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21.Aprenda optimismo Haga de la vida una experiencia gratificante

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estamos considerando un síntoma de depresión —el pensamiento negativo— es la

enfermedad. La depresión, sostenía, no es pura química cerebral desequilibrada ni

rencor vuelto hacia el interior. Se trata de una alteración del pensamiento consciente.

Con ese grito de batalla, Tim se lanzó sobre los freudianos. «Los depresivos —

escribió— llegan a creer que no pueden ayudarse a sí mismos y se ven obligados a

buscar al profesional que pueda curarlos tan pronto tropiezan con cualquier

problema del diario vivir. Se socava su confianza en las técnicas “obvias” para la

solución de sus problemas tan prono aceptan que los trastornos emocionales

provienen de fuerzas que no pueden dominar. Esos pacientes no se creen capacitados

para entenderse a sí mismos porque sus propias ideas se han dejado de lado. Al

rebajar los valores del sentido común, esta sutil convicción inhibe a esas personas, y

les impide recurrir al propio juicio para analizar y resolver sus problemas.» 1

Tim solía citar con frecuencia una observación del gran matemático y filósofo

Alfred North Whitehead: «Las raíces de la ciencia… se encuentran en el

pensamiento dotado de sentido común. Ése es el punto de partida y allí es donde

debe recurrir… Podremos pulir nuestro sentido común, contradecirlo, sorprenderlo.

Pero, en última instancia, todo nuestro trabajo es aplicarlo, recurrir a él».

Un pionero o precursor de esta revolución en la psicología, que hoy anda también

por los setenta, fue Joseph Wolpe. Psiquiatra en Suráfrica, y podría decirse que

disidente nato (su hermano, dirigente comunista, había sido perseguido y

encarcelado), Wolpe prefirió enfrentarse con el orden psicoanalítico establecido. En

Suráfrica, nada menos, donde el psicoanálisis ortodoxo dominaba con mano dura en

la profesión. En los años cincuenta, Wolpe llamó la atención de todo el mundo

terapéutico y provocó la ira de sus colegas por haber hallado una sencilla cura para

las fobias. Lo consagrado por el establishment del psicoanálisis era que una fobia

—un temor tan intenso como irracional respecto a algo, por ejemplo, un gato, un sitio

vacío, etcétera— no es sino la manifestación superficial de una alteración

subyacente, más profunda. Se decía que la fuente de la fobia era el temor oculto a

sufrir una castración a manos del padre como represalia por desear a la madre.

(Dicho sea de paso, para las mujeres no se sugerían situaciones análogas. Por

curioso que parezca, los freudianos nunca prestaron demasiada atención al hecho de

que la mayoría de las fobias aparecen en mujeres, de modo que a su teoría les está

faltando la correspondiente configuración genital.) Por su parte, los defensores de la

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