misma y creo que ningún representante <strong>de</strong>l pueblo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hacer oír<br />
su voz, aun en la reiteración, para puntualizar su opinión, sus afanes o sus angustias.<br />
Es por ello que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ayer estamos tratando este tema habiendo escuchado largas disertaciones<br />
—así las califico— que han partido dando vuelta las hojas <strong>de</strong> la historia para tratar <strong>de</strong><br />
encontrar el camino que nos muestre la luz <strong>de</strong> la verdad para dictar un instrumento que permita<br />
realizar la <strong>Defensa</strong> <strong>Nacional</strong> en la verda<strong>de</strong>ra dimensión <strong>de</strong>l término.<br />
—Ocupa la Presi<strong>de</strong>ncia el señor presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la comisión<br />
<strong>de</strong> Relaciones Exteriores y Culto, senador Adolfo<br />
Gass.<br />
Sr. Sánchez.—Se ha caminado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho antes <strong>de</strong> Cristo, cuando la sociedad buscaba<br />
organizarse. Hemos pasado por los griegos, los persas, los mongoles, los turcos <strong>de</strong> Tarmelán,<br />
la invasión <strong>de</strong> los bárbaros, la Edad Media y el Renacimiento, hasta llegar hasta nuestros días,<br />
tratando <strong>de</strong> buscar la articulación <strong>de</strong> algo que permita reglar nuestra situación a todas luces<br />
conflictiva.<br />
Creo, señor presi<strong>de</strong>nte, que es necesario remarcar el concepto <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
todas las ópticas a los efectos <strong>de</strong> lograr armonizarlo para po<strong>de</strong>r a<strong>de</strong>cuar la legislación vigente y<br />
la que se dictará en la búsqueda <strong>de</strong> la solución <strong>de</strong> los problemas atinentes a la Nación. Pero claro<br />
está que en modo alguno <strong>de</strong>bemos tomar al país como algo aislado —sobre todo en estas épocas—<br />
sino como una comunidad inserta en mi continente y con una cosmovisión precisa.<br />
Señor presi<strong>de</strong>nte: voy a hablar parcializando, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi óptica política. He advertido con mucho<br />
agrado cómo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los distintos sectores se ha nombrado a un argentino que aún se preten<strong>de</strong><br />
discutir, que todavía se quiere proscribir <strong>de</strong> la historia nacional. Me refiero al general Juan<br />
Domingo Perón, quien hace muchos años puntualizaba el concepto <strong>de</strong> Nación y el <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong><br />
<strong>Nacional</strong> formulando su proyección en la historia.<br />
Él nos hablaba <strong>de</strong>l año 2000 lanzando a la República el gran <strong>de</strong>safío <strong>de</strong> liberación o <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia,<br />
que no es otra cosa que elegir entre la dignidad y la indignidad.<br />
Es claro, señor presi<strong>de</strong>nte, que todos estamos caminando por los sen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. Así<br />
hemos escuchado brillantes exposiciones, aun contrapuestas en los conceptos, con citas <strong>de</strong> todos<br />
los autores que los señores senadores han buscado para alimentar sus posiciones. Creo que nos<br />
hemos acercado a una juridicidad casi perfecta, a una asepsia jurídica.<br />
Creo que esa cobertura legal que buscamos a través <strong>de</strong> nuestra Constitución y también <strong>de</strong> las<br />
necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la sociedad que va reclamando reglar esas condiciones está en el espíritu mismo<br />
<strong>de</strong> la República, en don<strong>de</strong> la <strong>Defensa</strong> <strong>Nacional</strong> adquiere su real dimensión.<br />
Me voy a permitir leer, señor presi<strong>de</strong>nte, la <strong>de</strong>finición que hiciera el entonces coronel Perón<br />
cuando pronunció una conferencia en el Colegio <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> La Plata el 10 <strong>de</strong><br />
julio <strong>de</strong> 1944.<br />
En esa ocasión Perón dijo: “<strong>Defensa</strong> <strong>Nacional</strong> pue<strong>de</strong> hacer pensar a algunos espíritus que se<br />
trata <strong>de</strong> un problema cuyo planteo y solución interesa o le incumbe únicamente a las Fuerzas<br />
Armadas <strong>de</strong> una nación. La realidad es bien distinta. En su solución entran en juego todos sus<br />
habitantes, todas las energías, todas las riquezas, todas las industrias y producciones más diversas,<br />
todos los medios <strong>de</strong> transporte, vías <strong>de</strong> comunicación, etcétera, siendo las Fuerzas Armadas<br />
únicamente —como luego veremos en el curso <strong>de</strong> mi exposición— el instrumento <strong>de</strong> lucha <strong>de</strong><br />
ese gran conjunto que constituye la nación en armas”.