Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa
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45a. reunión - continuación 5a. sesión extraordinaria<br />
obtenidos con la incorporación <strong>de</strong> este aspecto no fueron otros que el sometimiento <strong>de</strong>l pueblo<br />
por el ejercicio <strong>de</strong> la fuerza.<br />
Es cierto que con una ley no se evita un golpe <strong>de</strong> Estado ni que sectores golpistas pretendan<br />
nuevamente —aun sabiéndose minoritarios— acce<strong>de</strong>r al gobierno <strong>de</strong> la Nación. Pero no es menos<br />
cierto que como argentinos <strong>de</strong>bemos afrontar esta cuestión con claridad y que esta búsqueda<br />
<strong>de</strong> consenso mayoritario es la única base para evitar trastornos en nuestro sistema institucional.<br />
Esto es verdad tanto a nivel militar, como civil o religioso.<br />
Aquí subsisten dos Argentinas: una real, que quiere ser libre, justa y soberana, y otra que quiere<br />
continuar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong>l neocolonialismo. De esta fractura son tan responsables los militares<br />
como los políticos, los industriales, los religiosos, los profesionales y cualquier otro sector <strong>de</strong> la<br />
sociedad, situación que con el apoyo y el consenso <strong>de</strong> todo el pueblo <strong>de</strong>bemos ir superando.<br />
Cuando aquí se cuestiona si una ley sirve o no, hay que pensar —si la dirigencia política actúa<br />
con honestidad— si se está <strong>de</strong> acuerdo en respetar el rumbo que la mayoría <strong>de</strong>l pueblo argentino<br />
quiere para sí. Si se logra triunfar en esta batalla interior, estaremos entonces construyendo un<br />
futuro sólido y el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> país que todos anhelamos.<br />
Ayer se cometió la herejía <strong>de</strong> analizar en forma <strong>de</strong>sconectada frases <strong>de</strong>l general Perón y <strong>de</strong><br />
otros prohombres que, como bien manifestó el diputado Toma, <strong>de</strong>jaron ya <strong>de</strong> pertenecer exclusivamente<br />
a un movimiento o partido político, por cuanto sus enseñanzas y prédicas han<br />
quedado inscriptas en el conjunto <strong>de</strong> la conciencia nacional. Se ha cometido un gravísimo error<br />
que no es posible aceptar y que marca el intento <strong>de</strong>shonesto <strong>de</strong> querer seguir parcializando la<br />
opinión y usar sin ningún disimulo el contenido y la valoración <strong>de</strong> nuestros propios hombres <strong>de</strong><br />
extracción nacional y popular.<br />
El general Perón siempre concibió las Fuerzas Armadas ligadas a nuestro pueblo y cumpliendo<br />
con su función y <strong>de</strong>ber. Pero, por sobre todas las cosas, las concibió en una patria liberada,<br />
con justicia social, con responsabilidad y participación y en <strong>de</strong>mocracia, sin <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong>s<br />
sectoriales. Perón siempre concibió las Fuerzas Armadas integradas a ese pueblo, que realmente<br />
fue el vencedor <strong>de</strong> los extremismos en este país.<br />
Nadie pue<strong>de</strong> atreverse a manifestar que fueron sólo los ejércitos los que acallaron a los subversivos<br />
en nuestra patria; lo hicieron los argentinos, con una conciencia clara y una concepción<br />
<strong>de</strong> sociedad pluralista. Esa conciencia fue cimentada y consolidada con prédicas <strong>de</strong> partidos y<br />
movimientos, como el justicialista, que supieron enseñar los valores con los que se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> la<br />
patria, advirtiendo sobre los disvalores con los que se entrega la Nación.<br />
Por otro lado, no queremos que se hable <strong>de</strong> profesionalismo porque esto es una mentira,<br />
como también lo es hablar <strong>de</strong> que cada uno vaya a entregarse a la tarea que le correspon<strong>de</strong> como<br />
sector. Esto es una mentira porque en la Patria no existe sector alguno <strong>de</strong>spolitizado.<br />
Lo que si preten<strong>de</strong>mos es que las Fuerzas Armadas tengan profesionalismo en cuanto a su<br />
eficiencia en las acciones que directamente les competen, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> estar integradas a las cuestiones<br />
que obe<strong>de</strong>cen a un concepto integral <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa. No quiero Fuerzas Armadas que hayan<br />
sido ejecutoras <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> la seguridad nacional; férreas y fuertes contra el pueblo, y complacientes<br />
con los dictados <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res externos. Por el contrario, queremos Fuerzas Armadas<br />
que estén en condiciones operativas <strong>de</strong> brindar un triunfo a los colores celeste y blanco <strong>de</strong> la<br />
sacrosanta ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la Patria. No queremos Fuerzas Armadas que hayan estado en actitud <strong>de</strong><br />
golpear a nuestro pueblo cada vez que este intentó manifestarse en pro <strong>de</strong> la recuperación <strong>de</strong> su<br />
soberanía política y <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los intereses económicos y culturales <strong>de</strong> la Nación.<br />
Hacia ese concepto <strong>de</strong>bemos avanzar; este <strong>de</strong>be ser el principal aspecto a <strong>de</strong>batir: no <strong>de</strong>bemos<br />
quedarnos con meros tecnicismos que solo preten<strong>de</strong>n el retorno al viejo sistema <strong>de</strong> una <strong>Ley</strong> <strong>de</strong><br />
<strong>Defensa</strong> que sirvió para someter a nuestro pueblo a los planes externos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> estar sometido<br />
a la gendarmería en que se convirtieron las Fuerzas Armadas.<br />
Más allá <strong>de</strong> los argumentos vertidos en este recinto, más allá <strong>de</strong> los sectores que hoy solicitan<br />
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1987-1988