Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa
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29 y 30 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1987<br />
próxima— que dominan y afectan la escena política <strong>de</strong>l país. Consi<strong>de</strong>rar el proyecto <strong>de</strong> ley <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>fensa en la forma en que lo estamos haciendo constituye un escapismo —disculpen el barbarismo—.<br />
Creo que nos estamos ocupando <strong>de</strong> lo accesorio <strong>de</strong>l problema militar, procurando<br />
eludir el aspecto fundamental que nadie parece querer comenzar a tratar.<br />
La cuestión principal, que es verda<strong>de</strong>ramente crucial, radica en establecer <strong>de</strong>finitivamente si<br />
las Fuerzas Armadas, en razón <strong>de</strong> la metodología aplicada en la guerra antisubversiva, han agredido<br />
intolerablemente a la sociedad civil, mereciendo los militares —genéricamente hablando—<br />
los calificativos <strong>de</strong> asesinos o genocidas, o si, por el contrario, lucharon y triunfaron frente al terrorismo<br />
y la guerrilla salvando a la sociedad civil <strong>de</strong> caer en manos <strong>de</strong> un totalitarismo marxista<br />
o nacionalsocialista, y <strong>de</strong> esta forma preservaron también a las instituciones <strong>de</strong> la República. Este<br />
es el problema crucial.<br />
En el primer caso, todo lo actuado por las Fuerzas Armadas —no sólo algunos hechos aislados<br />
que nadie <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>— merecería la más severa <strong>de</strong> las repulsas; sería aberrante y perverso. En el<br />
segundo, estos calificativos sólo po drían ser aplicados a <strong>de</strong>terminados abusos y extralimitaciones<br />
que pue<strong>de</strong>n ser perfectamente i<strong>de</strong>ntificados y fueron cometidos por algunos <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong><br />
las Fuerzas Armadas. Aquellos integrantes <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas —que constituyen la inmensa<br />
mayoría— que no hubieran cometido verda<strong>de</strong>ros crímenes violando las leyes <strong>de</strong> la guerra —no<br />
las leyes <strong>de</strong> tiempos <strong>de</strong> paz— quedarían al margen <strong>de</strong> los citados calificativos.<br />
No voy a preten<strong>de</strong>r hoy dirimir esta fundamental cuestión que, como he dicho, es verda<strong>de</strong>ramente<br />
crucial. Ya llegará el momento en que <strong>de</strong>bamos hacerlo, pero no puedo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> plantearla<br />
por dos razones que se relacionan con este <strong>de</strong>bate que estamos llevando a cabo.<br />
La primera, es que para respon<strong>de</strong>r a las preguntas formuladas al principio acerca <strong>de</strong> por qué<br />
estamos realizando esta discusión, resulta esencial que hagamos ese planteo. La segunda y fundamental<br />
resi<strong>de</strong> en que tanto el tratamiento <strong>de</strong> este asunto en las anormales condiciones que he<br />
señalado, como algunos <strong>de</strong> sus funda mentos y su articulado parecen respon<strong>de</strong>r al hecho <strong>de</strong> que<br />
quienes inspiraron y están impulsando esta iniciativa tienen posición tomada respecto <strong>de</strong> responsabilizar<br />
a las Fuerzas Armadas, y genéricamente a los militares, por los hechos <strong>de</strong> la guerra<br />
antisubversiva, que califican como aberrantes y perversos.<br />
Algunas concepciones y <strong>de</strong>finiciones explícitas o implícitas en esta norma respon<strong>de</strong>n sin<br />
duda al enfoque mencionado o a ese prejuicio antimilitar que constituye el telón <strong>de</strong> fondo <strong>de</strong> este<br />
<strong>de</strong>bate. Creo que la razón principal por la cual muchos dirigentes políticos se han <strong>de</strong>jado arrastrar<br />
por ese enfoque que consi<strong>de</strong>ra a toda la acción <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas, y genéricamente a<br />
los militares, como aberrantes y perversos, resi<strong>de</strong> en que no se ha sabido separar el hecho político<br />
<strong>de</strong> la usurpación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r producida a raíz <strong>de</strong>l golpe <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976, <strong>de</strong>l hecho militar<br />
que significó librar y ganar la guerra antisubversiva. Se han mezclado las dos cosas; la usurpación<br />
<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y la función <strong>de</strong> gobierno que cumplieron las Fuerzas Armadas se han mezclado con la<br />
acción militar que permitió triunfar en la guerra antisubversiva. Tampoco se supo diferenciar lo<br />
actuado por las autorida<strong>de</strong>s militares en función política y <strong>de</strong> gobierno <strong>de</strong> lo que hicieron en el<br />
campo militar.<br />
La usurpación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r que se llevó a cabo el 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1976 y la forma en que los<br />
militares gobernaron hasta 1983, merecen sin duda el más severo juicio por parte <strong>de</strong> la dirigencia<br />
política y <strong>de</strong> la ciudadanía toda. Ni siquiera el caos al que el peronismo había arrastrado al país<br />
entre 1973 y 1976 y la anarquía reinante en esta última fecha justificaban el golpe <strong>de</strong> Estado. No<br />
es la primera vez que expreso esto en esta Cámara, y tengo <strong>de</strong>recho a hacerlo porque pocos días<br />
antes <strong>de</strong>l golpe <strong>de</strong> Estado formulé una <strong>de</strong>claración pública en la cual pedí, <strong>de</strong> la manera más<br />
explícita, que no se lo llevara a cabo. Esto ya lo he mencionado y está transcrito en el Diario <strong>de</strong><br />
Sesiones <strong>de</strong> la Honorable Cámara, y por eso no insisto sobre ello.<br />
En cuanto a la forma en que los militares gobernaron durante casi ocho años, especialmente<br />
los primeros cinco, no caben tampoco sino críticas ilevantables. Personalmente he efectuado esas