Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa
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32a. reunión - continuación 10a. sesión extraordinaria<br />
Entonces, cómo no po<strong>de</strong>mos nosotros también atribuir a esta causa el enorme incremento <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong>uda externa que hemos sufrido en aquellos años, <strong>de</strong>uda que hemos heredado y que compromete<br />
nuestro futuro <strong>de</strong>sarrollo, el esfuerzo <strong>de</strong> nuestra generación y aun <strong>de</strong> futuras generaciones<br />
<strong>de</strong> argentinos.<br />
También se <strong>de</strong>formó la diplomacia. Resulta que nuestros países vecinos eran todos nuestros<br />
potenciales enemigos. Se ha citado en varios tratados <strong>de</strong> especialistas que una <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong>l<br />
retraso que en aspectos fundamentales sufrió la Mesopotamia se <strong>de</strong>be a esas erróneas tesis <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>fensa que consi<strong>de</strong>raban a aquella más que una región <strong>de</strong>l país que teníamos la obligación <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sarrollar como un territorio por el cual podían invadirnos nuestros vecinos y el Brasil. Des<strong>de</strong><br />
ese enfoque convenía que la Mesopotamia no dispusiera <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s rutas ni <strong>de</strong> medios <strong>de</strong> transporte<br />
ni <strong>de</strong> otros objetivos fundamentales para el crecimiento.<br />
La guerra <strong>de</strong> las Malvinas <strong>de</strong>strozó todas esas tesis. Entonces, pudimos comprobar las inconveniencias<br />
<strong>de</strong> que la diplomacia se base en presuntas doctrinas <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa.<br />
En ese momento advertimos que los países latinoamericanos eran nuestros amigos. Lo estamos<br />
viendo en estos días cuando tuvieron lugar las recientes maniobras que realizó la nación<br />
usurpadora en las islas Malvinas. Y también vimos que quienes pasaban por ser nuestros amigos,<br />
como los Estados Unidos <strong>de</strong> América —al menos amigos <strong>de</strong> la dictadura gobernante entonces—<br />
se convirtieron en aliados <strong>de</strong> la nación usurpadora que estaba en guerra con la Argentina y contribuyeron<br />
también a que muchos jóvenes argentinos perdieran la vida en las Malvinas.<br />
Yo también me inclino reverente ante el recuerdo <strong>de</strong> estos jóvenes a los cuales se les rindió<br />
homenaje el 2 <strong>de</strong> abril; pero creo que nuestro país los necesitaba vivos y no muertos. De manera<br />
que no puedo aprobar la intervención bélica por más justos que sean, como sin lugar a dudas<br />
lo son —nuestro país lleva ya ciento cincuenta años recordándolo—, los <strong>de</strong>rechos inalienables<br />
jurídicos, geográficos, históricos, que respaldan la soberanía <strong>de</strong> la República Argentina sobre las<br />
islas Malvinas, Sandwich y Georgias <strong>de</strong>l Sur.<br />
Así fue como el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> facto, el dictador Onganía, sancionó una ley con sus i<strong>de</strong>as, con<br />
su minúscula visión <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa, que fue la llamada ley 16.970. Pero al mismo tiempo dictó un<br />
conjunto <strong>de</strong> disposiciones vinculadas a esa ley, como fueron los <strong>de</strong>cretos reglamentarios 738 y<br />
739 <strong>de</strong> 1966; la llamada ley 19.101, <strong>de</strong>l personal militar; la llamada ley 17.649, <strong>de</strong> movilización,<br />
con su modificatoria, la ley 18.734; la <strong>de</strong>nominada ley 17.531, <strong>de</strong> servicio militar; y la llamada ley<br />
20.318, <strong>de</strong>l servicio civil <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa.<br />
A<strong>de</strong>más, en consonancia con la doctrina Mc Namara, entonces en boga, el CONADE —<br />
Consejo <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> Desarrollo— y el CONASE —Consejo <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> Seguridad— se constituyeron<br />
en los pilares <strong>de</strong> ese sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa absurdo que en su momento estructuró el país.<br />
Por esa ley <strong>de</strong> facto 16.970, el señor Onganía, su ministro <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong> y también sus sucesores<br />
—me refiero a sus sucesores <strong>de</strong> facto, obviamente— renunciaron a ejercer las atribuciones<br />
constitucionales y legales que les eran propias.<br />
Tal política militar tuvo al mismo tiempo consecuencias económicas. Por ejemplo, en el período<br />
constitucional <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Illia, <strong>de</strong> 1963 a 1966, los gastos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa, alcanzaron al 2,05<br />
por ciento <strong>de</strong>l producto bruto interno. En 1983, hasta la asunción <strong>de</strong>l gobierno constitucional,<br />
los gastos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa llegaban al 5,98 por ciento <strong>de</strong>l mismo producto, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> reconocer que<br />
había a<strong>de</strong>más otros gastos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa disimulados en otros rubros <strong>de</strong>l presupuesto: la cifra indicada<br />
respon<strong>de</strong> solamente a los gastos oficialmente reconocidos.<br />
En relación al presupuesto, en 1981 los gastos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa alcanzaron a un 29,6 por ciento,<br />
cuando lo normal sería que alcanzaran al 2 por ciento <strong>de</strong>l producto bruto interno y que no sobrepasaran<br />
con relación al presupuesto, el 10 por ciento; excepcionalmente podrían llegar al 12<br />
por ciento como máximo.<br />
En aquel período <strong>de</strong> facto también se dio un alto vuelo a las <strong>de</strong>nominadas empresas militares.<br />
A veces, es cierto, con el sano objetivo <strong>de</strong> lograr el autoabastecimiento militar, se llegó a<br />
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1987-1988