Ley de Defensa Nacional - Ministerio de Defensa
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29 y 30 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1987<br />
Es falaz, absurdo y falso querer vincular a este hombre que prestigia la <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> los<br />
argentinos con la doctrina <strong>de</strong> la seguridad nacional, concepción que combatió siempre con las<br />
palabras, los hechos y toda su conducta.<br />
También vale la pena rescatar algunas expresiones <strong>de</strong> la señora diputada Alsogaray que van al<br />
fondo <strong>de</strong> las cuestiones que hoy se <strong>de</strong>baten y <strong>de</strong> las distintas filosofías explicitadas en el recinto.<br />
Su intención oblicua <strong>de</strong> asimilar la represión <strong>de</strong> los alzamientos maximalistas producidos durante<br />
la llamada Semana Trágica con la filosofía <strong>de</strong> la seguridad nacional practicada durante el<br />
gobierno <strong>de</strong> Yrigoyen es falaz y revela ignorancia <strong>de</strong> los hechos históricos y <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> las<br />
i<strong>de</strong>as en la Argentina.<br />
En aquel entonces se vivían otras experiencias, ya que eran distintas las circunstancias sociales<br />
y políticas. Era aquel el primer gobierno electo por el voto popular; era el nacimiento <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>mocracia en la Argentina; era la primera expresión que representaba la soberanía <strong>de</strong>l pueblo;<br />
era la existencia legal <strong>de</strong>l socialismo, aún no dividido en Primera y Segunda Internacional.<br />
Esa filosofía no pue<strong>de</strong> ser asimilada al maximalismo que produjo los hechos <strong>de</strong> aquella<br />
Semana Trágica. El maximalismo era la expresión <strong>de</strong>l terrorismo anarquista y nada tenía que<br />
ver con el marxismo. Por el contrario, el maximalismo era antimarxista. En aquellos años no<br />
era ni siquiera imaginable la sanción <strong>de</strong> un proyecto <strong>de</strong> ley como el que hoy <strong>de</strong>batimos, porque<br />
esta iniciativa es el resultado <strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong> los años trágicos <strong>de</strong> las últimas dictaduras, <strong>de</strong> la<br />
interrupción permanente <strong>de</strong> los gobiernos populares, <strong>de</strong>mocráticos, progresistas, liberadores y<br />
emancipadores <strong>de</strong> nuestra Latinoamérica.<br />
Es necesario señalar la coherencia que tienen estos <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> la seguridad<br />
nacional para citar los acontecimientos <strong>de</strong> la Semana Trágica, ocurridos durante un régimen<br />
<strong>de</strong>mocrático, y omitir siempre prolijamente la mención <strong>de</strong>l golpe <strong>de</strong> Estado nazifascista <strong>de</strong>l 6 <strong>de</strong><br />
septiembre <strong>de</strong> 1930, que quebró la continuidad constitucional e inició la etapa <strong>de</strong> la crisis estructural<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia en nuestra Argentina. Es claro que quienes hacen referencia a estas doctrinas<br />
y las <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n, en el fondo las interpretan como un modo <strong>de</strong> justificar los golpes <strong>de</strong> Estado<br />
militares, reaccionarios y oligárquicos, que usaron a las Fuerzas Armadas <strong>de</strong> la Patria como un<br />
instrumento para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r intereses espurios, totalmente ajenos a los anhelos populares.<br />
Nosotros los radicales no somos marxistas. Nos aleja, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, <strong>de</strong> esa doctrina la concepción<br />
materialista y economicista que constituye la base misma <strong>de</strong> la dialéctica materialista <strong>de</strong>l<br />
marxismo y que también forma parte <strong>de</strong> este neoliberalismo que poco tiene <strong>de</strong> liberal, ya que se<br />
fundamenta en una visión economicista <strong>de</strong>l ser humano y que en estos últimos tiempos parece<br />
abalanzarse sobre la cultura <strong>de</strong> los argentinos.<br />
Hipólito Yrigoyen conformó una doctrina que nacía <strong>de</strong> una concepción ética humanista. No<br />
era antimarxista ni antiliberal, como los radicales no somos ni antiperonistas ni antiliberales.<br />
Yrigoyen gobernaba con todos y para el bien <strong>de</strong> todos. Yrigoyen fue el propulsor <strong>de</strong> una auténtica<br />
unión nacional, esa unión nacional que todos estamos reclamando y que constituye el sustrato<br />
espiritual in<strong>de</strong>fectible que tenemos que alcanzar los argentinos para recuperarnos <strong>de</strong> tantos años<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, retroceso y crisis.<br />
Ayer, el señor diputado Conrado Storani, al terminar su exposición sobre las particularida<strong>de</strong>s<br />
jurídicas <strong>de</strong> este proyecto <strong>de</strong> ley, citó una expresión que formulara Hipólito Yrigoyen<br />
—vale la pena recordarla— en una comunicación telefónica con el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> los Estados<br />
Unidos, una expresión cuya belleza formal es tan admirable como la profundidad sintética <strong>de</strong><br />
su contenido: “Los hombres son sagrados para los hombres y los pueblos son sagrados para<br />
los pueblos”. Esta es la concepción ética esencial que fundamenta nuestra i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong>mocrático<br />
y <strong>de</strong> la unión nacional, nuestra visión <strong>de</strong>l respeto y la tolerancia por quien resulte<br />
adversario circunstancial —porque en una <strong>de</strong>mocracia no hay enemigos sino sencillamente<br />
adversarios circunstanciales—. Valía la pena reiterar esta noche esa expresión estampada para<br />
los tiempos por el radicalismo <strong>de</strong> Hipólito Yrigoyen como la mejor manera <strong>de</strong> <strong>de</strong>sagraviar la