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21.Aprenda optimismo Haga de la vida una experiencia gratificante

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Lo peor es que ni siquiera hubo delito, sino apenas una debilidad humana muy

común: una costumbre pesimista de considerar las cosas. En cambio, si entonces se

hubiese dicho: «Me ha engañado, ese maldito celoso me tendió una trampa»,

seguramente se habría levantado para defenderse. Podría haber salido a relucir una

ocasión anterior en que, por un hecho parecido, aquel mismo profesor había sido

despedido. Podría haberse graduado con honores… sólo de haber contado con otros

hábitos de considerar las cosas, otra forma de encarar los contratiempos de la vida.

Los hábitos mentales no tienen por qué ser permanentes. Uno de los hallazgos más

significativos hechos por la psicología en los últimos veinte años es que los

individuos pueden elegir su manera de pensar.

La ciencia psicológica no siempre se ocupó de los modos de pensar de las

personas, de los actos humanos individuales, ni tan siquiera del individuo. Todo lo

contrario. Hace veinticinco años, cuando era un estudiante de psicología, no se

explicaban como hoy dilemas semejantes al que acabo de describir. En aquella

época se consideraba al sujeto producto del medio. En cuanto a las acciones de los

hombres, la explicación predominante decía que las personas eran «empujadas» por

sus impulsos interiores o «atraídas» por los hechos exteriores. Si bien los detalles en

cuanto al empujar o atraer dependían de la teoría particular sostenida por cada uno,

en líneas generales todas las teorías en boga coincidían en aquella idea. Los

freudianos sostenían que el comportamiento adulto dependía de los conflictos de la

infancia. Los seguidores de B. F. Skinner afirmaban que el comportamiento sólo se

repetía cuando se reforzaba desde fuera. Los etólogos estaban de acuerdo en que no

era sino el resultado de pautas de actos determinados por nuestros genes, y los

behavioristas partidarios de Clark Hull sostenían que nos sentíamos aguijoneados

para actuar por la necesidad de reducir impulsos y satisfacer necesidades

biológicas.

Las explicaciones que contaban con mayor consenso empezaron a cambiar

radicalmente a partir de 1965, más o menos. El medio en que una persona vive se

considera cada vez menos importante como causa de su comportamiento. Cuatro

líneas diferentes de pensamiento convergieron en la proposición de que la

autodirección, más que las fuerzas externas, podían explicar los actos humanos.

• Noam Chomsky escribió en 1959 una devastadora crítica del libro de B. K.

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